Entrevistamos a José Blas Fernández

Entrevistamos a José Blas Fernández Sánchez, articulista en La Alternativa Digital, y un reconocido profesional en el sector del derecho laboral. Autor de «El Obispo Civil», obra en la que recopila algunas de las historias que más le marcaron como concejal gaditano durante el oficio de bodas civiles.

¿Quién es José Blas Fernández?

Soy gaditano y aunque he dedicado gran parte de mi vida a la actividad política y pública, siempre me he sentido un profesional del Derecho y como tal, un enamorado de mi profesión de Graduado Social, por la que trabajo y dedico  desde 1969 gran parte de mi vida, lo que me ha hecho que mis compañeros, a los largo de estos años,  me eligiesen  Presidente del Consejo General, del Consejo Andaluz y de Colegio de Cádiz y Ceuta de los Graduados Sociales, siguiendo en la actualidad dedicado plenamente a ella y como titular de un despacho jurídico, desempeñando el correspondiente papel que hoy tenemos quienes nos dedicamos a este difícil mundo del Derecho.

En esta profesión he obtenido grandes enseñanzas  y he sabido desarrollarlas con honestidad, dedicación, ética y compañerismo, por lo que mis compañeros de manera generosa  y con  cariño me eligieron ser su Presidente y así me reconocen (a mi criterio inmerecidamente) mi labor. 

¿Cuándo empezaste a trabajar como jurista en  el mundo laboral?

Como he dicho antes fue en 1969, tras haber terminado los Estudios en la Universidad de Granada, pero ello, siempre me hizo seguir formándome y posteriormente,  llegado el momento, también obtuve la Licenciatura en Ciencias del Trabajo, Auditor Socio-Laboral y Director de la Escuela de Práctica Jurídica “Rafael Martínez Emperador”,  pero siempre como laboralista y entregado al mundo del Trabajo y de la Seguridad Social, donde he desarrollado múltiples actuaciones, tanto procesales, como de asesoramiento en negociación de convenios colectivos, ponencias en la Universidad y un sinfín de actividades que en tantos años de profesión son incontables y  en este tránsito de la vida he recibido dos importantes distinciones  que para cualquier jurista es un honor, la Cruz Distinguida de Primera Clase el 11 de Octubre de 2007  y la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, el 25 de Julio de 2012, entre otras, lo que supone para mí  estar  inmerso y entregado a las labores del Derecho Laboral.

¿Qué opina de cómo se encuentran las distintas profesiones jurídicas en relación con la Justicia?

Atravesamos momentos muy difíciles  y controvertidos. La Justicia en su conjunto es uno de los pilares más importantes de un Estado de Derecho, pero en España se le ataca de forma desmesurada y sin conocimientos para que  ésta  pierda su credibilidad, haciéndola lenta, sin medios, falta de especialización  y lógicamente la Justicia que es lenta no es Justicia, pero tengo que reconocer que dentro de ese mundo judicial y en especial, de la Judicatura, hay grandes personas que están  sacando el trabajo  con esfuerzo  y están sufriendo tanto o más que los propios operadores jurídicos, lo que no quita que el daño que estamos recibiendo los profesionales del Derecho con tantas huelgas es ya incalculable y lo que es peor, el justiciable ya no cree en nada de lo que rodea el mundo  judicial. Algunos operadores están abandonando el barco de la profesión por no tener un sustento y no hay derecho a que  a las profesiones liberales, no sujetas a huelgas, nos estén hundiendo de una manera tan increíble.

¿Qué soluciones podría tener esta situación de abismo?

El Ministerio de Justicia debe crear una plataforma vinculante formada  por Jueces  y Magistrados, Fiscales, LAJS, representantes de las CCAA y profesionales del Derecho como son los Abogados, Graduados Sociales y Procuradores para  llevar a cabo  un Pacto por la Justicia y poner orden a tantos despropósitos como existen, pues sigo pensando que,   o se aporta dinero y medios   por las CCAA que tienen transferidas esta materia y se organizan mejor  las sedes judiciales,  con  funcionarios conocedores de las directrices procesales y dispuestos a colaborar  en las competencias  que poseen, o de lo contrario, esto nunca saldrá adelante.

Siempre se queja usted de la especialización de los Jueces y  Magistrados, ¿Por qué?

