V. C. Cortes| WeltDeLibros
Acostumbrados como nos tiene a historias de terror o con hechos claramente sobrenaturales, Stephen King deja su pluma tenebrosa para pasar casi por encima estas señas de sus obras para contar una historia más enfocada a la supervivencia humana y más concretamente a la de una niña de 9 años.
Trissha McFarland, protagonista absoluta de esta historia comprobará de propia mano la resistencia humana a ser devorado por la naturaleza que nos rodea y que sin embargo a veces nos es tan ajena. Lo que debía ser una entretenida ruta de senderismo por un bosque de Nueva Inglaterra se convierte en una aventura inesperada y (esta vez sí para Trissha) terrorífica, que pocas personas a esa temprana edad tienen el talante de sobrellevar.
King explora una vez más el punto de vista infantil, bastante común en sus obras, pero de cuyo estilo sigo teniendo mis dudas. Entre otras cosas, King atribuye a la mentalidad infantil un cariz maduro que creo no corresponde con el que suelen tener los niños/as de esa edad. Esto le resta cierta credibilidad, pues a pesar de ser la protagonista una niña de 9 años parece saber defenderse en campo abierto cual Félix Rodríguez de la Fuente. Claro que un niño/a, incluso siendo de ciudad, si es instruido en las habilidades de supervivencia básica y conocimiento de plantas, puede retener la información y aplicarla llegado el momento de las vicisitudes.
Sin embargo, insisto no es algo particular de esta obra, sino de se repite en los personajes infantiles de King, se le atribuye una madurez y capacidad de decisión y de racionamiento más propios de un adulto instruido que la de una niña asustada y perdida en un bosque que no parece tener fin.
En cuanto al lenguaje y estilo de la obra, King consigue esta vez un equilibrio entre extensión y desarrollo de la historia. No peca de rellenos argumentales como hace en otras obras, mantiene una tensión constante a lo largo de toda la lectura, presume de un conocimiento adquirido sobre Baseball del cual puede hacer perfectamente galantería y cierra la historia de una forma afable y sencilla.
Tal como decía al principio se echa de menos un rasgo característico en las obras de King como es el uso de elementos sobrenaturales, que pasan de una forma bastante sutil y casi desapercibida. A pesar de las diferencias de opinión con respecto a si los personajes infantiles se adecuan o no a la realidad, esta obra hace uso de un terror más terrenal, aquel que nos sobrecoge por la incertidumbre de vernos rodeados de un entorno hostil y desconocido sin recursos para sobrevivir, más allá de unos escasos víveres, los conocimientos de supervivencia y una mente que te evada de la dura realidad y que no te haga perder nunca la esperanza.