Vicente C. Cortes| WeltDeLibros
Eras la Noche (Libros de la Herida, 2020) nos traslada a un contexto histórico que parece ya diluirse en el tiempo, pero que formó parte de la provincia de Cádiz, de Andalucía y de otras partes de España tras la guerra civil; la resistencia de la postguerra.
Los años cuarenta parecen alejar el infortunio de la guerra en los pueblos andaluces, pero es difícil olvidarse en un entorno de represión, miseria y calamidad que sigue azotando a la población. Los montes y sierras gaditanas fueron en aquel entonces, como en muchos otros puntos de la geografía andaluza, un hervidero de fugados, bandoleros y resistencia maqui.
Es ahí donde el asidonense Ramón Pérez sitúa la trama de su historia, en un pueblo que trata de superar la sombra de la guerra pero que se enzarza en resentimientos, en un monte lleno de vida pero donde muere la esperanza, donde mueren unos ideales, y donde se lucha día a día y a costa de muchos, por una supervivencia que pende ya de la cuerda floja.
Francisco “Largomayo” es la voz de esta historia, en primera persona, pero que representa a muchos otros en los devenires de la postguerra. Será el reflejo de aquellos que se alistaron a luchar por la república, sin saber muy bien porque lo hacían, de aquellos que perdida la guerra no se resignaban a perder la esperanza y ser el objetivo de abusos de aquellos que habían ganado, y el reflejo de aquellos que se hicieron al monte para poder labrarse algún futuro, de luchar hasta el último aliento y que al final se convertiría en el túmulo de la mayoría.
En sus páginas compartiremos las vivencias de un grupo de guerrilleros que rondan los Montes de Medina y los Alcornocales. Un grupo perseguido por la benemérita y que a duras penas sobrevive de la ayuda (coaccionada) de unos pocos y del amparo de los matorrales. Nos ayudará a comprender mejor una época decisiva e ignorada, pero que ha logrado sobrevivir hasta nuestros días.
Aunque el juego de fechas y hechos, siempre contados por el protagonista, me ha llevado a perder el hilo en algún que otro momento, el autor nos deleita con una prosa lírica y un trabajo espléndido y bien documentado. Una historia desgarradora que a nadie dejará indiferente, un viaje por los Montes de Medina, una historia de venganzas, de supervivencia, pero también de amores que se marchitan, de la lealtad a unos ideales y de la traición.
Unos hechos históricos que no conviene olvidar en el pasado. Una historia contada para los que no estuvimos ahí y como bien dice el autor:
“La boca nada más puede hablar de lo que le sobra al corazón”.
Gracias Vicente por tu magnífica reseña.