Venimos escuchando casi a diario que nuestro país se está vaciando por minuto y que hay cerca de 23 provincias en las que la demografía está bajando de una forma alarmante, pues un territorio como el nuestro de casi 300.000 metros cuadrados está perdiendo habitantes de manera desorbitada y habrá que buscar un reequilibrio territorial para que esto no continue de la manera que vertiginosamente lo está haciendo. Curiosamente, la población española en 1975 tuvo 34 millones de habitantes y sin embargo hoy estamos ya en los 47 millones, pero es tal la desigualdad que existe en el territorio que por la concentración de servicios e industria y una mejor calidad de vida aparente, ha provocado un gran movimiento migratorio y el éxodo rural está dejando desiertas muchas localidades.
Existen muchas causas para esta despoblación, principalmente porque no se puede acceder a estudios superiores y no existen centros educativos preescolares, porque la natalidad ha caído de tal manera que la despoblación y el éxodo hace este vacío constante. Todo ello sumado a que no hay una sanidad de calidad en muchas poblaciones, donde las conexiones entre pueblos son deficientes, la falta de ocio es llamativa, por no decir ninguna y el envejecimiento de la población se ha multiplicado, estamos ante una España rural que se vacía, donde las autoridades tienen que poner pie en pared para que esto deje de ser una situación consolidada y esos pueblos solo sirvan para visitar las viejas iglesias y los abandonados conventos que muchos de ellos tienen.
Tenemos que recordar que el éxodo rural de los años 50 y 60 abarcaron el 90% del territorio español, pues el sufrimiento de emigraciones masivas dejaba poblaciones con habitantes casi mayores en su conjunto, pero la juventud solo volvía a aquellos pueblos por las fiestas y cuando las fechas señaladas le hacía accidentalmente y por poco espacio de tiempo volver a su ciudad natal, pero los hijos de aquellos jóvenes emigrantes de los años 60 ya han hecho hueco en grandes ciudades y han marcado su ritmo de vida y sus orígenes poblacionales prácticamente han dejado de tener aliciente para volver a ellos e incluso, las viejas costumbres heredadas de sus orígenes solo han quedado para el recuerdo y la fotografía.
En lo que hoy denominamos España vaciada, una de las graves consecuencias de ello es la perdida de actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales, lo que ha hecho de dos provincias de Galicia, nueve de Castilla y León, tres de Aragón, las dos de Extremadura, La Rioja y cuatro de Ciudad Real un vacío poblacional que por día necesitan una inyección de habitantes que nadie quiere ocupar y mira que muchos alcaldes de esos pequeños pueblos dan hasta condiciones económicas de viviendas y de establecimientos comerciales para que puedan empezar muchos jóvenes su vida, pero nadie se decide y por día nos encontramos que la despoblación está tocando fondo para la desaparición de muchos pueblos y no poder rellenarlos de nada, pues como he dicho antes, el ofrecer casa gratis y asegurarles un trabajo, como ocurre en muchos pueblos de Segovia, Pontevedra y Palencia, entre otros, no llama la atención y nadie quiere volver o iniciar una nueva vida.
España se sigue desangrando en los pueblos y aldeas con menos de 5000 habitantes y si hay muchas veces acumulación de personas que podían iniciar su vida en esas poblaciones, al no existir medios para poder tener con dignidad una vida con necesidades cubiertas, se encuentran también que cuando el crecimiento de los hijos va tomando cuerpo y esos pueblos no tienen ni siquiera servicios, el éxodo es claro e inminente.
No podemos permitir que España se vacíe ni podemos permitir que otras poblaciones estén tan sobrecargadas de todo, donde la vida también se hace insoportable por el agobio de tantos miles de habitantes que están superpoblando algunas ciudades, por lo que el equilibrio debe venir con medidas de inversiones en lugares vacíos, con la creación de puestos de trabajo en zonas rurales y hacerlas viables para que España vuelva a ser la que fue, pero con mayor calidad de vida, porque si a esto le unimos la longevidad y el crecimiento de una población envejecida, las carencias también empezaran a verse en las grandes ciudades, donde muchas de ellas están llenas de jubilados, de residencias de mayores y de personas solas que no tienen quien las atienda, por lo que habrá que dispersar todos los servicios de una manera rápida, ya que lo que ha empezado vaciando en la España rural, terminará necrosándose en la España industrial y excesivamente llena de habitantes.
Por tanto, al estar España inmersa en esa despoblación tan alarmante, estamos perdiendo historia, recuerdos, costumbres, manualidades, recetas culinarias y un largo etcétera que nos llenará ese vacío con comidas prefabricadas, hamburguesas de no sabemos qué carne y bebidas exóticas y extranjeras que nos harán más vulnerables y que seguro con su rancio sabor nos haremos números en lugar de personas.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Creo que un gran problema es la falta de ayuda a las familias, incrementar la natalidad, me parece esencial, habría menos vacíos rurales y no correríamos,como corremos,el exceso de extranjeros que ni nos conocen, ni nos quieren conocer.
Cómo siempre espléndido articulo
España tiene que volver a rescatar sus origenes, está vaciada por tanta sociedad de consumo que quieren vivir de la subvención y las paguitas de las administraciones que hace que se masifiquen las ciudades y ya no hay lugar para nada. Hay pueblos maravillosos. Y aldeas que tienen calidad de vida pero no sabemos más que estar al lado del consumo y de las hipotecas de pisos que a la larga son cargas del malestar.
Yo soy de pueblo y vivo en el pueblo. No hay nada mejor sobre todo si has probado vivir en la ciudad . La sociedad actual está sin rumbo y sumida en el consumo por consumo. La mayor parte de cosas que se compran o se tienen no se necesitan. Los pueblos son un refugio y un lugar de encuentro con las raíces para saber de dónde vienes y de valores que se pierden en la multitud de la ciudad con mucha facilidad. La sociedad de hoy en muchas ocasiones no quiere trabajar, solo poner la mano y que te la llenen de ayudas y dinero fácil. Buen artículo D. Blas. Enhorabuena.
Buen artículo de José Blas que muestra la realidad de la España vaciada.
A lo largo de los años los diferentes gobiernos no alcanzaron ver el perjuicio que estaban creando en la España rural, industrializado las grandes ciudades y abandonando a los pueblos y con ello provocando un exodo masivo. Ahora lamentamos la falta de ganaderos agricultores y de tantos hombres y mujeres que desarrollaban labores que hoy se perdieron, hoy en día nadie quiere vivir en esos pueblos abandonados por los gobiernos. Si se hubieran creado infractucturas cómo buena comunicación tanto por carretera como por otras formas de desplazamiento creado hospitales escuelas que fueran más allá de las primarias y empleo digno seguramente el 80% no habría abandonado su pueblo y sus raices ahora nos lamentamos de lo que entre todos hemos consentido.
Hay que exigirle a los gobiernos que apuesten por recuperar estos pueblos y no queden como dice José Blas para una foto de iglesia bonita.