Un voto para una reforma

La reforma laboral del 2012 sí que ha quedado fortificada porque cuanto se ha determinado en la polémica mini reforma del 2022 poco ha desvirtuado lo que durante diez años ha venido siendo la principal herramienta de las relaciones laborales en España. Tanta amenaza como algunos prodigaron de que la reforma laboral del PP iba a ser arrasada, se ha quedado afortunadamente en un pequeño amago y al final cuanto ha sido aprobado obedece principalmente a la jurisprudencia del Tribunal Supremo o Tribunal Europeo, pero lo retocado prácticamente tiene que verse su resultado, pues precisamente si se ha creado empleo con la reforma de Rajoy  y se ha demostrado que pese a la pandemia han funcionado los mecanismos de control como fueron los ERTEs en el mundo del trabajo, venimos a reconocer que aquello se hizo bien y en un momento muy difícil. Pero hoy, la reforma que el PSOE ha practicado con vicisitudes no significa más que una acumulación de despropósitos, y no lo digo por el fondo, sino por la forma de llevarlo a cabo y que al final por un solo voto mecánico y, al parecer equivocado, de un Diputado del PP, la situación ha quedado en tablas, porque sacar todo un proyecto legislativo por un solo voto de diferencia ya demuestra lo débil que ha sido todo el planteamiento llevado a cabo y donde la credibilidad de ello se ha quedado en entredicho. En resumen, la reforma del 2012 ha quedado bien cimentada.

Es verdad que el desaparecido contrato de obra o servicio determinado que ha sido una de las fuentes más controvertidas, había que darle una finalidad clara y concreta, pues se ha abusado mucho del mismo y yo diría que hasta se ha cometido mucho fraude en la contratación laboral, pero dejar este tipo de contratos para que sólo sean las administraciones públicas las que se beneficien de los mismos en función de sus programas es jugar sucio, porque la misma necesidad también poseen todas las empresas privadas, por lo que hacerse patente de corso para quienes legislan es de una precariedad absoluta y no digamos de cómo se va a regular el contrato de trabajadores fijos discontinuos, pues quienes conocemos el mundo de la contratación sabemos que esto va a dar una alta litigiosidad y casi seguro que pronto los Tribuales de lo Social irán desmontando caso a caso y en definitiva, el colapso judicial aumentará y siempre pagaran los mismos. Por lo demás, poco se puede hablar de esta mini reforma o apéndice de reforma, porque en cuanto a los cambios de contratos, ya sean de formación o prácticas estaba ya todo inventado y lo único que se ha hecho es cambiar de nombre y bautizarlos nuevamente para aparentar la panacea del éxito, pero valorando este Real Decreto-ley que ahora ha pasado por el Congreso, para su convalidación, sólo nos queda como recuerdo el escándalo, la impericia política y la desfachatez con la que un trámite llevado a cabo por legisladores no se podrá olvidar porque ha resultado un auténtico circo.

Ya tenemos esta votación en el Juzgado de Instrucción nº 47 de Madrid, para determinar si hubo delito informático en la misma y se ha solicitado a la Guardia Civil, por parte de dicho Juzgado, que se requise el ordenador con el que votó el Diputado del PP, Sr. Casero, quien dijo haber tenido problemas técnicos para votar, pero pese a eso entraremos en una guerra judicial que posiblemente y casi seguro será el Tribunal Constitucional el que determine si la Presidenta del Congreso actuó de buena fe o llevó a cabo un “pucherazo” que podría estar tipificado en un presunto delito de prevaricación. Creo que no es justo que tantos millones de trabajadores que día a día y con el sudor de su frente se llevan un sustento u otros que estando en el desempleo buscan trabajo, sin olvidar a tantos millones de autónomos y empresarios que con sus micropymes y pymes salen a la calle a buscar un mercado laboral, sean abofeteados públicamente por un Congreso, incluido el Gobierno de la Nación, por el trato recibido y comprobar por todas las televisiones y en todos los telediarios y emisoras de radio cómo la Presidenta del Congreso, donde “dije digo, digo Diego” y cómo el bochornos aumentaba cuando se aplaudían y besaban algunos y algunas Diputados/as al rectificar Meritxell Batet un acto en el que podía estar prevaricando y que posiblemente tenga consecuencias judiciales para ella. La verdad es que después de ese “zoco” que se ha vivido y que los españoles en una ley tan importante han pasado vergüenza ajena al comprobar este escándalo, deberían recibir su reprobación todos aquellos que han formado parte de este festival circense para vergüenza y desprecio de quienes lo veían.

En definitiva el Parlamento, ya no es Parlamento, es un mercado sin rigor, donde los mercaderes se sortean los votos, se compran sectariamente sus proyectos o se desprecian unos a otros por no ser de la misma cuadrilla, lo que viene a decirnos que la política hoy está en manos de personas sin formación, como ha sido claro espejo de lo que hemos visto el pasado día 3 de Febrero. Por cierto Día de San Blas, donde en lugar de ver llegar a las cigüeñas, hemos visto aterrizar a personas con vocabulario malsonante y con malas artes que no merecen llamarse parlamentarios.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.