Imaginemos

José Luis Tivi

Imaginemos que en este país hubo una organización terrorista de ideología franquista y nacionalcatolicista que asesinó a 864 personas, la mayoría vinculadas a la izquierda, al independentismo catalán y vasco, etc. Imaginemos que dicha organización sembró el terror durante cuarenta años, y que su último crimen fue en una fecha tan reciente como 2010. Imaginemos que nace un partido político de derechas fundado y compuesto por gente condenada por pertenencia a dicha organización terrorista, o por delitos de enaltecimiento de ésta. Imaginemos que ese partido jamás ha condenado la violencia de este grupo terrorista o, en el mejor de los casos, condena “todas las violencias vengan de donde vengan”, empleando un discurso bélico. Ya sabéis; hay que buscar una salida pacífica al conflicto armado y tal… Como si aquella matanza hubiese sido producto de una guerra entre dos ejércitos.
Imaginemos que el líder de este partido político fue condenado por secuestrar para la organización terrorista de extrema derecha antes mecionada. Que no sólo no ha condenado la violencia, sino que llama “presos españoles” a los terroristas que aún siguen en las cárceles, purgando pena por horrendos crímenes. Imaginemos que hasta defiende que les rindan homenaje a medida que van saliendo de las cárceles, aún cuando no hayan mostrado arrepentimiento por los asesinatos que lo llevaron a ellas (o, precisamente, por que no se arrepienten, porque los arrepentidos no suelen recibir homenaje alguno). Imaginemos que este líder político dice cosas como “todavía hay 250 presos vascos en las cárceles, así que habrá 250 homenajes”.
Imaginemos que Podemos o PSOE quieren ejercer su derecho legítimo a organizar un acto público en un pueblo donde este partido político tiene mucho apoyo popular, y son recibidos por una multitud encabezada por un impenitente terrorista conocido como el Carnicero, condenado por 17 asesinatos, que impide dicho acto público. Imaginemos que los partidos mayoritarios de derechas, lejos de mostrar su apoyo a los partidos atacados, los culpan, y vemos a Pablo Casado o a Santiago Abascal diciendo públicamente cosas como “es que han ido a provocar” o “no deberían ir a ese pueblo, sólo quieren la foto”. Imaginemos que PP o Vox pactan con ese partido. Imaginemos que la derecha señala a Podemos o PSOE y los acusa de instrumentalizar el dolor y aprovecharse de él para obtener rédito político por querer que se esclarezcan los crímenes sin resolver, o que se les rinda homenaje a las víctimas en lugar de a sus verdugos.
Ahora bien, todo eso no es un supuesto de hecho sino un hecho. Sucede, sólo que a la izquierda de nuestro espectro político. Si al imaginarte la situación que hemos propuesto en nuestro ejercicio mental has sentido profunda rabia e indignación, pero ni sientes esa rabia e indignación ante la realidad, es que tienes un gravísimo problema…

José Luis Tivi
Escritor
@Eltivipata

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