Y Vox dio la sorpresa

Antonio de Torquemada

Esta semana nos hemos levantado con una sorpresa curiosa: el partido de Santiago Abascal permitía al gobierno sacar adelante su Decreto de reparto del dinero llegado de Europa. Lo hizo mediante la abstención y según Espinosa de los Monteros, su portavoz, por el bien de España.

Una España que hace demasiado que se ha partido y que, además, parece anestesiada en sus bases. La que componen unos ciudadanos cada vez más amansados y pastoreados por sus élites políticas. Y en ese rebaño dónde la cúpula de Vox trata de arañar votos; ya se sabe: a río revuelto, ganancia de pescadores. Y estos pescadores de votos no dan puntada sin hilo.

Y con las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina, el apoyo que han ofrecido al PSOE puede cobrárselo si los resultados en la Generalitat se parecen a los mostrados por las encuestas. Unas encuestas que sitúan a Vox en partido bisagra para facilitar un gobierno no separatista.

Claro que adelantar resultados del 14F se antoja más que complicado. Por mucho que el gobierno central y el regional estén tratando de alentar a los suyos, permitiendo el traslado de una ciudad a otra (y de una provincia a otra) para acudir a mítines; no sabemos como responderá una ciudadanía que empieza a estar harta de las élites políticas de este país.

Esas élites que se ven con una superioridad moral tal que, en plena tercera ola y con datos escalofriantes de muertes y de cierres de negocios que conllevarán hambre y pobreza a futuro, se permiten el lujo de permitir a enfermos de Covid19 saltarse el confinamiento para ir a votar.

El dato de abstención de nuestra vecina Portugal debería servir de base para lo que viene. El 60 % de los portugueses no han ido a votar y han renovado la confianza en el popular Rebelo de Sousa. Pero, al igual que puede pasar en Cataluña, la gran triunfadora ha sido la extrema derecha que ha subido hasta el 12 %.

Y en Cataluña la extrema derecha de Vox puede ser la gran beneficiaria del hartazgo de una sociedad que primero busco en Podemos la solución de sus problemas y que, cuando estos han entrado en el gobierno mostrándose ineficaces, buscan en Vox una nueva alternativa.

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