Totum revolutum

Cada mañana que nos levantamos siempre estamos predispuestos a que una sorpresa nueva nos lleve a poder durante el día tener momentos de reflexión para degustar y para discernir el revoltijo de noticias que asoman a nuestros oídos o bien por la televisión.

El ánimo de los españoles cada día está más deprimido. Las noticias nos acobardan en materia sanitaria y ya vemos cómo a nuestro alrededor cada vez son más conocidos los nombres de las personas que nos están dejando llenos de soledad y tristeza, porque han emprendido el camino final de la vida. Todo esto, está adobado con miles de noticias que entre violencia de género, homicidios, enfermedades habituales, desempleo y otras tantas nos convierten en seres enclaustrados y sin movimientos, faltos de iniciativas y llenos de noticias nada beneficiosas para el conjunto de la sociedad. Parecía que fue ayer, cuando la pandemia se asomaba por nuestras ciudades. Entramos sin esperarlo en un confinamiento que nunca se va a olvidar, relleno de falta de dirección, de improvisación y de noticias cambiantes que nunca nos daban la esperanza de que esto podría concluir. Pero si todo esto es pernicioso y nos está llenando de desaliento, no cabe duda que en pleno sufrimiento de esta pandemia, la clase política ha perdido sus principios. En lugar de procurar que la sociedad esté tranquila y llena de esperanza e ilusiones, estamos comprobando un gobierno sin rumbo, formado por una coalición sin escrúpulos donde el odio, la revancha y la envidia son sus mejores tarjetas de visita. Esa clase política que en lugar de superarse ha ido para atrás como los cangrejos y nos han metido en un callejón sin salida, donde premia el narcisismo y donde un sillón es más importante que miles de vidas humanas, la estamos viendo cómo se deteriora por día. Es vergonzoso comprobar cómo impera el “quítate tú para ponerme yo” y cómo esos trapicheos llegan a cotas impensables, pues los políticos de profesión están más pendientes de una moción de censura o de un adelanto de elecciones que del bienestar de la ciudadanía. Es decir, viven para ellos mismos, acosta de nosotros, pero es raro el minuto o el día donde el protagonismo no esté centrado en los votos, los escaños y los sueldos de tantos asesores y niñeras como parece ser que es lo más importante. Esto no puede seguir así. Es necesario que un equipo de tecnócratas o personas con experiencia echen a la calle a tanto panoli como los que nos están gobernando, porque para muestra un botón: ni han hecho nada y siguen sin hacer nada y lo que es peor el horizonte negro y confuso lo tenemos encima y planeando a mayores.

Los políticos que actualmente tenemos, en su gran mayoría, son el reflejo de la sociedad, es decir, todo gratis, muchos impuestos, prestaciones favorecedoras y el resultado no es otro que cerca de cinco millones de parados, lo que nos tiene que preocupar tanto que se oye decir por ahí: ¿y esto hasta cuándo va a durar?. Esa respuesta es una incógnita, porque el dinero no es chicle y de donde no hay no se puede sacar, por lo que ver cada día comedores sociales abarrotados, gente en la indigencia y una economía sumergida para poder subsistir, no puede aguantarlo ningún país que se encuentre dentro de la normalidad, porque Europa nos está vigilando y está viendo el descontrol que tenemos entre nosotros. Es decir, unas guerras sin armas, pero letales que están destruyendo a una sociedad que procede de una generación que se ha esforzado y se ha hecho asi misma para que las universidades y los centros de trabajo fueran el ejemplo de modernidad y de tranquilidad social, pero observar lo que observamos y encima guardando silencio nos está destruyendo de una manera tan avanzada que el recuperarnos seguro que será de las cosas más difíciles que nos esperan en los próximos años.

Podría decirse más alto, pero no más claro: la gente de la calle está cansada, en algunos lugares se tiene miedo y las lista del paro están cargando de nuevo sobre los pensionistas las deficiencias de la entrada de un salario en una familia, por lo que las batallas políticas, como vienen ocurriendo y los enfrentamientos de partidos como estamos viendo, no conducen más que a la apertura de opiniones extremas, sin que sean capaces de parar para mirar los efectos de esta terrible pandemia. Algo que al parecer, cuando se está en el escaño o en el sillón de turno, algunos tienen cataratas, porque otra forma de actuar como esta que está ocurriendo no se comprende.

Se dice que las urnas son las que hablan y ello es cierto, pero lo malo es que ante ese totum revolutum se callen para siempre y el resultado de ese silencio más pronto que tarde pondrá a cada uno en su sitio, porque el estado de alarma, tanto sanitaria, como política aún continúa y no será deseable posicionarse en pilares extremos, porque entonces “apaga y vámonos”.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

9 Respuestas a “Totum revolutum”

  1. Clarísimo reflejo de esta sociedad quebrada y llena de oportunistas. Los políticos de hoy son unos impresentables y mediocres, pues solo buscan su sillón como dice Blas Fernández y a cobrar. Hoy no hay vergüenza y esto se rompe.

  2. Es la sociedad política que se ha implantado y que esta contaminando a todos los ámbitos sociales, y económicos.
    Es otra Pandemia de más difícil vacunacion.
    Una sociedad sin valores y sin responsabilidad.
    Es lo que hay, y lo grave es que lo permitimos

  3. La sociedad de hoy es una maquina de tren sin rumbo, los políticos que nos gobiernan solo saben enfrentarse uso a otros sin clase y sin mirar como estamos con el virus, que desgraciadamente bes lo mas importante para salir de este bache, pero no , ellos a lo suyo y esperemos que en las urnas los manden a todos al c…..

  4. La sociedad de hoy es una maquina de tren sin rumbo, los políticos que nos gobiernan solo saben enfrentarse uso a otros sin clase y sin mirar como estamos con el virus, que desgraciadamente es lo mas importante para salir de este bache, pero no , ellos a lo suyo y esperemos que en las urnas los manden a todos al c…..

  5. Una buena Tribuna y de nuevo dando en el clavo!! Qué pena de esta España que ha superado tantos problemas para que cada vez este más perdida. Políticos que no son tales, sino vividores que sólo quieren su bienestar olvidando el interés general y la.pena es que ninguno se salva. Están creando estómagos agradecidos y vamos camino de ser otra Venezuela bananera.

  6. La comparto! Buen análisis real y acertado.
    Como bien dices, ahora más q nunca, necesitamos profesionales en la política, NO, profesionales DE la política
    👍👏

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