La estrategia del Gobierno se ha basado desde el primer momento de la gestión de esta tremenda crisis en crear confusión, evitar la crítica, evadir responsabilidades. Pero la huida hacía delante de este Gobierno criminal nos va a costar muy cara a todos los españoles.
Cada minuto que pasa sin que recibamos material, sin que nos hagan tests masivos, el virus mata y la economía se hunde. Y un Gobierno que se ha centrado solo en la propaganda, que no tiene un plan de acción definido a medio plazo, está condenado al fracaso y a la catástrofe. No sabemos si la oposición, que tampoco está portándose como debiera, sería capaz de gestionar mejor esta crisis. Supongo que a cualquier equipo de Gobierno le desvordaría, de hecho es algo que está pasando en cada país de la Unión Europea. Pero nos preguntamos hasta que punto la verdad es verdad.
Mientras no se den datos con rigor, y mientras la prensa siga comprada, los ciudadanos nos tendremos que conformar con crearnos teorías, informarnos por otra vías más confusas, otros círculos de opinión. Y los pocos ciudadanos que no tengan cualidades para la indagación seguirán engañados y confundidos. Sin embargo, cuando hemos visto como incluso la mentira no cunde, nos sorprenden con una caza de brujas, que ahora mismo ha admitido incluso el General de la Guardia civil. El miedo y la confusión se establecen como un sistema para seguir manteniendo al ciudadano en las casas, confinados, encercelados.
El virus avanza y llegará un momento en el que la epidemia, el miedo al virus, no sea suficiente como para mantener a una parta de la población confinada. Veremos hasta que punto llega el terror, el sistema que solo han establecido los grandes dictadores a lo largo de la historia, para domesticar a una parte del pueblo rebelada. Para engañar a una parte del pueblo domesticada.
Gentil