Un ratito con Gloria S. de Castro: autora de numerosos libros que te encantarán

Mis Lecturicas

Desde que empecé a escribir para La Alternativa, ya os he traído “un puñado” de entrevistillas donde podéis conocer más a diversos autores, pues bien, como ya se están haciendo costumbre estas charlas, he decidido que a partir de ahora, formarán parte de una sección que se llamará, “Un ratito con…”, en la que todo el protagonismo se lo cederé a ellos, yo simplemente me limitaré a dedicarles una breve introducción para que los lectores entréis en contexto y luego, podáis disfrutar “a solas” con ellos. ¿empezamos?

La primera escritora que se recoge en “Un ratito con…”, es Gloria S. de Castro, zamorana de cuna y amante de los libros, lectora apasionada y escritora enamorada que nos ofrece varios de sus libros en los que hay para todos los gustos.

Yo la pude conocer bajo las aventuras de la detective Margot Taylor, aunque también he podido descubrirla un poquito en su libro “Las cebollas ya no me hacen llorar”, aunque, mejor, no os adelanto nada, ¿Quién mejor que ella para contárnoslo?

Para comenzar, preséntate, cuéntanos quién es Gloria S. de Castro

Me gusta pensar que soy una soñadora que ha ido cumpliendo sueños, y espera poder seguir haciéndolo 🙂

Y… ¿Cómo es Gloria en esos momentos que se pone a escribir? ¿Tienes alguna manía, algún ritual?

No, no tengo manías salvo que para escribir microrrelatos necesito música, no puedo escribir sin música. Para las novelas es diferente, necesito más concentración en la trama, aunque es un poco contradictorio porque, por ejemplo, Fatto a mano tiene una BSO que se puede escuchar en Spotify, ja ja ja. También hay una lista de casi diez horas de música relacionada con Las cebollas ya no me hacen llorar

Lo que sí hago cada día es sentarme a escribir, algunas veces no escribo nada, otras una frase o una palabra, pero siempre me siento a ello, como decía Picasso, que la inspiración te encuentre trabajando.

Cuéntanos un poco de tus libros, que no son pocos.

Tengo dos poemarios, así nací como escritora. Estos los publiqué con la primera editorial digital que surgió en España, BUBOK: bajo tus manos (2008) y Treinta y seis (2010). Después llegó Margot, debo confesar que nunca creí que escribiría una novela, me falta paciencia, pero aquí estamos, con tres casos de la detective Margot Taylor: 19, Clark Street (2011); Mulligan Carter (2016) y Max Nardy (2020) y otro casi listo, Whisy. En 2014 publiqué un libro de viajes y de encuentros, Fatto a mano, que nació en el sur de Italia, en Positano, y que habla de hilos invisibles entre Madrid, Tenerife, la Costa Amalfitana y Salamanca. Y en 2018 publiqué Las cebollas ya no me hacen llorar por una necesidad de dar luz a muchos de los microrrelatos que había escrito (y sigo haciendo) a lo largo de aproximadamente ocho años, microrrelatos que son emociones, momentos felices, rupturas, sensaciones vitales, en suma, una vida, la mía, siempre con toques de ficción.

Tu libro “Las cebollas ya no me hacen llorar”, triunfó especialmente, cargado de relatos y reflexiones, en cambio, también escribes novela negra, por ejemplo, los libros de Margot Taylor, como yo te he conocido, ¿Cómo consigues cambiar de un registro a otro, y hacerlo tan bien? 

Muchas gracias por tus palabras. Como te decía antes, todos los días me siento a escribir esas pequeñas historias, o por lo menos lo intento, pongo música y me dejo llevar. Cuando me enfrento a una novela no pongo música, me concentro totalmente en la historia, y antes de escribirla ya tengo el boceto en un cuaderno. Por ejemplo, la última que he escrito, la llevaba gestando desde la nevada Filomena y empecé a escribirla en diciembre del pasado año, me metí de lleno y la terminé en marzo, sí, en tres meses, lo sé, pero tras esa labor la historia se queda “en barbecho”, como yo digo, unos cinco meses, y la vuelvo a leer, y siempre hay algo que mejorar o cambiar. 

Creo que todo se basa en cómo me enfrento a cada uno de los géneros.

 ¿Qué te cuesta más escribir? ¿En qué libro es en el que más has tardado y en cuál menos? (dinos cuanto tiempo, que me encanta saberlo)

No es una cuestión de costar más o menos, la cuestión es saber qué quieres escribir. Fatto a mano me resultó más intenso porque a la protagonista le di muchas cosas de mí, y “desnudarse” no siempre es fácil. Si normalmente las novelas de Margot suelen llevarme tres o cuatro meses, con Fatto a mano estuve cerca de un año, con esto te digo todo.

¡Ah! El primer caso de la detective lo escribí en dos meses, aunque luego tuve que revisarlo durante muchos meses más.

¿Cuándo estás escribiendo, ¿se lo enseñas a alguien para que te aconseje? ¿A quién? ¿Qué te dice?

No suelo enseñar lo que escribo, principalmente las novelas; con los microrrelatos es diferente, a veces les pongo música y los grabo, y los comparto con un par de AMIGOS, suelen decir cosas bonitas, sí, pero como te digo no lo hago a menudo, me da mucha vergüenza.

Eso sí, cuando se trata de un texto que me han encargado, siempre se lo envío a un amigo que es muy crítico y, unas veces lo alaba y otras me aconseja que lo trabaje más.

 ¿Cómo empezaste a escribir?

