V. C. Cortes| WeltDeLibros
Escrita en 1920 y ambientada en un mundo futuro donde el Estado controla a la sociedad con vigilancia y represión, esta novela implanta las bases de la Novela Distópica, al ser una de las primeras del género y además servir como inspiración para otras novelas y autores, entre ellos George Orwell y su conocida 1984.
Esta novela que no fue publicada en ruso hasta 1988, tiene, según los críticos, varios enfoques y puntos de vista en cuanto a su posible influencia, así habiendo sido Zamiatin encarcelado tanto por los zaristas como por los bolcheviques, podría haber plasmado en su obra una crítica a estos estados represores que marcaron la sociedad rusa de principios del s. XX.
D-503 es el protagonista y narrador de la historia, y como podemos ver es un simple número. Esta es una forma simbólica de señalar la igualdad entre individuos, pero al mismo tiempo la reducción de la persona a una serie de dígitos. Sustrayendo, por tanto, cualquier atisbo de personalidad en todos ellos.
D-503 es un ciudadano convencido de que el Estado dispensa la felicidad basándose en ello para recortar la libertad, algo que parece ser fue el germen de las grandes guerras que llevaron a la sociedad en la que viven. Esta contraposición se hace patente en cada párrafo de pensamiento de D-503, que cree y justifica la actitud del Estado. De esta forma el Estado ha logrado crear una sociedad que vincula la libertad al caos, el caos a la infelicidad y a la destrucción del estado de bienestar en el que viven. Tras generaciones viviendo con este modelo de Estado, el pueblo sumiso es el mejor aliado del Estado “opresor”.
El personaje antagónico es I-330, una mujer que se enamora de D-503 y que le muestra la vida de los “rebeldes”. Un grupo de personas que crean un frente común para derrocar al líder supremo “el bienhechor” y que llevarán a D-503 más allá del Muro Verde que aísla la ciudad utópica del resto del mundo. Vemos aquí la figura de salvajes frente a civilizados.
La estructura de esta lectura me ha recordado a otro autor ruso, Mijaíl Kuzmín con su título Alas en el que los capítulos casi tienen la forma de “actos” en una obra de teatro, “perdiéndose” por así decirlo parte del hilo argumental del libro, aunque dando, eso si, sensación de celeridad en la historia.
La influencia de este libro fue casi inmediata, tanto por su controversia como por la forma de enfocar las sociedades distópicas en las que el pueblo apoya al líder supremo aun cuando éste les ha arrebatado cualquier atisbo de libertad. Ésto se entendió casi como un preludio de los regímenes fascistas que dominaron Europa en buena parte del s.XX, alzados democráticamente y con apoyo popular que enarbolaban la bandera de las dictaduras en pos de su falta de libertades.
Hoy en día, este libro, puede tener también una lectura actual, y hacernos recapacitar si la sociedad que Zamiatin vislumbró para un futuro sin fecha no es la que ya tenemos, donde los medios de comunicación y gobiernos manipulan a la sociedad, arrebatando libertades a cambio de una felicidad ficticia que no va más allá de nuestros televisores.