Por las sedes de algunos partidos políticos revolotean los buitres

Es verdad que la historia se repite y, a veces, tan frecuentemente y en tan poco espacio de tiempo que no nos da lugar a sorprendernos de nada y muy en especial, en el mundo político. En España, desde la llegada de la democracia, se entendía que para que un partido funcionase en armonía tenía que sostener una buena sintonía con la sociedad civil en la que se desenvolvía, pues los comportamientos deben ser correctos y no reprobables y en especial, en sus estatutos se contemplan que la corrupción no tiene entrada en ninguno, por lo que éstos son algo más que un código de funcionamiento interno y o clásico, es predicar en con ejemplo.

Sorprendentemente desde que la moción de censura orquestada contra el anterior presidente, Mariano Rajoy, se realizó por intereses personales y mirando el ego de unos pocos, el interés general de España ha quedado al margen y vilipendiado, pues a diario nos estamos sorprendiendo de los acontecimientos que nos están invadiendo, extremo que es curioso comprobar cómo en otros momentos y con otros gobiernos de la izquierda las manifestaciones, reivindicaciones, huelgas y un largo etcétera nos invadían las calles y el código de buenas palabras no existía, pero hoy, tanto en la pandemia que sufrimos, como en lo que nos viene y estamos esperando, es tal la de calamidades que se nos avecinan, que se habla y se discute todo hasta la saciedad, pero aquí nadie se moviliza. Sin embargo, la ciudadanía no es torpe y siempre se ha dicho que las urnas responden a la realidad social del momento y es cuando el pueblo habla, pero en la actualidad las únicas elecciones habidas han sido las de Madrid y el resultado es claro y patente, pues hemos visto cómo determinados partidos ha sabido recoger todo el malestar que han propiciado otros y rápidamente las encuestas están saliendo casi a diario con subidas de unos y bajadas de otros, hasta con la desaparición de muchos y lo que nos queda por ver.

Visto en la actualidad el ruedo político, la sociedad civil está expectante de lo que pueda ocurrir y lo que se atisba según las encuestas y ya, independientemente de lo que cada ciudadano democráticamente vote o no vote y elija a su criterio quién puede llevarnos a un mejor final y sacarnos de esta ruina, se observa claramente cómo en muchos partidos ya existen claros disidentes y personas tránsfugas de lo que fueron, para ir acomodándose en otros de mejor fortuna y cuando me refiero a fortuna no es la de los españoles, sino la de ellos mismos para asegurarse un escaño, un puesto o un cargo porque en el lugar que hoy se encuentran más pronto que tarde van a desaparecer. Por tanto, ya en algunas sedes de algunos partidos que se está viendo venir sus éxitos políticos, muchos buitres también revolotean sobre las nuevas sedes para incorporarse y se venden como salvadores de la patria para dejar constancia de que saben mucho de donde proceden y lo mal que lo hicieron los suyos y, por ello, venden su “curriculum político” de profesional de la política para ocupar puestos y prebendas en un futuro que seguros están que saldrán mejor parados. Y no olvidemos los “fichajes” de algunos que se creen que ya han ganado, incorporando a personajes dóciles y con clara disciplina de bolsillo, los cuales se adquieren en ese mercado político como expertos y conocedores de cualquier cargo. Y todo porque ya vienen quemados desde donde bombardeaban al futuro partido ganador. Como he dicho al principio, la historia se repite; en España han existido refundaciones de partidos, coaliciones y pactos donde si me integro en tu coalición seguro que sacaremos mejores resultados y para ello, el peaje del partido ganador es tan sacrificado que desplaza a los suyos a otros puestos y en aquellos de salida estos buitres que revolotean ya empiezan a buscarse un hueco para garantizarse su sustento porque de otra forma no saben vivir.

Esta experiencia que ya hemos vivido y que cuando estos intrusos han sido colocados se han retirado en el momento más oportuno para crear otro partido o integrase en una coalición, no debe coger por sorpresa a quienes hoy, las encuestas les están dando unas subidas clamorosas y afortunadas, como ya está ocurriendo en el Partido Popular, pues deben contar con quienes tienen y les han sido leales y no con una cesión ilegal de políticos que a fin de cuentas, en ese prestamismo, los navajazos y las espadas en alto serán sus verdaderos verdugos a la postre, pero al igual que las encuestas están propiciando subidas de unos y hundimientos de otros, es precisamente ahora cuando los partidos tradicionales, serios y buscadores del interés general de España, deben reconocer que esa subida es por méritos propios y nunca por terceros oportunistas que vienen a desplazar al que ha sido leal y corresponsal con su primitivo partido y no el que viene a introducirse para vivir de la mamandurria.

En definitiva, el panorama político español tiene visos de repetir las mismas escenas desde que la UCD se creó como tal, de cómo se descompuso y de cómo hemos llegado a nuestros días, donde algunos tienen una vida laboral-política peor que los interinos de las distintas administraciones, es decir, cada periodo de tiempo en un sitio, pero siempre, poniendo la mano y ejercitando la desfachatez de que lo anterior no valía y lo de hoy, en donde se meten, es un paraíso de bienestar para todos los españoles. Al final, la falsedad, el oportunismo y el negacionismo, por situarse en un sitio, sigue siendo la mejor moneda de cambio de la clase política y esto pasa facturas de un coste tal que al final cuando se pierde, el marrón es para los mismos.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.