Te diría que casi no lo recuerdo, era pequeña, empecé cuando aprendí a escribir. Mi madre dice que iba de un lado a otro de la casa con una bolsita llena de papeles garabateados con pequeños cuentos. Aún conservo algunos de cuando tenía 11 y 12 años. Mi sueño era llegar a ser escritora y ver un libro mío en el escaparate de una librería.

¿Cómo y cuándo dijiste, por primera vez, “quiero publicar esto que he escrito?

Corría el año 2006, yo había decidido irme a vivir al Puerto de la Cruz, en Tenerife, un pueblo del que estoy enamorada. Vivía en un estudio con vistas al mar y al Teide, todas las tardes al volver del trabajo me sentaba en la terraza, ponía música y escribía poemas, en aquella época escribía poemas, tengo cuadernos y cuadernos guardados. El año anterior, 2005, en agosto, había asistido a un concierto del pianista cubano Bebo Valdés en Salamanca. Durante su actuación escribí un largo poema titulado “Concierto”, al que envié a un concurso que descubrí mientras buscaba piso para irme a vivir a las islas. Pues como te decía, ese tiempo allí fue de los mejores de mi vida, lleno de sensaciones y mucha magia, sin embargo, me daba cuenta de que iba rellenando cuadernos y cuadernos sin más, ningún concurso al que había enviado poemas me contestaba, nada. Y cuando estaba a punto de tirar la toalla, recibí la llamada del cabildo de La Palma para comunicarme que había ganado el Primer Premio de Poesía de la Palma. Me quedé sin palabras, y supe que era una señal, debía seguir mi sueño y publicar.

En 2016, diez años después, tuve la oportunidad de acercarme a la isla y darles las gracias.

Relátanos como es ese momento en el que, también por primera vez, tus libros llegan a ti en físico, hechos realidad.

La primera vez que vi el ejemplar de mi primera novela fue algo mágico, por mi cabeza empezaron a sucederse imágenes de cuando era niña, y me eché a llorar de emoción. Con los siguientes ha sucedido lo mismo, creo que se merecen mi total emoción al verlos en mis manos.

Es una pregunta muy tonta, pero quiero hacértela. A mí me pasa que cuando me encuentro con un libro de mis “paisanos” (zamoranos) me hace una ilusión tremenda, y a ti, cuando te encuentras que tus libros son realmente apreciados en tu tierra, ¿qué sientes?

Es una mezcla de emociones que se unen a una ilusión enorme, y al mismo tiempo nervios por si con el siguiente no estoy a la altura, pero sobre todo me invade una sensación de orgullo por ser parte del legado de mi tierra. 

Sé que muy pronto nos encontraremos con un nuevo libro tuyo, ¿Qué nos puedes contar de él?

Cierto, Lydia, en breve publicamos Whisy, de nuevo con El ojo de Poe, la editorial que me acompaña desde 2016 y con la que estoy feliz. La portada de nuevo es obra de la artista zamorana Elena Ayuso que en mayo expondrá en Salamanca, y en junio en Zamora, en una exposición conjunta, pero no me dejan decir nada más 😉

Whisy es el cuarto caso de la detective Margot Taylor, y Whisy es el nombre de la perra que encuentra abandonada en el muelle y a la que adopta. Y será la que la ayude a desentrañar la investigación.

¿Cómo creas y das vida a tus personajes? ¿Te basas en alguien o son pura ficción? Cuéntanos un poco ese proceso.

Me gusta documentarme mucho antes de embarcarme en una novela, de ahí que en ellas aparezcan personajes reales de aquella época con ficticios. Respecto a estos últimos debo confesar que casi todos son amigos, me explico, los personajes tienen el físico de ellos, incluso algunos han elegido su nombre y profesión. ¡Me encanta esta parte de la aventura de escribir!

No te voy a pedir que elijas uno de tus libros solo, así que, te pediré que les recomiendes a los lectores de la Alternativa, que te lean, con cual deberían empezar.

Creo que depende del tipo de lectura que les enganche. Si les gusta la novela de viajes, Fatto a mano. Si les atrae la novela policiaca, 19, Clark Street, no por nada, pero por empezar por el primero que escribí, y seguir la saga, aunque no es necesario leerlos por orden cronológico. Y si tienen poco tiempo, les apasionan los mensajes breves, la música y los sentimientos en pequeñas dosis, Las cebollas. Aunque lo importante, no es una frase mía, sería empezar por alguno 😉

También, quiero que animes a todos esos escritores que aún no se atreven a lanzar su libro al mundo, a publicarlo. ¿Qué consejo le darías?

Yo les diría que no duerman sus sueños, que los despierten. Que busquen una buena editorial que les haga un estudio de su obra, de sus textos, y que no tengan miedo a ese momento en el que tus palabras dejan de ser tuyas para ser parte del mundo… Eso me dijo una amiga el día que publicaba la primera novela y me dio un vuelco todo al darme cuenta de que así era, pero no me arrepiento, la vida es este momento, Lydia, y hay que vivirlo.

Ahora, por último, déjanos tu reflexión, tu cita, tu frase, lo que quieras, favorita. Eso que llevas por bandera.

Elegir una frase sí que me resulta difícil, pero entre las que laten en mi día a día, me gusta pensar en esta de Joseph Kapone: 

“Un día sabrás que no has perdido nada. Que las cosas tuvieron que pasar así para que entendieras la vida. Que nada se retiene y todo fluye a su modo. Así como llegan las cosas otras se van. No puedes obligar a que la realidad actúe a tu manera.”

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