En estos momentos, en el que la economía está otra vez en recesión, los cierres de grandes empresa y de otras muchas que quiebran por la congelación de mercaderías y por falta de ventas, se están produciendo despidos colectivos e individuales que vuelven a preocupar como ocurrió en 2008.
Esta situación, hace que muchos trabajadores cuando se ven en el desempleo, se orientan rápidamente para hacerse autónomos y procurar que el sustento no les falte, por lo que en este colectivo, donde el 64% son hombres, algo que no ocurre en el empleo asalariado ni en las oposiciones a las administraciones, se busca unas actividades como el comercio, la hostelería y construcción, para principalmente dedicar como autónomo todo su potencial.
Esta situación tiene que verse acogida necesariamente con una formación profesional muy consistente y con conocimientos del trabajo autónomo a desarrollar; lo contrario es otro fracaso, pues los nuevos autónomos, tanto en oficios tradicionales como en nuevos segmentos en alza, hay que especializarlos y no ir a una rutina propia de otros tiempos, pues el empleo autónomo tampoco está curado de la crisis, ya que aún se viven momentos de incertidumbre y hay que ir seguros a esa nueva actividad que como autónomo se busca.
Igual digo de los profesionales titulados que acuden al ejercicio de una profesión colegiada y de no haberse documentado de un mercado y de sus vicisitudes hace que el fracaso esté asegurado. Hoy, desde las distintas asociaciones de trabajadores autónomos, existe una preocupación que se ha instalado en las cifras del emprendimiento en España, pues desgraciadamente el crecimiento del empleo autónomo de los últimos seis años no es nada prometedor y es más, las multinacionales que están utilizando a estos trabajadores como falsos autónomos, lo que consiguen es aumentar las plantillas por cuenta ajena y tener una inseguridad jurídica en todas esas relaciones contractuales, pues el nacimiento de nuevos autónomos se encuentra con muchas trabas y más aún cuando la situación fiscal de éstos está promoviendo desertar en el mercado por cuenta propia.
Si hablamos de Seguridad Social y para dar datos, un 23,9% trabajan en el comercio, un 11,7% en la construcción, un 10% en la hostelería, un 8,1% son agricultores y ganaderos y un 8,8% ejercen profesiones liberales. Este es el panorama donde podemos observar que en España harían falta más de 130.000 autónomos para volver a los niveles que antes del 2008 tuvo la recesión, pero desgraciadamente ni aumenta ni se releva el trabajador por cuenta propia como consecuencia de la situación generacional, lo que nos conduce a pensar que el sacrificio y el trabajo del autónomo no es un plato de buen gusto. Menos mal, que la jubilación activa ha dejado a muchos de ellos seguir trabajando con toda legalidad, pero ni eso es solución para curar al empleo autónomo.
José Blas Fernández Sánchez
Presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Graduados Sociales
@Jblasfernandez