Los sistemas telemáticos nadie podrá discutirlos por el avance que han supuesto para que la sociedad de hoy esté comunicada desde un ordenador o bien desde un teléfono móvil. Es decir, ya existen estadísticas donde los jóvenes que cumplen mayoría de edad prefieren tener un móvil de última generación que obtener el permiso de conducir, lo que significa que para los jóvenes y menos jóvenes estar todo el día enganchado con un sofisticado teléfono, que su principal necesidad es la batería, es lo más importante y parece que ya no interesa nada más, porque la sociedad de consumo le ha importado más estar ganando el mundo por vía telemática que cualquier relación social o reunión física entre personas.
Quienes tienen cierta edad hoy, nacieron en una sociedad donde el avance existente era la máquina de escribir, pues aún recuerdo aquellas academias para aprender mecanografía, donde las mujeres más que los hombres, eran portadoras de ese bienestar de la escritura y donde las cartas y correspondencia estaban bien presentadas con esa letra especial de algunas máquinas de escribir que ya han desaparecido y solo se encuentran en los museos. Pues bien, esa parte de la sociedad que tiene que saber cómo conectarse con su banco a través del ordenador o teléfono, hacer transferencias, consultas, conocer saldos y vivir de una manera impersonal como es ese sistema, ha tenido que entrar en la comunicación del whatssapp y sus derivados y no digamos la panacea del twitter o de facebook, donde las faltas de ortografía corren por el cable del móvil y son vehículos constantes de insultos, amenazas, coacciones y lo que se conoce vulgarmente por ser una diversificación de las redes sociales.
Hasta aquí hemos seguido los que tenemos más edad, pese a navegar con tumbos y sorteando todos estos sistemas que, cada vez nos hacen estar más aislados y sin embargo, lo que antes era un teléfono para enviar y recibir llamadas, hoy se ha convertido en una necesidad para que quien te llame tienes que estar dispuesto a contestarle, porque se entiende que lo llevas encima como la medalla de la Virgen del Carmen.
Siguiendo con este recorrido que cada día es más sorpresivo y te convierte en más inútil y analfabeto informático, ahora están apuntando con el código QR, que consiste en tener una cámara en tu teléfono o tablet y con la misma, apuntando hacia dicho código, que está compuesto de barras bidimensionales y fácilmente identificables por su forma cuadrada y por los tres cuadros ubicados en las esquinas superiores e inferior izquierda, te vas a enterar qué tiene una carta del restaurante o lo que es peor, ya se atisba que los prospectos de los medicamentos tendrán su contenido a través del QR, el cual como módulo para almacenar información y que fue creado precisamente en Japón en 1994, ahora nos tienen almacenadas toda la información necesaria para poder descifrar qué deseamos y qué queremos, es decir, tenemos que estar preparados forzosamente y así nos lo obligan a que cada vez que compremos o nos receten un medicamento, poner en marcha el QR y sin ello tendrás pastillas pero no sabrás para qué sirven.
Dicho lo anterior, la propia sociedad mercantilista que cada vez inventa mayores innovaciones para hacernos consumistas, no se ha parado un minuto para ver, con toda esta parafernalia que nos ha hecho comulgar, darse cuenta de que los mayores cuando entran en un banco no saben ni a qué mesa dirigirse, pues si no manejan la pantalla para coger número y dicen quién es o no se identifica correctamente y no sabe escoger las miles de explicaciones que le pide la pantalla, pues no se comerá un pimiento. Tendrá que llamar a la mesa más cercana para que alguien le atienda y le diga “que si no sabe manejar un ordenador”, pero para mayor vergüenza a esto se le une que tiene que saber llevar a cabo una cita previa por ordenador, tiene a la hora de acudir a un centro de salud que saber pulsar dactilarmente qué asistencia quiere y qué facultativo es el suyo, pues de lo contrario se quedarás ahí hasta el día siguiente ni no le echan antes, sin mencionar ahora, reservas de trenes, billetes de autobuses, salidas de aviones y un largo etcétera que el pobre analfabeto informático cada vez está más arrinconado, con lo bonito que es llegar a un restaurante, pedir la carta y que el metre o persona que te sirva te explique cómo están elaborados los calamares rellenos, pero no, el QR fríamente te dirá si es que aciertas en verlo por el tamaño de la letra, que tienen esos calamares rellenos y su precio, pero nada más, lo que está produciendo una situación tan sensible en el ser humano que no ha podido o no ha llegado a tiempo a los sistemas informáticos que desagraciadamente los ha hecho inútiles y acomplejados.
