La tan cacareada reforma laboral llevada a cabo por el actual Gobierno en base al Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de Diciembre, ya ha cumplido el pasado 31 de Diciembre de 2022, en parte, un año de su efectividad y como ha llovido bastante en los últimos meses y dicha reforma deja mucho que desear para que hubiese existido un verdadero mercado de trabajo, junto a la creación de empleo, podemos calificarlo débil, ya que todas las reformas habidas han avanzado en su estabilidad del empleo en ese mercado, en especial, cuando han aspirado a acabar con la tradición de la temporalidad. Pues bien, la actual reforma que muchos la llaman mini-reforma y con un barniz para el empleo, fue votada en el Congreso de los Diputados con un voto extraño de un determinado Diputado del Partido Popular, el cual en su error como lo ha manifestado y hoy se encuentra recurrida en el Tribunal Constitucional, salió adelante y nació con grandes defectos porque grandes virtudes no tiene.
En este año que ha transcurrido han crecido los despidos de trabajadores indefinidos un 68% y las dimisiones o bajas marcan un máximo de 1,7 millones de empleos. Es decir, al existir la expresión “indefinido” parecía como si el empleo se creaba de por vida, o al menos esto es lo que se vendió, sin embargo la realidad no ha sido otra que tras un contrato indefinido, en cualquier momento ha existido un despido y pare usted de contar, por lo que en lugar de aumento hemos tenido menos empleo, y aun más si los periodos de prueba de esos contratos indefinidos o de otra modalidad se han disparado en un 620%., es decir, que el periodo de prueba que establece el Estatuto de los Trabajadores y los convenios colectivos han sido una de las llaves para forzar el cese del trabajador y lo que es peor sin un céntimo de indemnización, porque el periodo de prueba es eso, un periodo de prueba para que el empleador pueda utilizarlo a su criterio y prescinda de unos servicios porque posiblemente para liquidarlo no tenga otra alternativa, aunque el trabajador también puede hacer uso de ese periodo de prueba, pero eso supone ni tan siquiera un 10%.
El primer año de esta reforma laboral ha servido para que lo que antes era indefinido en uno de cada diez contratos, hoy ha pasado a la mitad sin contar con ese curioso nombre que se le ha puesto al fijo discontinuo, el cual se está utilizando para ocultar al temporal en muchos miles de casos y darle un pasaporte para el desempleo que luego no se contabiliza, por lo que los contratos fijos discontinuos que han sido un poco el icono de esta reforma, al final no han creado empleo y encima los despidos han aumentado, ya que la media de despidos por día laborable es de 4.390, de los que prácticamente 4.000 se corresponden a contratos indefinidos. Ello sin hablar de las bajas que se produjeron en la Seguridad Social que rondaban las 900.000 por cualquier causa o motivo.
En esta reforma ha existido un alto porcentaje de despidos por causas objetivas, donde las indemnizaciones son de 20 días por año de servicio, lo que ha aumentado el concepto de despido más barato en un 44%, todo en base a una economía precaria como la que tenemos. Es decir, una reforma débil sin creación de empleo con despidos en aumento y con un desgaste del autónomo el cual ha desaparecido notablemente en número y en falta de creación de empleo de estos autónomos y sin que suene a picaresca, las bajas antes de la reforma, dentro del periodo de prueba, prácticamente casi ni existían y la cifra en el año 2022 ha marcado un récord de 2,7 millones de bajas por esta causa, lo cual ha hecho que al proceder éstas de los contratos indefinidos, la euforia de estos contratos que marca la reforma ha quedado prácticamente anulada.
Por último, esta reforma ha conseguido una gran precariedad, ya que el trabajador que está como fijo discontinuo no cuenta como parado, pero sin embargo lo es en la practica porque percibe la prestación por desempleo en los periodos de inactividad. Lo que hace que el desempleo en nuestro país ya pasa de los 4,5 millones de trabajadores y revoloteando los 5 millones pronto y todo por no decir la verdad sobre el número de parados que vienen con el marchamo de fijo-discontinuo.
En definitiva, la reforma ha sido un amago para creer que el mercado evolucionaba, pero sin embargo de aquella promesa de reforma laboral existente por el anterior Gobierno y que iba a desaparecer en su totalidad no se ha quedado más que en ese amago que no ha servido para nada, porque en la práctica habitual seguimos con los mismos mimbres que tuvo la reforma de la Ministra Fátima Báñez y si a ello le sumamos la subida arbitraria y sin consenso del SMI, el cual se ha puesto por encima de muchos convenios colectivos, está aumentando por día la modificación sustancial de los contratos de trabajo porque muchas empresas al no poder pagar un salario en jornada completa, e imponerle el Gobierno una mayor cuantía como así ha ocurrido, están lloviendo los contratos a tiempo parcial y por jornadas que equivalen en muchos casos casi al 50% de ese SMI, lo que viene a producir una precariedad y un mayor desempleo que por día está incontrolado y que aún ni ha tocado fondo ni se espera que toque.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Análisis muy certero y totalmente verídico de la situación socio-laboral en España.
Cómo siempre un artículo lleno de realidad de todo lo que pasa en España. Una realidad que es una pesadilla que no acabara hasta que desaparezca el Sr. Sánchez del panorama político. No sé cuánto tiempo podrá aguantar el país sumido en una serie de decisiones inútiles de unos políticos mamarrachos que sólo miran por su interés personal.
Una reforma ridícula y tan mediocre que está haciendo un mercado de trabajo totalmente lleno de precariedad. Aquí de seguir así solo vive el sector público y las pequeñas empresas se quedarán hundidas y sin trabajadores. Esta ministra comunista ha hecho sólo beneficiar a los sindicatos y liberados y esto un dua explota. Da este artículo datos muy curiosos y ciertos.