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El Gobierno, sin contar con la CEOE, publicó el pasado 7 de Febrero en el BOE la subida del SMI para el presente año 2024, fijando su cuantía en 37,38 euros al día o 1.134 euros al mes. Este salario mínimo es el resultado de una decisión unilateral del propio Ministerio de Trabajo que, pese a las advertencias que les hacía la patronal, lo sube pensando solamente en los efectos bondadosos que el mismo tiene, pero olvida que si bien hay sectores desfavorecidos ante este nuevo salario mínimo ello va a conllevar una actualización bastante considerable en la hostelería, en la agricultura, comercio o empleados/as de hogar, etc., por lo que la subida aplaudida por los sindicatos y no aceptada por la patronal ha creado una situación de debilidad en el mercado de trabajo, con resultados adversos. Todo en la vida tiene pros y contras, pues el mundo socio-laboral ya sufre un debate político con la reciente reforma laboral que hemos comprobado que ha sido un fracaso absoluto, porque de querer eliminar en su totalidad la reforma del gobierno de Rajoy, se ha quedado sólo en los contratos indefinidos que no son tales y que ha perjudicado más que beneficiado, como ha ocurrido con este SMI, pues querer compararnos con Europa nos dista mucho en todos los aspectos, ya que el poder adquisitivo de los españoles es un 7% menos que la media de Europa, ocupando el puesto número catorce.
Dicho esto, existe en estos momentos una respuesta negativa a esa subida del salario, pues si bien los sectores más desfavorecidos lo han encajado con alegría, aunque sea una alegría muy corta, el mercado laboral está teniendo en estos momentos debilidades porque el mismo ha venido a descuadrar a cientos de convenios colectivos negociados también por patronales y sindicatos y que están creando una descomposición de las responsabilidades de muchas categorías profesionales y una desigualdad muy llamativa, originando un desconcierto en las relaciones laborales de las empresas, que llega a tocar la economía de tal manera que los embargos de salarios quedan inmunes.
El SMI está superando en miles de convenios colectivos los salarios de las categorías más bajas y de menor responsabilidad, pero la paradoja no es más que comprobar cómo esas categorías inferiores se están equiparando al mismo nivel económico de las categorías superiores, es decir, que por el mismo salario ahora existen miles de trabajadores agraviados porque su salario es el mismo pese a su responsabilidad en la categoría que el que no tiene ninguna. Ejemplos claros con, cómo categorías como conserjes, peones, limpiadores, auxiliares, ayudantes y un largo etcétera, se han puesto por imperativo del SMI al mismo nivel de cotización y de salario que oficiales, jefes de equipo, encargados, técnicos, titulados medios, etc., lo que conlleva la creación de una desigualdad que en las dos subidas de salario que hemos tenido han dejado a algunos oficios y profesiones prácticamente con la responsabilidad solamente, pero nunca con un mayor salario que es lo que los distintos convenios colectivos venían practicando y esos salarios no estaban marcados caprichosamente por la patronal, estaban negociados y acordados entre sindicatos y empresas con largas negociaciones, donde en los cometidos de las categorías profesionales se distinguía muy bien al que tenía una responsabilidad mayor y una carga de trabajo por dicha categoría y sus funciones y al que no tenía o tenía menos y en muchos casos estaba a las órdenes del primero. Es decir, la coherencia sindical ha sido un auténtico fracaso, pues no han pensado más que en la subida del SMI para también tener clientelismo sindical.
El Gobierno ha creído demagógicamente que subir a esos colectivos con menores salarios era simplemente para tener contentos a quienes se les subía, pero no ha caído o no ha querido caer en que los 1.134 euros mensuales está haciendo bajar notablemente la contratación. Es más, los miles de contratos que se hacen a tiempo parcial y que son legítimos, es el resultado negativo de esta subida salarial, porque si el Gobierno entiende que empresario es quien dirige empresas de más de cien trabajadores, olvida los millones de autónomos y profesionales que tienen de alta a un solo trabajador a jornada parcial y con contratos que solamente sirven para subsistir y no digamos de los empleados de hogar que están desapareciendo por día en cuanto a la contratación, por lo que no aumenta con ello el empleo en términos generales.
A todo esto, también se olvida el Gobierno que las empresas que tengan que pagar por imposición esos 1.134 euros de salario tienen que cotizar a la Seguridad Social un 23.6% para las contingencias comunes, lo que tampoco han dicho es que en esa subida que pone al salario base en 1.134 euros mensuales también muchos miles de trabajadores por no tener cargas familiares y otras circunstancias entrarán en nuevos tramos del IRPF y por tanto con mayor retención para Hacienda, es decir, que lo comido por lo servido, como ha ocurrido con las pensiones, siendo al final el propio Estado el que se beneficia de lo que pagan otros, porque ese SMI quien lo está abonando y sacándolo de la rentabilidad de su negocio es el empleador, por lo que en resumidas cuentas, hacer una subida cuando no han controlado ni el IPC ni la cesta de la compra que ha subido ya una media del 7%, es engañar y disminuir el poder adquisitivo de los trabajadores, porque no existe consonancia entre lo que se gana y lo que se gasta y aún estamos esperando qué dice el Gobierno, porque esa es su responsabilidad, sobre la subida del IPREM, donde hasta hoy sí que ha dejado tirados a miles de ciudadanos, ya que el baremo que establece este Indicador Mínimo de Renta aún, al no haberse aprobado los Presupuestos Generales del Estado y ya estamos en el mes de Febrero, está asfixiando no sólo a la economía sino a todos los que se pueden beneficiar de ese indicador público de renta de efectos múltiples. Lo rápido que ha sido el Gobierno para imponer que otros paguen y la dejadez que posee para beneficiar a los que esperan el IPREM, cuando ello es de su única responsabilidad.
En conclusión, ese dicho muy sindicalista de que “a igual trabajo igual salario” es aquí una nueva mentira, porque está ocurriendo todo lo contrario, donde la retribución de los trabajadores no se mide por su cualificación o titulación académica, sino todo lo contrario y esa pirámide invertida en la sociedad traerá a corto plazo grandes confrontaciones y litigios que desembocan en definitiva en las relaciones laborales.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Desde luego no puede estar mejor explicado y con datos, el SMI ha sido en definitiva una acumulación de desigualdades para todos y más para Lis de menor poder adquisitivo, pues la desigualdad que está creando en los convenios es abrumadora y esto hace bajar el rendimiento y el descontento en una empresa que al final le suben el salario a los que menos hacen y menos responsabilidad tienen. Es un acto de poco conocimiento del mercado laboral y todo por una ministra inútil y con encefalograma plano de conocimientos y llena de odio. Acabarán estas cosas en movimientos contra los sindicatos que lo han permitido y la patronal sin crear empleo.