«No concibo la idea de crear una obra que no me gustaría leer»
Toda la vida, los extraterrestes han aterrizado en algún pueblo profundo de los Estados Unidos, esto es ya una tradición incluso. Pero eso ahora está a punto de cambiar, porque el joven escritor A. J. Ráez se ha fijado nada menos que en San Lorenzo de El Escorial para convertirlo en escenario de la más épica de las batallas que debe librar la humanidad.
¿Qué importancia tiene la imaginación en tu vida?
Juega un papel fundamental y no solo para escribir, sino en el día a día. Para mí, la imaginación está muy ligada a las ilusiones y a los sueños, ese sentimiento que nos permite recuperar a nuestro niño interior, emocionarnos con todo lo que la vida puede ofrecernos y huir, aunque sea por un breve lapso de tiempo, de una sociedad cada vez más estresante y materialista.
¿Cómo nace la idea para escribir 2049/2050 y, sobre todo, para ambientarla en San Lorenzo de El Escorial?
La posibilidad de que exista vida inteligente más allá de nuestra atmósfera es algo que siempre me ha fascinado. La bilogía 2049/2050 comencé a escribirla unos 6 años atrás, cuando vivía y estudiaba un máster en Barcelona. Sin embargo, la idea llevaba fraguándose desde mi infancia, esperando el momento en que me sintiera preparado para componer las novelas.
En cuanto al hecho de elegir San Lorenzo de El Escorial, resulto ser una decisión muy sencilla por dos motivos: el primero es la conexión emocional que me une a este sitio. Mis padres y gran parte de mi familia nacieron y se criaron en este lugar, y yo poseo entrañables recuerdos de mi infancia jugando en sus calles y parques. El segundo es la belleza de este paraje y, sobre todo, lo excepcional de su monasterio. En un lugar con estas características, es mucho más fácil y bonito ambientar cualquier historia.
¿En qué otros enclaves de nuestra geografía te gustaría ambientar futuras novelas?
Me siento afortunado de haber recorrido gran parte de España y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que tenemos infinidad de localizaciones en las que dar vida a nuestras historias. Cada zona tiene sus peculiaridades, desde las paradisiacas Islas Canarias hasta la hermosa punta de Estaca de Bares… Todo nuestro territorio es un escenario potencial.
Para futuras obras, los enclaves nacionales podrían ser: Madrid, Barcelona, diferentes enclaves del norte la península y, por supuesto, mi querida Talavera de la Reina.
Escribes ciencia ficción, pero ¿crees que hay algo de tu libro que sea especialmente factible que suceda?
Sí… Y es una afirmación que digo con lástima debido a que es algo claramente negativo. En mis libros se habla de la incapacidad que tienen los distintos gobiernos de ponerse de acuerdo incluso cuando hay un problema que afecta a todo el planeta. Creo que, sí una catástrofe de talla mundial llegase a pasar, tampoco llegarían a ponerse de acuerdo y ejecutar un plan común.
Otros pequeños detalles, mucho más positivos que lo anterior, también pienso que llegarán a suceder. En las novelas se habla de la conducción completamente autónoma, de medicamentos novedosos con menos efectos secundarios, de un cerco cada vez mayor al tabaco… Solo es cuestión de tiempo que se materialicen.
Dices que, como escritor, tu máxima es «Lo primero es divertirse», ¿es importante escribir siempre aquello que te gustaría disfrutar como lector?
No solo es importante, es fundamental. Como escritor no concibo la idea de crear una obra que no me gustaría leer… El trabajo perdería toda su esencia y, por supuesto, toda la diversión.
Siempre digo que, para mí, la escritura es una parte esencial de mi vida y espero nunca mancharla escribiendo algo solo por vender.
Recuperando una frase del escritor Jordi Sierra i Fabra: «El arte se mide por lo que sientes al hacerlo, no por lo que te pagan por hacerlo».
¿Cómo valoras tu experiencia con la autopublicación?
Estoy muy contento con el resultado y, además, he aprendido mucho. Ha sido un trabajo muy arduo, con una edición de dos novelas al mismo tiempo, pero ha merecido mucho la pena. Hoy en día, la autopublicación te permite conseguir resultados igual de profesionales que las editoriales clásicas (siempre que inviertas mucho dinero y tiempo en ello).
La parte negativa de ser un autor independiente es lo difícil que resulta alcanzar cierta visibilidad. La competencia es feroz, y las grandes editoriales pueden permitirse promover a sus escritores de formas con la que un autor autopublicado no puede ni soñar.
¿Eres de esos autores que disfrutan participando en el proceso de edición de su libro?
Lo que yo disfruto realmente es escribir. La edición per se es algo necesario cuando eres un autor autopublicado, pero es un trabajo muy diferente.
Existen profesionales para los diferentes pasos de la edición a los que recurrir para profesionalizar al máximo la obra. Yo soy una persona muy maniática con mis textos y no me gusta que me cambien ni una coma, pero cada cual tiene que saber sus limitaciones y buscar ayuda en quien pueda ofrecérsela. Desde las correcciones ortotipográficas y de estilo (realizadas en colaboración con Ana Orenga), hasta las portadas y las maquetaciones, trabajé codo con codo con personas especializadas en ello para lograr el mejor resultado posible.
¿Qué encuentras más arduo del proceso de escribir y publicar un libro?
La escritura, como cualquier arte, no es una ciencia exacta. No todo es sentarse frente a un folio o un ordenador y empezar a escribir páginas y páginas. Los días en que la inspiración te acompaña, todo es muy sencillo, pero hay otras muchas jornadas en las que esa inspiración tarda en acudir y es necesario aguantar en el puesto la frustración para que, cuando esta llegue, te encuentre en el lugar de trabajo. Lo importante es nunca perder la ilusión y entender que, como en todos los trabajos, hay días mejores y otros no tan buenos.
La edición también puede resultar frustrante, ya que estás deseando ver tu novela publicada y es un proceso que puede alargarse bastante en el tiempo. Al final, si el resultado es bueno, la espera habrá merecido la pena.