Marisol Cabrales Sánchez
Daniel Fopiani es un escritor cuya carrera literaria he seguido casi desde sus inicios. Ha destacado por una continua evolución tanto en el sentido técnico como en el incremento de la complejidad de las tramas que aborda.
Dentro de su estilo destaca el curioso equilibrio que logra entre lo cruento de las situaciones que presenta y la gran sensibilidad (incluso ternura) a la hora de diseñar los personajes. El protagonista es el padre Ezequiel, militar y sacerdote. El mundo militar combinado con el religioso, marcados por una fuerte jerarquía y sus intrigas, dan mucho juego. Cuando el cuerpo de un joven, víctima de un macabro ritual, aparece en el Panteón de los Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), Ezequiel no dudará en investigar quién anda detrás de esa barbaridad, pues todo indica que la cosa no va a quedarse en un único crimen.
Combina investigación policial, esoterismo, sociedades secretas, astrología y antiguas leyendas (parte de ellas vinculadas con la Alemania nazi y su historia respecto a la búsqueda de objetos de poder y sus creencias esotéricas).
A nivel de trama y de temas que trata es, sin duda, la novela más ambiciosa del autor. De hecho, tanto por el desarrollo de trama y personajes como por la evolución estilística, me ha parecido su mejor novela hasta ahora. Es evidente el salto de calidad y agilidad en su escritura.
Quienes disfruten con historias que combinan investigación policial, misterio y sociedades secretas no se verán defraudados, además de ser muy recomendable para los amantes de la novela negra en general.
Planta:
Celinda de espigas (Deutzia gracilis): vinculada con culturas orientales, se relaciona
con lo divino, el espíritu y el renacer.