¿Por qué fracasa un partido político?

Desde la llegada de la democracia, en España,  muchos de los que tienen edad avanzada recuerdan hasta con ilusión  cómo los partidos políticos engendrados por personas llenas de contenido democrático y con el deseo de hacer  una sociedad mejor, veían pegadas de carteles, cuñas radiofónicas, espacios televisivos y mítines en general que  alertaban de lo que suponía un avance para ir a mejor. Era como una especie de laboratorio que engendraba la sociedad civil de aquel entonces y que  aglutinó  infinidad de personalismos  dispersos en las distintas agrupaciones de la vida política y que eran en esos momentos líderes que procedían de una vida laboral o social de reconocido prestigio, pues de lo contrario no tenían cabida en las listas electorales. Tanto es así que con el tiempo, hemos visto nacer y morir partidos como la UCD, CDs, Alianza Popular, UPYD y así otros muchos de ideología centro-izquierda o  izquierda que poco a poco, como está ocurriendo ahora con Cs,  empiezan a perder  en sus filas a aquellos líderes  y se convierten en cenizas  o se reconvierten en otros para poder dejar algún lastre fuera de su contenido e iniciar una nueva vida en el mundo  socio-político.

         Todo esto viene a colación por la incertidumbre que hoy existe entre los ciudadanos votantes  y cómo también ellos, a la hora de elegir,  cambian con mucha facilidad de un partido a otro y a veces, simplemente por la  revancha de que  determinado líder  ha fracasado y   ellos tampoco perduran en su estabilidad ideológica y  eligen extremos  no conocidos  para poder revocar o anular a los que a su criterio no lo  han hecho bien. Es decir,  el  penduleo de un partido a otro, pone de manifiesto el fracaso de las organizaciones y de sus organizadores y esto está ocurriendo en España a corto plazo y a veces, con situaciones catastróficas. 

         En estos momentos, tras el “terremoto” que ha ocurrido en el Partido Popular, se deja claro que el personalismo es el que funciona y que quien coge el mando  considera que es dueño de todo su electorado. Es más manejan los hilos a su manera y  quienes no estén conformes con su tesis o hagan sombra a los líderes, porque se atisba que son mejores que ellos, rápidamente buscan  coartadas y ponen palos en la rueda para eliminar a todo aquél que no se atenga a su propia disciplina.

         Hoy, los partidos no tienen la coordinación de los años 80,  porque se va a esa  política con la única tarjeta de visita de pelotear a quien gana las presidencias y los  cargos de decisión. Por eso, vemos cómo ha prosperado el ser profesional de la política y se ha desestimado aquél que procedía de  un círculo respetado y conocido,    porque se aseguran los primeros el sustento económico y la pensión del día de mañana, lo cual  está haciendo fracasar a estas organizaciones,  ya que   quienes quisieran poder retomar  un nuevo partido lleno de entrega y coherencia, se les quitan las ganas porque ya se navega en función de mediocres y oportunistas que son los que rigen muchas veces los destinos,  no solo de los partidos, sino de  los gobiernos en los que se incrustan. Es más, en España la edad de un político  es peyorativa cuando pasa de los 60, porque se olvida  que los grandes regidores y  políticos mundiales han sido, precisamente, gente  con edades  maduras y octogenarios  que por su experiencia  sabían moverse perfectamente en aguas turbulentas, pero aquí, contra más niño se sea y  ni siquiera haber conocido un trabajo por cuenta ajena o propia,  son los ideales para incluirlos en esas listas manejables por quienes mandan.

