Una gran mayoría de funcionarios nunca pensaron en que entrada la pandemia pasarían a estar confinados y sin poder dar ningún servicio a la sociedad civil, pues las administraciones cerraron a cal y canto y todos los procesos quedaron paralizados e inmersos en un letargo inédito. Poco a poco los que tuvieron el marchamo de profesión esencial fueron desarrollando su actividad a golpe de Real Decreto-ley y multiplicaron por cien sus funciones inagotables, mientras otros sólo desde sus casas veían pasar el tiempo.
Todo ello ha sido un peregrinar de vicisitudes y quienes han sufrido este duro trabajo inconsolable han visto cómo gracias a ellos el país ha seguido adelante, pero también han visto cómo unos desde la función pública (y no todos) han estado en sus diversos confinamientos muy variopintos, pagados con los impuestos de todos los restantes, pues la paralización de sus funciones, también ha provocado el retardo en el tiempo de todos los proyectos de muchas empresas y la ruina de miles de autónomos y pymes.
Hoy, siguen muchas administraciones y empresas públicas paradas, siguen con esas denominadas “citas previas” que es un moderno mecanismo para retener aún más las actividades diarias y no digamos del imposible acceso de los administrados a la administración amparados en el COVID-19 y aún más si se amparan en esa expresión de “vulnerables” donde muchos llevan tres meses sin hacer nada y encima un mes de vacaciones.
Creo que esta situación no es de recibo, pues han pagado “justos por pecadores” muchos miles de funcionarios que han estado no sólo en el tajo, sino en teletrabajo, por lo que para los próximos meses habría que regular estas incidencias que han creado muchas desigualdades y abusos que son ya irreparables.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Presidente del Consejo Andaluz de Colegios
Oficiales de Graduados Sociales.
La mayoría de los funcionarios han estado de vacaciones y siguen, todo cerrado mientras las empresas han dado el callo. La pandemia ha hundido a millones de empresas pero los funcionarios no han sufrido ni merma de sus sueldos. Es de vergüenza, porque lo pagamos con nuestros impuestos.
Gran artículo que pone el dedo en la llaga. La falta de previsión y la impericia han hecho que también la función pública , al estar parada, contribuyera a la ruina económica que padecemos.
Pero que cosas hay que leer….. los funcionarios tienen que pasar uno s examenes, que seguramente si no fueran tan difíciles de estudiar y aprobar tu lo habrias intentado no????? Y hemos estado trabajando en casa, y más horas si cabe!!!!!!