El carril bici ha perdido su esencia

José Blas Fernández Sánchez

         Los amantes del ciclismo cada día que pasa deben estar más confusos porque aquella extraña bicicleta de dos tubos con pedales que  inventó en 1817 Karl Freiherr,  con el fin de convertirla en un transporte rápido de la época se ha ido  transformando  en algo  que las actuales generaciones  han conocido su cambio  en mejor o peor calidad para terminar  en la bicicleta que hoy conocemos. Imágenes de bicicletas con una rueda enorme delantera y una más pequeña trasera  o viceversa, fue un diseño que revolucionó los tiempos  de principios de 1900, siendo utilizada como transporte y, por supuesto, como practica deportiva que es lo que hoy tenemos. Desde hace más de cincuenta  años,  la bicicleta ha cubierto muchas necesidades para quien no tuvo otro medio de transporte, pues era un  reflejo de lo que la sociedad quería avanzar, llegando posteriormente a incluírseles un motor para que tuvieran mayor ligereza sobre los caminos y el asfalto. Todos recordamos  cómo  se fueron creando asociaciones de ciclistas y  usuarios de la bicicleta que reclamaban caminos especiales para ellas,  porque independientemente de los profesionales que en circuitos y carreras preparaban acontecimientos históricos, en las ciudades el “rey de  la calzada” era ya  el vehículo a motor y, por supuesto, orillaba y dejaba en una situación minoritaria aquél que quería pasear en este medio de las dos ruedas. Es más estas asociaciones hacían no hace muchos años duras manifestaciones  y concentraciones  en plazas y calles reivindicando un carril para ellas porque era bueno para el ejercicio físico y para el medio ambiente; algo que las distintas administraciones fueron prometiendo en citas electorales crear un carril bici para que tuvieran su espacio y para que apartando de su camino  a coches, autobuses y motocicletas, estas fueran libres y así por todas las ciudades,  el carril bici ya era algo  que se  ha convertido en pura realidad para esas viejas aspiraciones de ir independiente pedaleando  la bici y circulando por la ciudad con una libertad que nunca se tuvo.  Es más, han llegado a tener el monopolio de muchas vías de circulación  y han monopolizado  espacios de ciudades y pueblos donde no se accede como no sea a través de ese carril bici por medio de bicicleta,  copiando costumbres de otros países europeos donde el ejemplo era que  para ir a cualquier destino en la ciudad no existía más medio que la denominada bicicleta.

         Pues bien, lo que parecía un carril bici monopolizado  se  ha ido   hoy difuminando por un intruso  velocípedo llamado patinete eléctrico. En poco tiempo estos vehículos, porque así lo son, han invadido las ciudades por doquier. Algunos,  sin respeto  de ningún tipo al que tenía la superioridad en la calle, el peatón y  lo que se vendía como fue la bicicleta para hacer ejercicio, respirar aire puro y ser bueno para la salud, se ha convertido en este  macabro patinete que ha invadido todos los carriles bici, donde ni se hace ejercicio ni nada parecido. Es más, se puede hacer estadística de ver cómo por estos carriles bici circulan más patinetes que bicicletas, lo que ya  ha hecho posible que quienes son peatones y de cierta edad tengan un auténtico pánico a que este patinete  que alcanza velocidades inesperadas y  que han sacrificado vidas en muchas ciudades. Por tanto,  pese a las normas que se dictan, el patinete y bicicleta circulan por donde quieren, porque cansados estamos de ver cómo en los pasos de cebra que no tienen espacios para ellos, sus usuarios  no se bajan y los cruzan subidos  y no llevados de la mano como es obligatorio y lo que es peor, sin matriculas y sin ser identificados acometen desagravios  y robos que luego un vehículo policial no pueden  alcanzarlos por las calles  en las que circulan en su gran mayoría en  direcciones prohibidas, por aceras y por todo aquello que se les pongan por delante.

         Esto está creciendo por día. Es más, estamos viendo cómo en el patinete van hasta dos personas transportando carga de reparto, algo que por día lo vivimos y que en una circulación fluida como ocurre en muchas ciudades circulan entre vehículos sin respeto alguno a las normas de tráfico y, por supuesto, poniendo en peligro no sólo las vidas de los que los conducen sino provocando accidentes, incluidos los laborales,  por todas las ciudades  y con el beneplácito en muchos casos de la propia policía municipal que pese a tantas campañas como hacen  no existen ejemplarizantes sanciones para acabar con todo ello, pues en muchos casos nos encontramos ante menores insolventes de todo orden.

         Pues bien, ya el carril bici hay que cambiarlo por el carril patinete, no sin antes reconocer que las ventas de las bicicletas han bajado notablemente  y el patinete ha subido  de forma descomunal. Por ello, parece imparable la dinámica que tenemos, porque  los mayores que no suelen circular ni en patinete ni en bicicleta y sólo  en vehículos a motor, se encuentran en una desigualdad absoluta  ante estos dos medios de transporte.

         En definitiva,  o se toman medidas con el patinete  como han hecho con la prohibición de que suban en los trenes e imponen sanciones duras y rígidas, o aquí no hay quien viva, porque la cultura de hoy y más la  falta de educación se han adueñado de esta sociedad en la que vivimos.

  Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

3 Respuestas a “El carril bici ha perdido su esencia”

  1. Contra los patinetes hay que tomar serias medidas, es vergonzoso como circulan y la velocidad que llevan y como se dice aquí son sumamente peligrosos y el carril bici donde se utilizaban por niños pequeños ya no se puede hacer y es más ese carril bici se suben los vehículos y hasta los carritos de minusválidos son atropellados por estos patinetes.

  2. El problema es que no hay normas de circulación para estos vehículos y si las hay no se aplican.
    Estos vehículos están propulsados por un motor eléctrico, luego pierde la condición de recreo, además deben de tener un seguro de responsabilidad civil, debe circular por las vías de vehículos a motor el usuario debe de llevar un casco de protección y haber realizado un curso de circulación vial,. Y la policía tiene que tener todas estas normas reguladas para poder sancionar a los usuarios de estos patinetes, que las incumplas.

  3. Magnífica denominacion hace el autor del patinete: «intruso velocípedo» . Todo pasa porque tiene que haber una reglamentación para la circulación del patinete porque todo es una falta de normas y de respeto de los que circulan en estas armas a motor. Buen artículo para denunciar la realidad de estos patinetes y de la falta de responsabilidad de la mayoría de los que los utilizan.

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