Asegura que saca gran parte de sus ideas de sus sueños, y que tenemos mucho que repensar acerca de nuestros conceptos sobre lo que es un bruja, que las hay buenas y malas y que es algo que, en realidad, depende de nosotros mismos, de nuestros actos. Y es que para Mirian Luiza Pereira da Silva, el mundo de las brujas y de la magia es así de natural, y así quiere que nos llegue a todos los lectores, porque, creamos en él o no, forma parte de nuestra vida cotidiana.
Muchas veces no tratamos al mundo de la magia con toda la seriedad que mereciera, la verdad, y no lo hacemos porque no somos capaces de hablar de él con naturalidad, sin complejos, reconociendo que, en el fondo, casi todo el mundo cree en ello de una forma u otra, aunque solo sea un poco. Sigue existiendo una especie de tabú alrededor de la magia, un estigma que convierte automáticamente en alguien de bajo nivel cultural a quien habla de ello con fervor o, simplemente, reconoce que cree en la magia de algún modo. Por eso es una gran noticia que aparezcan libros como este De brujas de Mirian Luiza Pereira da Silva, que vienen a contribuir al cambio de mentalidad en este sentido que tanta falta hace.
Porque si la palabra magia está siempre rodeada de un absurdo tabú, no le va mucho mejor a la palabra bruja, desde luego. ¿Qué es una bruja? ¿Acaso lo sabemos? ¿Seguimos manteniendo el viejo concepto medieval de lo que es una bruja? La respuesta, tristemente, es en muchos casos afirmativa, y esto es algo que necesitamos urgentemente modificar, como reconoce la propia autora: «Es verdad que en general tiene un carácter peyorativo, pero espero que cambie esta visión, que nos tornemos buenas personas y usemos nuestros dones para ayudar al prójimo. Una buena bruja tiene como objetivo ayudar a los demás, con una palabra de aliento, o manejando las energías para para el bien; la mala bruja hace todo lo contrario».
Pero ¿de qué trata De brujas y por qué deberíamos leerlo, incluso si solo una pequeña parte de nosotros cree en la magia? De brujas parte de una idea fundamental: hay dos tipos de bruja, la buena y la mala, y, a través de relatos, nos va adentrando en este mundo que conecta tan bien con nuestros arcanos interiores, como una sabiduría que teníamos dentro pero que habíamos olvidado, como si le hubiéramos dado la espalda. Además, puesto que Mirian Luiza utiliza el estilo narrativo del relato, que hace siempre la lectura mucho más amena, su mensaje tiene más posibilidades de calar en el lector, como si de una obra divulgativa se tratase.
«Elegí escribir sobre este tema por haber vivido a mi alrededor y soñado desde niña con brujas, y puedo decir que la brujería existe», afirma Pereira da Silva. «El libro De brujas trata de contar a los lectores la vida cotidiana de nosotros mismos, la manera de actuar con las personas, nuestros pensamientos negativos, que nos lleva a cometer errores y perjudicarnos a nosotros mismos, o los positivos, que nos ayudan a caminar en este mundo de pruebas y expiaciones».
Un detalle que sin duda nos acerca más a la temática de este libro, a la vez que a la figura de su autora, es conocer la forma en que nace la idea para escribir este De brujas, que, dada la temática en la que estamos inmersos, no podía ni debía ser otra que el mundo onírico. En efecto, Mirian Luiza asegura que el origen de muchos de los relatos que pueblan las páginas de su libro está en sus propios sueños. Y los sueños, igual que la magia, igual también que las brujas, los hay de muchos tipos y hay que saber elegir bien el bando. «Hay diferentes tipos de sueños: sueños premonitorios, recuerdos de otras existencias, sueños de las preocupaciones de tu vida actual, entre otros. Les aconsejo leer El libro de los espíritus de Allan Kardec, el capítulo titulado “Los sueños”», recuerda la escritora.
Quién sabe si, con el tiempo, podremos volver a creer en la magia sin miedo al qué dirán, o hablar con naturalidad de estos temas, o incluso que De brujas se convierta en una serie y nos enganche a todos tanto como el libro y entonces deje definitivamente de ser un tema tabú y tengamos claro que una bruja no es necesariamente alguien que está tramando envenenarte y salir volando en su escoba.