Entrevista al escritor Luis Rodríguez Guerrero

Pues ante todo, Luis Rodríguez es un aficionado de la literatura y todo lo que tenga que ver con ella. Los libros son mi vicio ―tanto confesable como inconfesable―. En ellos me muevo y ellos me mueven a lo que soy: alguien que los acumula (los libros) sin freno. Aprendo de ellos, de ahí la necesidad de leer. Todo lo demás, ser autor de novela negra, es una consecuencia de todo lo anterior.

Mi mayor escuela son las propias historias que leo. De ahí mi profunda admiración a los autores que me acompañan en el día a día. De todos he aprendido algo. Y de todos podemos sacar cosas buenas y otras no tanto.

Al margen de ello, procuro formarme en escritura creativa a través de servicios en asesoría literaria, como es el caso de Daniel Heredia, con el cual estoy trabajando en el desarrollo de mi próxima novela.

Sería complicado establecer una fecha exacta pero lo que sí tengo claro es que la escritura siempre me ha acompañado desde la infancia; a bote pronto, recuerdo algunos cómics que elaboraba de pequeño, a los cuales, había que acondicionarles un contexto, o lo que podemos llamar historia. De ahí en adelante, podemos hablar de infinidad de relatos hasta llegar a “Pasión y muerte”, mi primera incursión en la novela.

Creo fervientemente que el mejor libro es el que aún está por leer por la sencilla razón de que la lectura, como ejercicio intimista e introspectivo, tiene mucho de estados de ánimo. Como tal, hay libros que me han encantado porque, además de ser obras redondas, vinieron en el momento oportuno. Por citarte dos: “Vestido de novia”, de Pierre Lemaitre; y uno con el que voy a ser tremendamente impopular, “El refugio de Sandrine”, de Jérôme Loubry.

A ver, para tratar de escribir bien se requieren, bajo mi punto de vista, dos requisitos: conocer el género y cultivarlo.

Dicho esto, para conocer el género negro no se me ocurre mejor fórmula que el “Diccionario apasionado de la novela negra”, de Pierre Lemaitre. Y para cultivarlo ―o desarrollarlo― hay que contar con nociones a la hora de transcribir las ideas en papel, para ello recomiendo “Cómo escribo novela policíaca”, de Andreu Martín. Ambos fundamentales.

Como ya he comentado anteriormente, “Pasión y muerte” fue mi puesta de largo en el ambicioso mundo de la novela. Dar ese paso no habría sido posible sin la ayuda inestimable de Kaizen Editores. La historia gira en torno a la celebración de la Semana Santa pospandemia. Para ello, me pareció interesante crear una trama oscura repleta de asesinatos con trazas ritualísticas en una ciudad pequeña y coqueta como es Cádiz. A partir de ahí, todo lo que sucede en la novela tiene implicaciones en el trasfondo temporal y en los propios personajes.

Pues que me parece un recurso súper válido y loable a la edición tradicional. Hay mucho talento incomprendido y maltratado por la simple etiqueta de ser un “autopublicado”. Nunca se sabe dónde vamos a estar el día de mañana, así que tiene todos mis respetos.

Mi próximo proyecto, del que dentro de muy pronto se irán conociendo más detalles, es la continuación a esa puerta abierta que dejó “Pasión y muerte”. He querido aprovechar el amplio espectro de la trama de “Pasión y muerte” para crear otra historia completamente diferente, rescatando ―eso sí― un hilo conductor, y, como no, a mi “Dúo Dinámico” particular:  Blanca Espinar y Arturo Mariño.

Claro que sí, para todo aquel que desee interactuar sobre libros y movidas literarias me puede encontrar en Facebook como Luis Rodríguez Guerrero, o en Instagram a través de @luis_r_guerrero.

Muchas gracias por vuestra atención. ¡Saludos!

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