Crisis comunista

La respuesta de todo estado comunista y totalitario (perdonen la redundancia) comporta dos fases bien diferenciadas y correlativas; 

Paso uno; negación. 

La crisis no es real, tan sólo una burda y vil argucia del enemigo para desgastar el Gobierno. ¿Cómo va a haber crisis en un Estado socialista? ¿Cómo van a pasar cosas malas en un Estado socialista? No, hombre, aquí sólo pueden pasar cosas buenas. ¿Chernobyl? Bah, un escape de nada, está todo bajo control. ¿Un asesino en serie? Eso sólo pasa en las degeneradas sociedades capitalistas, el tal Andrea Chikatilo no existe. ¿Un virus especialmente agresivo? Hombre no, será poco más que una gripe estacional. Repitan conmigo; no puede pasar nada malo en el paraíso socialista. 

Quienes se atreven a denunciar esa crisis que no existe están cometiendo traición, y como tal deben ser severa y ejemplarmente castigados. Como el médico chino (o enfermero, no se sabe bien; cosas de las transparentes sociedades socialistas) que dijo que había un peligroso virus haciendo de las suyas por ahí, y que acabó liquidado. En aquellos países donde no se atreven a llegar a tanto les basta con poner todo el rodillo mediático a su disposición para desacreditar y mofarse de aquel que denuncie tal crisis. 

Paso dos; aceptación de la crisis… provocada por el enemigo. 

Hay veces en que la crisis, que por supuesto es real (siempre lo fue), se vuelve imposible de ocultar. Por más que los medios de comunicación, cuya obediencia es perruna, se empeñen en ocultarlo o minimizarlo, uno empieza a ver la verdad cuando se 

asoma a la ventana. Es entonces, y sólo entonces, cuando aceptan que hay una crisis… pero que es causada por el enemigo. Así pues, la culpa de la crisis del coronavirus en la Comunidad de Madrid la tiene los sucesivos recortes en sanidad del PP. No importa que la Comunidad de Madrid sea la región con la esperanza de vida más alta de Europa (85,1 años; seis más que la media europea). ¿Desde cuando ha importado la verdad? 

Pero, ¿creéis que la cosa va a quedar ahí? ¡No, hombre! Cada crisis es una oportunidad para concentrar más poder en sus manos, y así, los que antes decían que el coronavirus era una simple gripe, y animaban el domingo a manifestarse por no se sabe muy bien qué -sólo que beneficia al Gobierno-, dicen ahora que la magnitud de la crisis obliga a supeditar toda la riqueza nacional al interés de la solución de dicha crisis. Así, Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, que hacía pocos días lanzaba las consignas convenientes, escribía un tweet donde decía que el Estado debía controlarlo todo en aras de solventar el grave trance por el que estamos pasando. 

Nada nuevo bajo el sol. Gestión típicamente socialista -y comunista- de la crisis. 

José Luis Tivi

Escritor
@eltivipata


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