De los brotes verdes a los cardos borriqueros

José Blas Fernández

La globalización en la que hoy se vive, ha sido construida poco a poco para poder afrontar todas esas crisis económicas que los distintos países desarrollados tenían en cada momento y se ha llevado a cabo, para un mejor desarrollo de los pueblos, por lo que llevamos ya más de veinticinco años encapsulados en esa modalidad de la que difícilmente nadie podía sacarnos, salvo crisis externas a esos grupos globalizados y mala administración de los mismos.

Sin embargo, pese a las advertencias que se ha hecho por la OMS, pocos países creyeron en una epidemia que se nos ha encajado por los cuatro continentes. Es más, siempre se pensó que teníamos medios para combatirla y que no era más que un pequeño salto en la salud de unos pocos, pero sin pensar en lo que nos ha venido encima. Todo el intercambio internacional era y es tan rápido, que el sistema en el que nos encontrábamos nos hacía a la vez independientes, extremo que ha sido una de las causas de cómo algunos potentes países de la economía democrática, se han querido desligar en algún momento del resto, pero al estar dentro de esa globalización ya no se puede salir de ella y encima te imponen condiciones.

Hoy tras vivir en nuestro país esta pandemia que parecía que no nos llegaría, la desglobalización ya viene de camino y las consecuencias se están viendo venir con una cruel crisis económica de la que no sabremos salir a corto plazo. Los españoles vivimos en el 2008 una grave crisis que nos duró hasta el 2012; fue una crisis profunda que tuvimos que levantar con medidas de todo tipo, principalmente para no ser intervenidos por Europa y luego afrontando recortes del gasto público y principalmente reconstruyendo un mercado de trabajo con condiciones favorables para el libre empleo, liberándonos de alguna que otra lacra que nos tenía atados por culpa de gobiernos precedentes al de aquellas fechas.

El gobierno socialista del Presidente Zapatero, regaló a diestro y siniestro muchos parabienes como si desde una avioneta se repartieran billetes fabricados sin control, recordando aún aquel “cheque bebé” que pagaban los cochecitos de los recién nacidos y los bautizos o el Plan E, en el que gastó millones de euros para hacer rotondas por todas partes y polideportivos que aún permanecen cerrados sin olvidar cómo la construcción naval o la industria, se caía por momentos y engañándonos de que había “brotes verdes”, mientras los Eres llovían con cantidades millonarias cuando se trataban de acuerdos con sindicatos para trasladar al desempleo miles de trabajadores. Entonces las pensiones empezaron a ser las que capitalizaban a la familia y los mayores eran los mantenedores de ese desaguisado.

Pues bien, todo esto de nuevo se nos viene encima, ya se atisba el cierre de millones de pymes y cómo el consumo bajará estrepitosamente, por lo que amparado en el COVID-19, ni el Parlamento funciona y el confinamiento de millones de ciudadanos hace que esto esté llegando a cotas desesperantes y como alguno dicen, esto acaba de empezar.

 Al gobierno lo ha cogido de inexperto, no sabe llevar a cabo la gestión tanto sanitaria como la económica, por lo que está desbaratando todo su programa de fuegos artificiales, ya que junto a los comunistas, le ha cogido con el pie cambiado esta hecatombe y está poniendo parches cada día y legislando a golpe de Real Decreto Ley, algo que ni siquiera puede desarrollar y que los resultados serán nefastos y de muy mal recorrido.

Todo esto ya se está avisando y ahora quiere compartir el fracaso con la realización de unos Pactos de la Moncloa para que si el fracaso es el hundimiento total de la economía, como se espera, sea coparticipe la oposición con la que hasta ahora y en sus juegos florales previos a su investidura, no ha contado para nada, por lo que hace falta tener los pies calientes y la cabeza muy fría para saber no solo buscar soluciones de grandes expertos, sino apartarse para que el trabajo de reactivación lo lleven quienes entienden, no apesebrados del régimen instaurado que solo nos hará caer a los mismos niveles de países bananeros. Si en otras fechas, con los mismos dirigentes, nunca se vieron los brotes verdes, en esta ocasión de seguir así no veremos ni cardos borriqueros.

José Blas Fernández Sánchez

Presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Graduados Sociales
@Jblasfernandez

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