El bullying infantil es un problema muy serio en España y en todo el mundo. Lo vemos estos días cuando hemos vuelto a tener casos de suicidio entre las más pequeñas de la sociedad. Como mujer y como ciudadana, me preocupa mucho la cantidad de niños y niñas que sufren este tipo de acoso en la escuela y en otros entornos sociales.
El bullying es un problema que puede tener graves consecuencias a largo plazo para las víctimas, cuando se logra superar las crisis a corto y se opta por seguir luchando en vez de acabar con nuestras vidas. Sin duda, llega a causar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, lo que se refleja en un impacto negativo en el rendimiento académico y en la capacidad de socializar, la primera muestra de que algo no va bien en la escuela.
Pero hay un paso más, que muchas veces pasa desapercibido y que afecta a las chicas mucho más que a los varones. Además, además de la violencia verbal y física, en ocasiones se da el salto al acoso sexual. Lo que es especialmente preocupante en el caso de las niñas, que aprenden desde pronto lo que es vivir en una sociedad machista en la que su opinión no cuenta para nada.
Por eso, es importante que como sociedad tomemos medidas para prevenir y combatir el bullying infantil. Esto implica educar a los niños y niñas sobre la importancia del respeto y la tolerancia, y enseñarles a ser empáticos y compasivos con los demás. Pero también necesitamos implementar políticas y programas efectivos en las escuelas y en otras instituciones para detectar y abordar el acoso, que hasta ahora se muestran insuficientes.
Es crucial que las autoridades tomen en serio el problema del bullying y que proporcionen recursos adecuados para prevenir y abordar el acoso a los profesores, principalmente, pero también a la policía y a los progenitores. Además, necesitamos promover una cultura de denuncia, en la que las víctimas y los testigos del bullying se sientan seguros y apoyados al informar del acoso y así evitar que este siga produciéndose. Pero también es importante que una educación en igualdad, trabajando por la integración de todas y todos en cada ámbito de la vida, no solo en el escolar.
Como mujeres, sabemos lo importante que es sentirse seguras y respetadas en nuestra comunidad. Debemos trabajar juntos para asegurarnos de que los niños y niñas también puedan sentirse seguros y respetados en su entorno. Al hacerlo, podemos ayudar a prevenir el bullying y crear un futuro más justo y compasivo para todos.