En resumen, estamos ante un galimatías de situaciones telemáticas, de plataformas informáticas y de nombres que no sabemos ni escribir que el día que se apague la batería o no tengamos donde conectarnos, nos quedaremos sin coger el tren y perderemos el avión y no digamos los pagos de la tarjeta, donde a veces, no se entiende cómo se tramita a la hora de pagar en cualquier establecimiento. Por favor, ¡basta ya!. La sociedad no está al 100% informatizada, la sociedad no ha podido adaptarse a los tiempos de la telemática porque ni la han enseñado y ni la han preparado, por lo que es triste ver cuántas personas de cierta edad se encuentran aislados y sin saber moverse, ya que ni tienen ordenador ni ningún medio informático para estar conectados con nadie, pero eso no importa; la sociedad sigue su camino, los bancos te bloquean las cuentas, las redes se caen y no dan explicaciones y las plataformas telemáticas sin avisar, te aíslan del mundo, lo que una vez más se demuestra que una sociedad así no es habitable, pues prevalece el interés del más poderoso, que en este caso es quien te impone sus medios para que tú entres y te adaptes a ellos y si no lo haces, pobre de ti porque seguirás siendo un analfabeto informático, que si encima lo pregonas se reirán de tu situación. Ya es hora de equilibrar a la sociedad en los conocimientos, pues no se trata de saber leer o escribir, se trata de adaptarte a métodos impositivos que se han impuesto y desgraciadamente no existen salvadores para esto.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Desde luego cuanta realidad, hoy quienes tienen cierta edad y son los más mayores sufren tantos sistemas informáticos como una carga más para desarrollarse pues no es justo que hasta las recetas tengan que leerse por medio del QR. Veo acertadísimo esta tribuna pues a los mayores no se les puede sancionar con tanta informática y menos las administraciones que condenan a esas personas a tener un ordenador para llevar a cabo citas previas . Edto se ha ido de las manos y desde luego a algunos los han hecho analfabetos informáticos por la imposición de sistemas como los bancos, no se debería imponer estos métodos a quienes no los conocen. Esto es impresentable y dolorosos para muchas personas.
En efecto. Métodos impositivos. Vengo de un restaurante y los padres cada uno con su móvil sin mirarse . El niño en el carricoche con una tablet viendo una pelicula. Ninguno molestaba a nadie. Se acabaron las sobremesas, el coloquio ameno, en definitiva . La convivencia. veremos cuando permitan al justiciable entrar en sus procedimientos judiciales y se confundan y alarmen porque no conocen el derecho procesal. Es como si pudiese entrar yo en un diagnóstico médico sin concluir. …. de verdad. Los mayores acobardados y marginados por no saber informática . No importa que no vayan a visitarlos los hijos y nietos, pueden ponerle una cámara y así se-ahorran el paseo a su casa. Los nietos ya no necesitan los cuentos escuchados con amor y contados y leídos con paciencia y cariño. .No hace falta. La tablet tiene infinitos…. las faltas de ortografía están servidas, hasta en los mayores. No hay vuelta atrás.
Artículo interesante y muy real. Desde luego todos somos ya autistas y estamos aislados. El otro día estuve en un restaurante y mi móvil no podía leer el QR de la carta y tuvo mi amiga que leermela…si hubiera ido sola 😣. Me pongo en lugar de mi madre y me da mucho coraje porque la pobre ya ni puede ir al banco sola…..voy con ella para que pueda sacar dinero del cajero. Eso antes no pasaba. Que poca sensibilidad!!!
Esto va muy de prisa, sobre todo para los mayores que por las circunstancias que les haya tocado vivir, les puede resultar complicado adaptarse a las nuevas tecnologías,que tiempos aquellos en que en una reunión comer pipas cortaba la comunicación, ahora con el móvil no solo se corta la comunicación incluso las relaciones familiares. Como bien dice José Blas esto a los mayores nos cojes en fuera de juego , demasiada informática para personas desinformada, y como bien dice en su artículo QR eso que es