La urgencia no es la reforma de las pensiones, es el dinero de Europa

El pasado 17 de  este mes de marzo, el BOE publica el Real Decreto-ley 2/2023, de 16 de marzo, de medidas urgentes para la ampliación de derechos de los pensionistas, la reducción de la brecha de género y el establecimiento de un  nuevo marco de sostenibilidad del sistema público de pensiones.  Desde luego el titular no podía ser más atractivo para quienes creen que esta reforma del Ministro Escrivá  es algo tan importante que en un futuro no habrá ningún problema  ni para tener pensiones al día y  para no tener un déficit de quiebra como hoy mantiene la Seguridad Social, pero el comprobar que este Real Decreto-ley se hace por la vía de urgencia no es ni más ni menos que la imposición de la Unión Europea de que mientras no vea  toda esta parafernalia llena de mentiras en el  BOE, no suelta un euro  para que Sánchez pueda proseguir su campaña electoral y pueda seguir fingiendo que su pena por las necesidades sociales obedece a ese gran corazón que tiene de hacer todo por los demás. Pues no, esta reforma es un copia y pega del que hace ya dos años este Gobierno tenía prescrito para llevar a cabo, pero ahora ante la premura de cobrar,  el papel que todo lo admite ha hecho posible una reforma aparente de las pensiones que el Gobierno que salga tras las urnas  para la próxima legislatura tendrá que sentarse, estudiarlo de puertas para dentro y no como se ha hecho hoy, con dos simples reuniones con CCOO y UGT donde precisamente la patronal que es la que va a pagar  no se ha sentado porque ya sabía que todas estas medidas que son brindis al sol y a largo plazo, no se podían cumplir en la vida. Pues bien,  el Real Decreto-ley introduce reformas en la actual Ley de la Seguridad Social y  determina   una nueva regulación  a varios artículos  para nutrir el Fondo de Reserva de la Seguridad Social en nuevos términos, pero lo que no se dice es que impone  una cuota solidaria de hasta el 6% a los sueldos más altos, así como va a destopar las bases máximas, con lo cual la recaudación será mucho mayor y luego una nueva tasa solidaria  del 1% en el 2025 que llegará al 6% en 2045. Es decir,  unas bajas expectativas que no son creíbles  y  que como es lógico pese a contar con el apoyo de la Comisión Europea, de PODEMOS y de los dos sindicatos más representativos, ya se ha ganado el rechazo frontal de las patronales CEOE y CEPYME, pues son estas  las que realmente van a pagar el pato  junto a miles de trabajadores.

Entra en juego para todos aquellos que se jubilen en los próximos años hasta el 2044, es decir, a muy largo plazo,   un sistema opcional  de sus últimos 25 años cotizados, tal  y como establece la actual ley y el  otro, tiene la posibilidad de que en los últimos 29 antes de la jubilación, se contemple la vida laboral y se escojan los 27 años más interesantes.  Es decir,  todo ello, para que quienes tengan una vida laboral irregular  pues elijan  las cotizaciones más interesantes, cosa que  a tan largo plazo como lo pintan y tanta carencia para el cálculo de la prestación, se convertirán en pensiones ridículas por mucho que quieran eliminar de los 29 años dos de ellos y sin saber la economía de este país el tope desaparecerá progresivamente hasta el 2050 con un alza de las bases de cotización equivalentes a la tasa anual del IPC más el 1,2% y no digamos la novedad para los sueldos de mayor cuantía, pues  aquella parte de las retribuciones por las que no se cotizan, al superar el límite de 54.000 euros anuales, se verá gravada con una cuota del 1% a partir del 2025 y se aumentará un 0,25% cada año,  con el fin de  que se llegue a ese 6% en 2045.

Todo este enredo de cálculos  no sé cómo los sindicatos lo van a “vender”  a los trabajadores, pues un Gobierno que está en un declive absoluto y que  la situación económica  la tiene maltrecha  quién puede creerse lo que promete hoy para los posteriores 22 años, cuando totalmente seguro estamos que  habrá que negociar nuevas prestaciones, crear un pleno empleo y recaudar fondos por vía de las cotizaciones  y no esta reforma que es un auténtico papel mojado, pues sin  empleo nada se puede llevar a cabo. En definitiva,  se va a crear un impuesto nuevo para empresas y trabajadores.

Entiendo a la patronal y comprendo su asombro, porque muchas de estas reformas de la reforma son necesarias, pero si no hay dinero cómo se van a llevar a cabo ese sistema de solidaridad con quienes en un futuro muy próximo, van a tener que trabajar mínimo dos personas para sostener la pensión de uno. Es cierto ese refrán que dice “que el que venga detrás que arree” y eso es lo que acaba de hacer con las pensiones el Gobierno frankenstein; poner en un boletín un cheque en blanco para que lo crea Europa, le suelte parte del dinero  que prometieron por la pandemia y  Sánchez se lo gaste en caprichos, compras de votos y mentiras, pero para el 2045, ni siquiera sabemos si el sistema público de pensiones seguirá existiendo, pues no tenemos más que irnos a nuestra vecina Francia, donde están ampliando los periodos de cotización para las pensiones, el cual no es un país como el nuestro,  donde  ni se crea empleo, la  mini reforma laboral es un bodrio y el empleo juvenil y el de las mujeres está por los suelos, pues Europa no ha impuesto este modelo para las pensiones como  muchos están diciendo, sólo querían que se hiciera o creara un nuevo sistema de pensiones  sostenible y no  un traje a medida para exclusivamente cobrar las ayudas europeas.

En resumen,  con este Real Decreto-ley que  ya está plasmado para su cumplimiento, demuestra que ya lo tenían previsto y no querían enseñarlo y que ante la impaciencia  y falta de credibilidad de Europa hacia el Gobierno  ha salido del cajón sin tener el consenso que debe tener  y jugando con el futuro de los pensionistas que  en la próxima década van a vivir asustados si las pensiones se cobran o no, pero claro, como buenos trileros que son los de este Gobierno, para esas fechas  ya ellos no estarán y serán los primeros que meterán fuego a los contenedores, harán barricadas y  culparan al Gobierno de ese momento de que los pensionistas no tienen futuro, pero no dirán y  olvidarán que  por culpa de lo que están haciendo hoy, a lo mejor, para esas fechas próximas no muy lejanas y con sentido de responsabilidad,    veremos venir lo que vulgarmente se llama el corralito.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.