         Hoy, tras la ocurrido en el Partido Popular y que ya viene ocurriendo en otros muchos, la ilusión  y  el deseo de que quienes más valen profesionalmente  y  tengan un bagaje con experiencia estén en las cabeceras de  éstos, se ha perdido. Hoy se fabrica un líder aparente con un equipo a la sombra lleno de amigos, lo que  repercute, por desgracia, en el destino del país, ya que un Gobierno de coalición social-comunista que  incluso se  relaciona o pacta con asesinos, poca prosperidad y seriedad  ofrece al país ante el exterior y si a eso le unimos una oposición fracturada,  donde se atacan unos a los otros y donde  el destino que se les avecina es  una posible ruptura, ya  podemos darnos cuenta de la que nos espera. Aquí es bueno recordar aquella frase de “al suelo que vienen los nuestros”.

         En definitiva,  esto no puede seguir así. Los ciudadanos están asombrados y mirando para otro lado, pues la confianza en votar al que más vale y lleva mejor gestión no tiene sentido,  porque dentro de esas  organizaciones sólo existen asalariados políticos disfrazados de ministros, parlamentarios, diputados, concejales, etc.,  e instituciones llenas de asesores que sin saber “hacer la O con un canuto” se dedican sólo a cobrar, sin olvidar que hoy  en nuestro país por cada cinco puestos de trabajo que se crean,  uno es de lo privado y resto de lo público, lo que conlleva  que o se buscan políticos con experiencia, con talento y con capacidad de decidir,   por encima de sus intereses personales, o  la política es por desgracia y así está ocurriendo, el  mayor desprecio que la sociedad civil tiene de ella, pues mientras nos ha comido una pandemia, el mercado laboral se ha venido abajo, el Fondo de Pensiones ha quebrado y los impuestos nos devoran y enfrentándose entre ellos y sólo viviendo de ataques  personales y sacando trapos sucios,  el país  va a desmoronarse  como la lava de un volcán.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

6 Respuestas a “¿Por qué fracasa un partido político?”

  1. Se nota su experiencia política y me dicen que siempre estuvo trabajando no precisamente pir un sueldo, como ocurre hoy en todos los partidos. Espero que vuelvan los que tienen experiencia y quiten a muchos vividores que son los que están haciendo daño. Le felicito .

  2. Usted conoce bien las entrañas de todo esto y ha recibido también el pago de la envidia de los demás porque con su trabajo hacia sombra a los de arriba por usted no necesitaba reír la gracia a nadie . Personas así son las que hacen falta. Hoy lo que hay es chusma que sólo quiere garantizarse un suelo porque no saben hacer otra cosa que pelotear. A usted le pagaron muy mal los suyos. Se hartó de trabajar en Ayuntamiento y no digamos en el Senado y la envidia de unos cuentos pudo más que su entrega por el partido. Total ya irán cayendo pero nadie hablará de ellos porque son inútiles y flojos en la política. Enhorabuena por este artículo que solo dice verdades.

  3. Enhorabuena por este muy buen artículo de Pepe Blas. Dónde deja claro que tipo de políticos nos representan en la actualidad. Políticos recién salidos de la Universidad, sin ninguna experiencia en política y mucha en el arte del peloteo , otros de las juventudes de sus partidos, otros , otros apadrinado por un exlíder de su partido, y el más pillo uno que no a trabajado en su vida,. Atrás quedaron grandes políticos de diferentes signos que fueron apartados por personas sin experiencia, ni vocación pero con una ambición desmedida al igual que su ignorancia,. …. Hoy utilizan el Congreso para ver quién dice la chorrada más grande ‘o insulta masl, luego se van a sus casas satisfechos y pensando (hoy me he ganado el sueldo). El titular de esta tribuna Don José Blas Fernandez , cuando regresaba de cumplir con sus secciones en el Congreso (Madrid) llegaba a Sta. Justa (Sevilla) a las 12 de la noche y a Cadiz a las 1/30, a esa hora se dirigía a su despacho profesional para ganarse el sueldo. ¡¡ Esto es vocación honestidad y honradez politica.!!

  4. Tristemente cierto, perfecta descripción de momento actual por el que está pasando la política española, que en realidad ni son políticos ,ni son españoles

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