En estos momentos estamos viviendo un tránsito muy perjudicial para un país como España, que debió hace años arrancar de su laxitud y convertirse en un ejemplo para Europa y el resto del mundo, pero la situación creada de pánico democrático por el actual Presidente del Gobierno que deja a España inclusive en un estado letal durante cinco días para aparentar una decisión política personal, está marcando unas negativas consecuencias que serán difíciles de remontar.
En principio, la crisis de gobierno está al rojo vivo. Las administraciones en su conjunto sufren la expectativa de no saber qué ocurrirá y la inseguridad jurídica que provoca un Gobierno que no marca ninguna línea a seguir y que desconoce si su Presidente dimitirá o no y si a partir de mayo puede haber elecciones anticipadas. Es tal hecatombe la que se está produciéndose que en 48 horas España se ha parado y lo que es peor, el sufrimiento de los españoles es de apatía total y de no encontrar el final del túnel. Ahora, no sólo están bocarriba el Congreso y el Senado, sino que nos convertimos en el país de la Unión Europea con más trabajadores sobrecualificados para sus puestos de trabajo, donde la tasa de paro ha repuntado en este primer trimestre llegando hasta el 12,29%, según la EPA y observamos para mayor desgracia que el número de ocupados cae en 140.000 personas, que son las peores cifras existentes desde la pandemia. Todo ello, teniendo en cuenta que el paro subió en 117.000 personas, es decir, un 4,09% más que en el trimestre anterior, siendo los peores registros que tenemos desde el 2020. Estos malos datos unido a que es el número más elevado desde 2020, sin saberse aún los trabajadores que en esa ingieneria del fijo discontinuo perciben el desempleo, crece para colmo la tasa de paro femenino y los principales sectores de la producción están en declive.
El Gobierno no es capaz de levantar el vuelo para sí mismo, lo que hace que aún el efecto multiplicador del empleo caiga empicado, pues la propia tasa de paro juvenil se sitúa en el 27,7%, por lo que la ocupación en general está debilitada y para colmo se han perdido 70.000 autónomos, lo que pone de manifiesto que el contrato indefinido ascendió notablemente, pero no se dice que el contrato a tiempo parcial aumentó de tal manera que hasta los propios indefinidos se han ido reduciendo a menor jornada de trabajo en estos doce últimos meses.
Esta bajada del sector productivo que es preocupante en su número, pone de manifiesto que estamos ante un Gobierno sin rumbo y unos legisladores que sólo están dedicados a la reyerta política, por lo que cada Ministerio va por su lado y el aumento de la conflictividad es lo que impera por todos los corros de la política, donde hasta el expresidente Zapatero está llamando a la movilización para poder asegurar parte de la situación de su partido, pero el desencanto de los españoles, la rabia y la falta de liquidez doméstica está haciendo estragos ya en nuestros alrededores, tanto es así que la bolsa se está viendo afectada por esta incertidumbre y aún más, puede afectar al IBEX la posible dimisión de Pedro Sánchez, lo que hace notar una fragilidad donde las empresas bloquean sus propios proyectos ante el temor de la quiebra y lógicamente muchas levantaran el vuelo hacia otros países y las que no puedan hacerlo entrarán en suspensiones de pago y, por tanto, ERES y despidos de trabajadores.
El país está sumamente nervioso porque no ve salidas ni para jóvenes ni para trabajadores en expectativa de trabajo. Es más, aumentan los parados de larga duración y a corto y medio plazo será tal la deuda por habitante que nuestros nietos tendrán que pagar el boquete que hoy se tiene.
Termino manifestando que si no hay estabilidad política, ahorro del gasto, incentivos para empresas y autónomos, nuestro país pasará otra larga condena como ocurrió en el 2008.
Por tanto, la “margarita” de si Sánchez se queda o se marcha, ante la movilización de sus estructuras territoriales, porque puede estar en juego la continuidad del partido socialista, pienso que quedará en una moción de confianza provocada y asumida por una mayoría simple del Congreso, pero desde luego, dimita o no el lastre que nos quedará será abrumador y seguro que durante muchos años arrastraremos esa situación de todo tipo que nos dejará unas secuelas que no tendrán precedentes.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
No está arrastrando tanto que España tardará en regenerarse en todos los sentidos. Pero en el empleo y en lo económico, estamos ya naufragando. Oportuno artículo Sr Blas
Muy acertado. Efectivamente estamos viviendo una etapa terrible para el.pais y la gente de bien.