Los cinco libros que me enseñaron a viajar

Marco Polo Errante
Marco Polo Errante

Viajar es una pasión que muchos descubrimos de niños, incluso antes de poner un pie fuera de nuestra ciudad. En mi caso, fueron los libros infantiles y juveniles los que encendieron esa chispa de exploración. Ahora, con 37 años y muchas millas en la mochila, me doy cuenta de que ciertas historias fueron las responsables de mi obsesión con el mundo y sus rincones lejanos. Aquí están los cinco libros que marcaron mi manera de viajar.

1. «La isla del tesoro» – Robert Louis Stevenson
Este clásico de aventuras fue el primero que me hizo soñar con mares abiertos, mapas secretos y la promesa de un tesoro escondido. Jim Hawkins me enseñó que viajar no es solo desplazarse, sino enfrentar lo desconocido con valentía. Hoy, cada vez que piso una isla o sigo una ruta poco transitada, recuerdo aquella primera emoción de aventura que sentí leyendo este libro.

2. «Las aventuras de Tom Sawyer» – Mark Twain
Twain logró que un simple río como el Misisipi se convirtiera en una autopista hacia la libertad. Tom Sawyer y Huck Finn me enseñaron que viajar no siempre significa cruzar océanos; a veces, basta con explorar el patio trasero con la imaginación encendida. Gracias a este libro, aprendí que lo más importante de un viaje es la actitud con la que se emprende.

3. «El principito» – Antoine de Saint-Exupéry
Este libro no solo es un viaje entre planetas, sino también un recorrido por la mente y el corazón. A través de sus páginas entendí que viajar no es solo conocer lugares nuevos, sino también descubrir otras maneras de ver la vida. Hoy, cada vez que viajo, intento mirar el mundo con los ojos curiosos y sensibles de aquel pequeño príncipe.

4. «Moby Dick» – Herman Melville
Si «La isla del tesoro» me enseñó la aventura, «Moby Dick» me mostró la obsesión y el peligro que pueden acompañar un viaje. La caza de la ballena blanca de Ahab fue mi primer acercamiento a la idea de que no todos los viajes son placenteros; algunos nos llevan al borde de nuestra resistencia. Pero también aprendí que en la adversidad se encuentran las historias más memorables.

5. «Harry Potter y la piedra filosofal» – J.K. Rowling
Aunque Hogwarts no se puede visitar en un avión, este libro me hizo comprender que los viajes más importantes son los que nos transforman. Desde el momento en que Harry cruzó el andén 9¾, entendí que el mundo está lleno de portales hacia lo extraordinario. Desde entonces, cada vez que visito un nuevo destino, lo hago con la certeza de que la magia puede estar en cualquier esquina.

Hoy, al mirar hacia atrás, veo que estos libros fueron mis primeros pasajes de avión, mis mapas y mis brújulas. Y aunque el niño que los leyó ya es un hombre de 37 años, cada vez que emprendo un viaje siento la misma emoción que cuando abrí esas páginas por primera vez.

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