Vicente C. Cortes| WeltDeLibros
«No Matarás» (Ed. Titanium, 2022), del autor gaditano David P. Yuste lo compone una novela corta o relato largo “Heredarás la tierra” y dos relatos “La Mano alienígena” y “Redemptio”. Todas ellas historias de terror, cada una tiene sin embargo su propio carácter y estilo.
La primera de ellas, es una historia que bien podría trasladarnos a la España Negra de los años 80 o principios de los noventa, donde los crímenes de la España rural a veces llenaban portadas de Diarios o copaban la parrilla televisiva con los despojos de una sociedad que parecía avanzar a dos ritmos.
David se adentra en esta época de avances pero con reminiscencias de oscuridad en la forma de ser de los habitantes de pequeños pueblos que ven con recelo todo aquello que venía de fuera a perturbar sus tranquilas vidas.
Para ello dotará a sus relatos de un lenguaje apropiado y cargado de referencias además de una buena técnica descriptiva que llevarán al lector a sentir de primera mano el terror que podía surgir de las situaciones más comunes, como bien podría ser una trifulca hereditaria, y algunos toques de situaciones paranormales.
La segunda de las historias (y para mi, mi preferida) tiene un toque más lovecraniano. De nuevo la historia parece transcurrir en una época que ya se aleja en el tiempo, en esta ocasión el terror parece llegar de un ente cósmico que atormentará la vida de un joven, sumiéndolo en el pánico y la más absoluta demencia.
En esta historia David no escatima en escenas que bien podría rozar el gore, y donde el lector puede sentir un revoltijo de sensaciones en su estomago. Con una prosa sencilla pero embaucadora, el relato avanza a un ritmo trepidante que dejan al lector sin aliento.
La última de las historias, y para mí la más suave, podría considerarse más bien una historia sobrenatural que trata el tema de la muerte y “quien” la ejerce, un ángel de la muerte con un corazón mundano que ejerce su trabajo obligado pero complaciente. Es también una historia de venganza, amor y redención, con un toque de terror que no falta entre sus párrafos.
En definitiva David crea una lectura fluida y amena y por supuesto adictiva, que se lee bastante rápido y que deja al lector con cierta sensación de desasosiego. El ambiente cargado y de terror compensa con creces los quizás finales un poco más suaves para las historias que trata.
Destacar la narrativa tan descriptiva y emocional que hace que el lector se integre en las historias y que sienta de primera mano el horror y terror de los relatos. Objetivo cumplido.