Sería difícil a estas alturas, a estas horas del Domingo, no estrenarse con este tema que arde en las redes, en este mismo instante. Porque uno puede decidir no entrar en el trapo, no engancharse a este asunto o el otro, cuya única intención es la de desviar todo lo demás. Pero emocionalmente, hay que ser un ser muy tibio para ello.
Según el presidente del Gobierno, Don Pedro Sánchez, quítenle el Don si así se sienten más a gusto, el confinamiento no existió.
Ayer por la noche, en La Sexta Noche, ese programa de televisión en el que los ponentes y las temáticas brillan por la ausencia de total coherencia, el periodista Iñaki López le preguntaba sobre el tema confinamiento. Y el presidente, que se veía afectado por todo en general, con ojeras, y rostro pálido, pobrecito, vino a decir: “El confinamiento nunca existió, fue solo una extensión del estado de alarma”. Por supuesto, Iñaki López no respondió como cabía esperar: salir corriendo de allí.
Y ya. No podemos decir mucho más del asunto. El gran presidente ha hablado, y toca callar. Porque independientemente de que Twitter arda por ello, la jauría y los estómagos agradecidos saldrán a callar bocas, a insultar a los capitanes a posteriori, a humillar públicamente todo personaje público que diga que esto que ha dicho el presidente es ridículo, como él. Como su Gobierno.
Puede que haya confinamiento, puede que no. Todo es posible en esta irrealidad creada por el trilero Sánchez, en la que no sabemos cuando hemos sido confinados. Pero toca agarrarse las lorzas que todavía no nos hemos quitado después de tres meses de confinamiento. Con cada declaración uno se convence más de que estamos más solos que nunca ante lo que se nos viene encima.
Galerín
Periodista sanluqueño