El empleo se despeña

El presente mes de Febrero nos ha dado no sólo un susto, sino que nos ha convulsionado por el número de parados que en estos momentos y por el fuerte impacto de la tercera ola de la pandemia ha dejado en las estadísticas. Los datos registrados oficialmente en el SEPE dan como inscritas en situación de desempleo a 4.008.789 personas, lo que se aumenta en cerca de 45.000 personas más, sin contar los trabajadores que están en los ERTES, que prácticamente es asimilable al desempleo y que suman 900.000 personas. Es decir, el empleo en España está en caída libre y si bien la pandemia ha influido notablemente en este desmadre no cabe duda de que no se han puesto soluciones ni se han abortado mecanismos para que esta sangría se esté despeñando cada minuto, pues cerca de 5 millones en total no tienen hoy empleo que echarse a la boca,

Lo peor está aún por venir, pero la gran preocupación es que hasta cuándo vamos a estar pagando desempleo con la desmoralización que ello conlleva en los trabajadores y donde las empresas, cada vez más están desapareciendo, así como el peso grueso que tienen los autónomos, por lo que la catástrofe está servida, máxime cuando han aumentado desproporcionadamente el número en el sector servicios y en el caso de las mujeres baten el record en proporción a los varones y si ya nos vamos al empleo juvenil, ya no hay quien los descuelgue del mayor número de Europa.

Es verdad que la economía española se ha caracterizado en las últimas décadas por presentar tasas de paro muy altas en relación a la media Europea y en el segmento de los jóvenes, como símbolo del futuro de un país, también han sido los más vulnerables, pero las tasas a las que hemos llegado nunca existieron y este fuerte impacto se encuentra prácticamente despeñado y sin atisbarse arreglo alguno en los meses venideros, ya que el Gobierno está dedicado a menesteres mediáticos y de ideología, mirándose el ombligo de sus carencias y las presiones que posee de los socios que le acompañan, que no encuentran solución a la catástrofe que poco a poco nos está destruyendo.

El paro tiene nombres y apellidos, tiene a familias destrozadas y a personas destruidas. Por un lado, el alarmante número de fallecidos por el COVID, lo cual pudo ser frenado en parte y la rémora del desempleo hacen que la desgana y el desaliento se haya apoderado de nuestra bendita España. Volver a lo que fuimos costará muchos años, porque las generaciones una vez que entran en la espiral del desempleo difícilmente lo tienen claro para volver a encausarse en el surco del trabajo, porque si no hay voluntad para combatir las consecuencias de este desempleo, difícilmente se paralizarán los efectos que todo esto produce. Estamos ante una disminución generalizada de los ingresos que tiene y produce cambios en el estilo de vida, posee consecuencias psicológicas muy negativas, pues el empobrecimiento de la sociedad trae disminución de la autoestima, ansiedad, depresión y muchas debilidades físicas, ya que quien teniendo edad para trabajar no está ocupado ni consigue un puesto de trabajo, como ya nos está ocurriendo, sufre una incapacidad de todo orden que no tiene parangón, pues quienes están en esta situación no tienen fuerza moral para mitigar este grave impacto del desempleo, ya que salir todos los días a la calle y hacer frente a ese desaliento que produce estragos en la población no tiene más que desconsuelo y desánimo y si de alguna forma en el horizonte hay falta de inversiones que generan empleo para la sociedad y estamos asistiendo a tantos despidos masivos por el cierre de las empresas, el deterioro familiar y social es incalculable.

España tiene que dotarse de personas con capacidad para sacarnos de este boquete, profesionales y políticos que quieran ayudar a levantar este hundimiento, pero políticos no de profesión, sino políticos sacados de las esferas de los emprendedores para que con consignas serias y a veces duras, levanten un mercado laboral para todo aquél que lo necesita, pero pagando subsidios, subiendo impuestos y colocando asesores para cubrir sus necesidades del circulo de sus amigos, solo se llega al desenfado, odio y descrédito y, por tanto, o se concentran los que saben de las materias retirándose los políticos de pacotilla y marcan directrices para levantar todo este entramado, o los nubarrones que se nos avecinan en los próximos meses serán de un calificativo arrollador.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

4 Respuestas a “El empleo se despeña”

  1. Esto se despeña y se destruye a pedazos. No tenemos horizonte de esperanza, estos políticos nos ha hundido y rematado , porque la pandemia han hecho mucho daño pero los ineptos del gobierno con esa ministra comunista, mucho más,

  2. España ya se ha hundido, nos queda solamente pan y circo en manos de este gobierno de irresponsables. Es verdad que el paro es un cancer muy difícil de erradicar, pero como dice este autor de la tribuna, hacen falta personas especializadas y comprometidas y no un manojo de vagos-asesores y cuidadoras de niños que solo saben mangar. Esto va camino del hundimiento mas absoluto y los que están en los Estes, pronto también pasarán al paro, que podemos hacer los españoles de bien, solo echar a estos ineptos y previamente anticipar las elecciones, Sanchez terminará en el banquillo por haber destrozado a España y habernos mentido tanto.

  3. España en manos de unos irresponsables y eso es lo que nos hemos buscado nosotros porque luego en las urnas no hay memoria. Esto va de mal en peor y ojalá esas personas capaces aparezcan pronto y entre todos salvemos España. Enhorabuena por el artículo que como siempre pone los puntos sobre las ies y que nadie se atreve a decir.

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