No es difícil encontrar en él esa voluntad de poder, ese triunfalismo insensato, esa determinación extrema a desestabilizar a toda la sociedad que invadió 1968. Fin del trabajo y de la familia, desescolarización, destrucción de la universidad, desregulación de la sexualidad, contracultura, descrédito de la experiencia médica y colapso de las estructuras sanitarias, hostilidad hacia las instituciones judiciales consideradas represivas, vitalismo juvenil, triunfo de la comunicación, olvido de la historia y presentismo espontáneo, todo esto ahora se ha hecho realidad.
Con Berlusconi llega a su fin un período histórico iniciado en los años sesenta, en el que las bases lógicas del pensamiento y la acción fueron sustituidas por un sentimiento colectivo manipulado y delirante, caprichoso y extravagante.
EL AUTOR
Agudo e irreverente, Mario Perniola (Asti, 1941- Roma, 2018), logra capturar en sus ensayos la esencia de la contemporaneidad occidental. Hace girar su reflexión sobre tres ejes —arte, política, comunicación— que le permiten componer pequeñas postales, esbozos sorprendentemente precisos de la vida cotidiana. Además, claro está, de una vasta obra filosófica que lo sitúa como una de las figuras sobresalientes del pensamiento italiano y europeo.
Entre las traducciones de su obra al castellano cabe destacar Contra la comunicación (Amorrortu, 2006), Del sentir (Pre-Textos, 2008), El sex Appeal de lo inorgánico (Trama, 2014) y Los situacionistas (Antonio Machado, 2015).
Berlusconi o el 68 realizado
Berlusconi o el 68 realizado no parte de una provocación sino de un análisis minucioso y sin miedo al escándalo. Perniola subraya hábilmente un componente esencial de la rebelión sesentayochista, uno que enlaza con movimientos anarquistas ya presentes a finales del siglo XIX:
el desprecio por los intelectuales.
El sabio es el enemigo del pueblo. Una idea que animó también a la Gran revolución de Mao. Y a las pequeñas revoluciones posrománticas en Europa. A Babeuf, a Lautréamont, a Rimbaud, a Debord, a Warhol…
¡y a Berlusconi!