La Jurisdicción Social que es  en la que desarrollo mi actividad profesional principal, así como Mercantil, la vengo conociendo desde 1969 con las antiguas Magistraturas de Trabajo y siempre he visto  que ha sido una Jurisdicción especializada, pero si esta Jurisdicción como otras no está en manos de especialistas sirve de muy poco. Solo con ver los temas que tienen en las oposiciones sobre materia laboral y de seguridad social quienes salen de jueces para ejercer como tales, las materias mencionadas ni las tocan prácticamente y ni existen en los exámenes, por lo que tener un magistrado que viene de otra jurisdicción y no conoce ésta es hacer un flaco servicio a la misma y más cuando ponen sentencias con un total desconocimiento de lo  juzgado y sólo sirven una gran mayoría de ellas  para recursos, porque  el resultado es tardío y malo y no hablemos de los Jueces sustitutos, que están en los Juzgados de “oca a oca” como si supiesen de todo.

Se queja también de otras administraciones, ¿Por qué?

Pues sí, Las distintas administraciones que tenemos se han venido abajo tras la pandemia de una forma preocupante. Quieren aplicarnos  a los profesionales permanentemente  la Ley de Procedimiento Administrativo, que data de 2015,  cuando hasta la fecha de la pandemia, 2020,  nos permitían visitar a los funcionarios  en las sedes de la administración , consultar dudas y arreglar un entramado permanente de errores que también existían por parte de ellos, pero  tras la pandemia se han ido jubilando miles de funcionarios  y no tienen prácticamente personal para atender ni para resolver, habiendo incluso perdido  modélicos profesionales de la administración que por su experiencia  arreglaban y reparaban muchos entuertos, pero hoy todo lo quieren  por vía telemática y canales  de comunicación que han creado por doquier y  luego son inútiles. Por tanto,  luchamos para que volvamos a hacernos personas  y no números como está ocurriendo hoy, lo cual está perjudicando al administrado, pues ya el límite de la desfachatez  viene ocurriendo con  las citas previas, donde es algo que está desembocando en un caos tan absoluto que en lugar de estar la administración  al servicio del administrado, hoy es todo lo contrario y a los profesionales nos están convirtiendo y sin pagarnos ni darnos medios,  en empleados  ocultos de dichas administraciones.

Tenemos elecciones generales nuevamente, ¿qué desea para las mismas?

Espero sensatez, personas que conozcan las materias que van a debatir y que siempre cuenten con los profesionales, así se harán leyes consensuadas y serias y no lo que hemos tenido,  donde la diarrea legislativa nos ha envuelto en tanta inseguridad que verdaderamente hoy existe un caos en materia laboral, seguridad social  y económica que no tiene precedentes, por lo que quienes cojan las riendas de este país espero y deseo  que sepan contar con quienes somos especialistas en cada parcela, porque seguro que si nos consultan les irán bien y por supuesto a España le irá mucho mejor.

De su vida pública-política, ¿qué tiene  que decir?

Pues que sigo viva en ella, porque también es otra vocación  y tengo imborrables recuerdos de 36 años que he dedicado  para que las cosas mejorasen, por lo que en esos recuerdos podía relatar tantos aciertos y errores que van en la vida de cada persona, sin olvidar los afectos de amigos entrañables que he tenido  y mantengo, las incomprensiones de los adversarios, la envidia de algunos y el odio de otros, pero siempre he dicho y diré  que he sido un  profesional en la política y no un profesional de la política, y tal vez eso hoy no se estila.

¿Qué desea al mundo de las relaciones laborales?

Una buena adaptación del mercado de trabajo y verdadera creación de empleo y  no la nefasta reforma laboral que hemos tenido, una justicia rápida y especializada en cada materia, dotación de funcionarios formados y buenas sedes judiciales, incluyendo las Ciudades de la Justicia y un estudio profundo sobre el futuro de las pensiones, así como pedirle a la ciudadanía que confíe en los profesionales y en especial en los Graduados Sociales,   que es una profesión esencial, necesaria y que se ha entregado en cuerpo y alma para el administrado, no teniendo  conciliada la vida familiar y pese a ello, junto a los equipos de colaboradores de los despachos estamos supliendo tantas carencias  como la sociedad hoy tiene. Por algo, llevamos en nuestro emblema profesional y junto a la balanza de la Justicia, la expresión “Justicia Social”.