Almudena Fuentes Puntas
¿Quién es Paco Clares?
Simplemente una persona que se dedica a los escenarios ya sea actuando o presentando, al fin y al cabo, el presentador es un personaje que se crea uno mismo y que se modifica según el momento que toque representar. En lo profundo, soy un soñador, un idealista, una persona que sueña despierta y que confía en trabajar su propia suerte para cumplir sueños grandes, quien es feliz en realidades pequeñas y yo soy feliz en sueños grandes, y pretendo no despertar.
¿A qué edad supo que quería ser actor?
No hay una edad cuando no es un trabajo, hay gente que tiene una profesión y luego otros llevamos grabado en el ADN una realidad a la que no nos podemos negar salvo que nos neguemos a nosotros mismos. Yo me he negado muchas veces, muchas cosas, por mí y por los demás, porque, aunque parece que las cosas ahora están más abiertas, la sociedad te condiciona a ser estándar, y para eso sí tengo una edad, hace 5 años aproximadamente que dejé de querer ser estándar y aceptar quien soy yo sin complejos.
¿Con quién se formó?
Me he formado con muchos grandes profesionales, podemos decir que mi formación más general fue durante 3 años en una academia de arte dramático. Pero lo importante, es que la formación es continua, aprovecho siempre que puedo para hacer un curso específico, por ejemplo, estoy deseando hacer un curso de cine de terror con el director algecireño Ángel Gómez, con el que acabo de hacer otra formación. He aprendido de Ramiro Blas, Pablo Ini, Nacho Guerreros, María Acero…. Y de los grandes profesionales de este país, como dice Ramiro, tenemos una biblioteca en casa tremenda, las plataformas nos dan acceso inmediato al conocimiento, y un actor no puede parar de ver cine, series y teatro, es la clave. Además de leer a los grandes maestros de la interpretación.
¿Cómo fueron los inicios de su carrera?
Pues sorprendentemente, comencé en el mundo de las imitaciones, tenía un espectáculo en vivo al que le saqué mucho fruto que parta de la imitación de un personaje de Ángel Garó, Maruchi, que era el hilo conductor del monólogo. No sé qué edad tenía, pero quince como mucho y ya tenía kilómetros recorridos.
¿Cuál fue su primer trabajo?
En televisión Compañeros de Antena 3, la primera vez que abrí la boca en televisión fue en una escena con David Janer y Óscar Jaenada. Y mi primer cortometraje fue en la escuela de cine de Puerto Real.
¿Quiénes fueron y quiénes son hoy sus referentes en la actuación?
Sería imposible, necesito una enciclopedia, siempre he sido un apasionado de Lina Morgan, me marcó la infancia, yo quería estar ahí en ese teatro. Por nombrarte a alguien que me tra mucho pues Luis Zahera y Luis Tosar, que últimamente persigo sus trabajos.
¿Con qué director o qué actores que aún no haya trabajado le gustaría compartir algún proyecto?
Me encantaría trabajar con Achero Mañas, te podría decir mil directores, pero desde que vi “Noviembre”, que es una de mis pelis favoritas, estoy loco por ponerme a sus órdenes. En cuanto a actores, me apetece mucho compartir escena con Ramiro Blas, y con un actor que tengo la sensación de que nos conocemos de otra vida, Carlos Cuevas, además de que me apetecen los proyectos en los que participa, son aire fresco. Y añadir, estoy deseando trabajar con los hermanos Caballero, soy adicto a su universo, y me parece una forma de explotar mis límites con los colores fluorescentes de los personajes que habitan ahí.
¿Cuál es el secreto para ser un buen actor?
Trabajar, estudiar, estudiar y trabajar. Como en todo en la vida, la única diferencia es que, como todas las artes, tienes que llevarlo en la piel, pero si no lo cultivas se pierde todo.
¿Qué nos puede contar sobre la filmación de su último trabajo?
Estoy rodando un cortometraje con una temática dura, estar presente en lo que nace de tu tierra siempre es un gustazo.
¿Dónde disfruta más actuando: en teatro, cine o televisión?
Pues son tres palos muy diferentes, y porqué elegir, los quiero todos.
¿Qué consejos le podría dar a jóvenes actores que recién estén comenzando sus carreras?
Lo dicho anteriormente, que acepten lo que son y se entreguen a formarse, que se sumerjan en este mundo hasta el fondo, que lo vivan, que lo amen, que lo respeten, que lo cuiden, y que estudien mucho, el estudio le ayudará a volar con los pies anclados.
¿Qué proyectos tiene para el futuro?
Estamos preparando una nueva versión de Pedro y El Capitán de Mario Benedetti, después de casi dos años girándola, nos ofrecieron a los dos actores que la representamos una nueva visión, un nuevo montaje, más europeo, y en ello estamos con toda la ilusión y deseando ponerla en la carretera.
¿Cómo compagina su carrera de actor con otras obligaciones?
Pues afortunadamente, con toda la ayuda y compresión de mi pareja, y estando presente al máximo cuando se puede, el tiempo de calidad que le llaman.
¿Nos podría contar algunos de sus trabajos más interesantes en cine, teatro o televisión?
He grabado una miniserie que se llama “Un día de Junio” del chileno César Déneken, que trata sobre la salud mental y que estoy deseando que se comercialice, tiene unos mensajes enormes y necesarios. En teatro, el capitán de Benedetti me ha llevado a las antípodas, me encantan los villanos, prestarle el cuerpo a ser despreciable y comprenderlo es uno de los retos más grandes que afronta un actor, porque tendemos a juzgar constantemente, y el actor no puede juzgar al personaje, es el personaje quien debe juzgarse a sí mismo desde él, desde sus condicionantes, los zapatos más incómodos cuentan grandes batallas, y esos son mis villanos, unos zapatos incómodos pero relucientes, afortunado yo que el físico me lleva a cruzarme con estos personajes.