Acabada la X Legislatura en las Cortes Generales, la cual fue completa en el tiempo, hemos iniciado unos vaivenes políticos que han puesto de relieve la necesidad forzosa de que quienes acudan a las distintas Cámaras Legislativas de nuestro país sean personas que tengan un claro conocimiento de a dónde van, qué propuestas pueden hacer para beneficiar a España y qué concepto tienen de lo que debe ser un político a carta cabal. En las anteriores legislaturas que se han ido sucediendo quienes acudían en las listas para servir y no servirse solían ser personas que tenían una profesión y en función de su especialidad o trabajo se les encajaba en las distintas comisiones parlamentarias o autonómicas para que, con sus conocimientos y su formación, no sólo los pusieran al servicio del resto de los miembros de dichas Cámaras, sino que ponían de manifiesto su experiencia, su quehacer diario y lo que era más importante no iban por el interés de tener un sueldo y agarrarse a esos escaños como si fueran vitalicios y no como los de ahora que no aportan nada y sólo se limitan a recibir consignas e imposiciones aunque no crean en ellas, dan algún que otro escándalo mediático y son muchas veces el desprecio del resto de los españoles que pierden la credibilidad en estos politiquillos turneros, salvando como es lógico las importantes excepciones que tienen muchos partidos.
En estos días hemos acudido a unos debates que si bien han existido parlamentarios con seriedad, con alternativas y respondiendo a todas las lagunas que algunos pretendían incrustar en la vida pública, hemos también acudido a parlamentarios con vocablo macarro y tabernero, con insultos y acusaciones veladas y no pensando en el debate del candidato a Presidente del Gobierno y las propuestas que este llevaría a cabo, sino en destruir lo que se hablaba y a pegarse a la mayoría que puede darle de comer y así vivir de la política como si fuera una profesión en la que sólo hace falta tener un dedo índice para poder pulsar los distintos botones del sí o el no, o el de la abstención si su padrino o cortijero le da el beneplácito para ello.
Decía que desde la X Legislatura ha terminado un ciclo político que aglutinó a personas con voluntad, vocación y ganas de trabajar, lo que tras esa legislatura sólo hemos visto moción de censura, imposición de reales decretos leyes, legalización de partidos provenientes de herederos de bandas terroristas y politiquillos de medio pelo que sólo han buscado el enfrentamiento, la destrucción y la inseguridad jurídica en todo el Estado de Derecho. Por ello, tras los acontecimientos vividos en esta semana donde hemos tenido una radiografía de lo que tras las urnas ha salido, nos tenemos que preguntar si los políticos que nos están gobernando están preparados para ello, pues a nadie se les escapa que el descontento social generalizado de los últimos años tiene un gran peso que provoca la crisis de confianza en las autoridades, porque los que mandan no lo están haciendo mejor que los subordinados, lo que se resume en que no están adecuadamente preparados para asumir una labor de responsabilidad tan clara como se debe poseer para estar en un sitio así.
En las últimas décadas se ha incrementado la formación de la población en general, sin que eso se haya reflejado en la clase política, porque el informe de la OCDE “Panorama de la Educación 2011” señala que el 27% de los españoles cuentan con un título universitario, porcentaje que según el estudio que se hizo en el 2009 por la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas, desciende al 12% en el caso de los Concejales y al 13% en el de los Alcaldes, pues solo tienen estudios elementales, mientras que en el Congreso y en el Senado aumentaron los titulados superiores, pero el 90% no tienen profesión o no han ejercicio actividad alguna, por lo que se percibe un desajuste en lo relativo a la experiencia profesional y de qué sirve tener licenciaturas, grados o doctorados para no saber nada sobre ellos, no practicarlos y no aportar experiencia de su trabajo. Esto demuestra que muchos jóvenes sólo han querido participar en las listas porque allí encontraban su porvenir para hacer de la política una carrera, por lo que como siempre he dicho, las listas se están surtiendo de personas del paro como también acertadamente lo ha expuesto el que fue gran parlamentario, Herrero de Miñón, por lo que las formaciones políticas tienen un mal común que es la falta de formación y lo que es peor falta de cualidades éticas y morales como así lo decía Platón. Ya va siendo hora de que al político senior se le vuelva a llamar a filas para que con sus conocimientos y experiencias pueda ocupar esos escaños que en una gran mayoría están huecos porque quienes los ocupan no tienen nada que aportar y lo hemos visto en estos últimos debates donde hasta el Presidente del Gobierno en funciones, en una actitud de bajeza absoluta, no ha contestado nada al candidato que se presentaba para ser investido y lo ha hecho otro apesebrado, pero con vocablo macarro y bajuno, como ha sido el exalcalde de Valladolid que no solamente ha hecho el ridículo sino que ha dejado a la clase política a los pies de los caballos por su talante y lenguaje, mientras que el Presidente del Gobierno en funciones se dedicada con una total falta de educación a mirar permanentemente el móvil y no escuchar a quienes proponían para España los mejores galones que debe imperar en una democracia. Es más, el no participar en un debate tan importante, ha demostrado ser una persona despreciable y sin ética política para ocupar el puesto que lleva y más ahora en la Unión Europea.
Esto ha sido el balance, ahora esperaremos otros debates agrios, porque la ciudadanía está dando la espalda a los políticos, no cree en ellos y estamos haciendo una juventud sin perspectivas, pues ven el porvenir que existe y mantienen una falta de valores que será muy difícil que se impregnen de políticos honrados y honestos, que por cierto también los hay y muchos, pero que ante los acontecimientos no dan un paso adelante y prefieren mantenerse en el anonimato.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Se puede decir más alto pero no más claro,una realidad que no se quiere ver,enhorabuena D.José Blas.👍🤗
La vida política es el reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Todo está degradándose y corrompiendose hasta no sabemos dónde. No hay valores, no hay educación, no hay respeto y sin eso el camino no es limpio y no acabará bien. España va a la deriva y no tiene políticos que la quieran y que la salven porque solo se quiere salvar ellos. Una pena de que algunos gobernantes sean tan egoístas y que solo muevan el dedo para sus propios intereses. Enhorabuena Sr. Blas por el artículo.
Todos los partidos están huecos y sin parlamentarios y concejales con clase. Van a cobrar y a cotizar porque la gran mayoría no tienen profesión alguna y si la tienen nunca la han practicado. Muy bien por este artículo lleno de realidades y cada vez peor. Le felicito don José .