Los ayuntamientos democráticos cumplen 45 años

José Blas Fernández Sánchez

         En esos días, tras las elecciones municipales celebradas en 1979, los distintos partidos políticos que existían legalizados  tras la muerte de Franco, empezaron a aglutinar sus afiliados y listados de personas comprometidas para iniciar  una nueva vida municipal que cambiara todo lo que en aquellos momentos existía, pues  aún estábamos bajo el efecto o anestesia de la dictadura. Franco hacía tres años largos que ya había fallecido  y aún perduraban los rescoldos de los Ayuntamientos no democráticos que se estaban diluyendo como azucarillos en el agua. Es más, pese a la reforma que hizo el entonces Ministro  Manuel Fraga de renovar entre los concejales existentes al Alcalde de la Corporación de aquella época y  donde muchos venían históricamente año tras año nombrados por los entonces Gobernadores Civiles o por el Ministro de la Gobernación si eran capitales de provincia (cambio absurdo y que fue prácticamente por dos años), empezaron las campañas para estas municipales  donde los pactos como hoy precisamente existen y perduran corrieron como rosquillas,  nos encontramos con Ayuntamientos con nuevos alcaldes y nuevos ediles, pero donde desgraciadamente no tenían ni para comprar un candado.

         En estos días, al cumplirse el 45 aniversario,  recordamos  quienes vivimos por aquella época cómo quienes se presentaban a las elecciones en su gran mayoría eran profesionales de algo. Era fácil comprobar cómo la corporación municipal estaba formada por profesionales liberales, maestros, catedráticos, funcionarios y un largo etcétera que eran quienes ausentándose de sus propios trabajos, dedicaban su buen saber y entender a la ciudad o a  la localidad en la que habían sido elegidos. Por aquel entonces,  ser alcalde era un compromiso vital, pues en muchos de sus trabajos profesionales  o si eran funcionarios tenían que pedir permiso hasta para ir al Ayuntamiento a firmar sus responsabilidades  y  todo aquello que era como consecuencia de la  Ley de Régimen Local de la época franquista.

         En resumidas cuentas, un gazpacho entre la democracia con sus libertades y leyes sin derogar de anteriores tiempos, lo cual  puedo asegurar que existieron muchos profesionales en la política y no como hoy, que son profesionales de la política.  Y digo esto,  porque hace 45 años ni existían sueldos  ni asignaciones ni siquiera se deba de alta a un concejal en la Seguridad Social, todo lo más, el acalde cobraba los gastos de desplazamientos al igual que los concejales y como mucho se nombraba un Jefe de Gabinete, pero uno solo, no como hoy que son decenas, para que llevara la agenda del alcalde y le transmitiera  sus viajes y visitas para poder desenvolverse en defensa de la ciudad. Curiosamente, si no existía todavía una Ley de Régimen Local como la existente hoy que tras muchas reformas contempla infinidad de derechos  para quienes ejercen esta actividad política, las Haciendas Locales  tenían  en sus cajas de caudales  telarañas, porque hasta que no llegó el siguiente mandato entre 1983 y 1987 no se empezaron a crear  impuestos municipales para poder sobrevivir, pagar la nómina de los funcionarios y poder arreglar calles, aceras, mejores conducciones, mayor potenciación de la vía pública, jardines y playas  y así, poco a poco levantar la vida de la ciudad y dar  nuevos servicios a la ciudadanía, porque con el impuesto de la entonces contribución urbana,  hoy similar al IBI, el precario impuesto de radicación o la tasa por licencias de obras y ello en función del valor de las mismas, poco más se podía hacer, por lo que los ayuntamientos empezaron a eliminar ese tipo de impuestos  que les hacía pasar a los alcaldes y aquellas corporaciones más hambre que “un caracol en un espejo”, fue cambiando gracias a la inyección del Impuesto de Actividades Económicas, el de  bienes inmuebles, plusvalías o tasas de basura llamadas muchas de ellas tasa medioambiental, IVA y otros como las transferencias del Estado que se reciben como agua de mayo para el mejor desarrollo del municipalismo. En resumen, decenas de tasas e impuestos según el municipio donde hoy hasta para poder circular por la vía pública y respirar nos están cobrando.

         Sin embargo, retrotrayendo el video de la vida de estos 45 años a 1979, celebramos  el compañerismo, el  buen saber entre los ediles y alcaldes y el sacrificio personal que se hacía en aquellos primeros ayuntamientos democráticos. Quienes hemos vivido estos 45 años y celebramos en estos días los reencuentros entre los que estaban en el gobierno y en la oposición, nos damos cuenta que éramos personas que teníamos valores para gobernar por las buenas costumbres y que no existía ambición de poder,  porque tu meta era igual para todos que no era más que tener una ciudad limpia, ordenada, con   buenos servicios y en resumen dar acogida al forastero para que  su estancia en las vacaciones se hiciera parte de esa vida que existía, volviera de nuevo y en resumen, hacer de tu ciudad  el gran encuentro de todos y, posteriormente, una vez acabada esa misión volver a tu vida profesional que era de donde procedías, cosa que hoy  el ser concejal,  en el 95% de los casos, es una carrera para vivir de ella.

         Mi recuerdo a tantos y tantas concejales/as que se dejaron la piel y hoy ya no están con nosotros. Hemos superado la consigna que en 1979 los españoles nos propusimos. Han sido muchas vivencias y reencontrarnos con mujeres y hombres de la ápoca que ya son hoy supervivientes es  un encuentro emocional donde  contaremos infinidad de vivencias y donde el legado de aquel trabajo lo dejamos para nuestros hijos. Así valorarán qué significaba ser concejal en los años 80.

   Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

3 Respuestas a “Los ayuntamientos democráticos cumplen 45 años”

  1. Hoy los Ayuntamientos son oficinas de colocación de los partidos que gobiernan o están en la oposición, no solo se conforman con ponerse buenos sueldos a gente que no tienen ninguna experiencia y porvenir, sino que colocan a sus amigos, familiares y novias y amantes de asesores de la nada porque no van a nada. El sueldo se los llevan a casa.

  2. Un artículo para el recuerdo a los que vivimos esa época y un análisis muy real y sereno de como fueron las cosas en esos años precarios pero cargados de ilusiones y dignidad.
    Te invitaria a que completaras este estudio con la evolución detallada que supuso el cambio para los municipios en estos 45 años con la misma claridad y tu gran conocimiento de estos cambios para los ciudadanos. Mi felicitación D.José.

  3. Bonito artículo y nostálgico porque hoy en día nada tiene que ver con lo que había antes. Actualmente casi todos van a quedarse para siempre y a comer de la sopa boba, sin ninguna intención de hacer algo desinteresadamente, ya que la mayoría que hoy están en la política no tienen donde caerse muertos y eso repercute en la calidad de la política.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *