Marisol Cabrales Sánchez

Una de las novedades más interesantes de la primera mitad de 2025 es Fundido a negro, una nueva incursión de Jesús Cañadas en la literatura de misterio, esta vez dejando un poco más de lado los elementos fantásticos para centrarse en un subgénero más afín a la novela negra y al true crime ficticio, con trazas de “metraje encontrado”.
La premisa es muy sugerente: seguiremos las vicisitudes de Benjamín Correa, director de documentales caído en desgracia que encuentra una nueva oportunidad cuando le ofrecen grabar un true crime sobre unos acontecimientos insólitos y aún faltos de explicación que llevaron a la aniquilación de una secta en Granada.
Su componente de investigación, a través de entrevistas a los personajes vinculados con tan terrible acontecimiento, es ideal para amantes de la novela negra convencional que disfrutan de los interrogatorios y la investigación de campo, aunque en este caso viene aderezada con el componente sensacionalista propio del medio para el que está proyectado el documental.
Ofrece dinamismo y ayuda a perfilar la personalidad del protagonista, haciendo que no te aburras en ningún momento.
Si bien es una novela divertida, canalla y ácida, son justo esas cualidades las que pueden volverse en su contra, sobre todo en los compases finales. Para algunos lectores puede pecar de excesiva y con más artificios de los que necesita. Tiene cierto componente experimental en cuanto a la narrativa, aunque no supone una rareza que desentone en la trama.
Con una edición que entra por los ojos (relieve en portada y cantos pintados de negro) y la garantía de tener como autor a todo un maestro del misterio como Cañadas, es una novela que merece la pena descubrir.
Planta
Clavellina (Dianthus barbatus): de gran simbolismo religioso, tiene un papel destacado en la
iconografía de la secta en esta historia