
En nuestro Estado de Derecho, el Poder Judicial es uno de los pilares más importantes con el que podemos contar, pues por su independencia y su actuación en defensa del Ordenamiento Jurídico, es de las instituciones más importantes que España y todos los países democráticos poseen para su desenvolvimiento y cumplimiento de las leyes.
En estos días, tras la denuncia de más de 2.500 Jueces ante la Comisión Europea por el peligro de violación grave del Estado de Derecho en España y recorte de las competencias que se hacía a la cabeza visible, cual es, el Consejo General del Poder Judicial, el Gobierno a través del Ministro de Justicia, ha dado marcha atrás tras las abrumadoras críticas y advertencias que llegaron desde Europa y ha manifestado que propondrá a los Grupos Parlamentarios del Gobierno de coalición, PSOE y PODEMOS, que retiren esa propuesta de reducir la mayoría en las Cortes para elegir a los vocales del Consejo y así poder negociar una reforma nueva y, a su vez, le manifestaba a la Vicepresidenta responsable de Justicia, Vera Jourova, que propondría una reforma para dicha elección.
Todo esto ha puesto de manifiesto y además de forma histórica que la coalición de PODEMOS y PSOE ha hecho un duro ataque al Poder Judicial, han pretendido vejarlo y dejarlo maniatado para que cuando acabase su mandato no pudieran llevar a cabo ninguna actuación en su cometido, olvidando que mientras no exista una nueva elección democrática, por el conducto establecido, toda institución y sus representantes quedan en funciones mientras tanto. Lo que el legislativo no ha hecho otra cosa que amenazar veladamente a unos de los poderes del Estado creyéndose que se puede ser “juez y parte” en todo el contenido que posee el Poder Legislativo. Mucho se ha tratado desde la constitución, tras el franquismo, de la reforma del Poder Judicial, pues comparto que el 50% de los vocales deben ser elegidos democráticamente entre los jueces y el otro 50% por las Cortes Generales, porque es de donde emanan las leyes. Pero a lo que hemos llegado, no tiene precedentes porque no se puede dejar, como se ha hecho, en estos momentos bloqueado a dicho Consejo y dejarlo en el limbo, pues efectivamente en estos momentos que transcurren ya hay 46 cargos pendientes de nombramiento y eso no puede existir en uno de los poderes del Estado y más cuando nos encontramos sin renovar durante más de dos años, a 9 cargos en el Tribunal Supremo y a 6 Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia.
Los Tribunales en España tienen que ser ágiles. Una Justicia lenta no es Justicia y vivimos permanentemente con un retraso en las resoluciones judiciales que es intolerable y donde en muchas jurisdicciones la especialización brilla por su ausencia, por lo que una guerra de poderes en estos momentos y adobada con críticas de advertencias desde Europa, no beneficia en absoluto a la Justicia en su conjunto y, en especial, eso debe conocerlo muy bien el actual Ministro de Justicia, porque procede de la carrera judicial donde en estos momentos es Magistrado en excedencia. Hay que apostar por un poder judicial independiente de la política, pues así lo mantienen los países de nuestro entorno, pero ha sido vergonzoso cómo el Poder Legislativo se ha valido de zancadillas y de propuestas ante el Congreso de los Diputados para cortarle las “alas” a quien posiblemente a este Poder, otro como es el Judicial le controle y le recorte sus debilidades y leyes que no se ajusten a la normativa de un país democrático como es España. El dar marcha atrás ha sido un gesto vergonzoso y más cuando han visto la que se les venía encima, porque Europa no pertenece a ningún entorno bananero y las perspectivas de haber seguido queriendo cortar en sus funciones al Poder Judicial, ha puesto de manifiesto que este Gobierno no solamente es débil sino chapucero y máxime cuando ante Bruselas y ante la ciudanía ha quedado con un perfil sumamente bajo.
Por todo, se hace necesario desbloquear lo que tenemos y nombrar un Consejo nuevo lleno de esperanza para todo el conjunto de los españoles y, en especial, para el mundo judicial, donde entre esos vocales a elegir sean juristas comprometidos y no como algún caso se iba a dar, de estómagos agradecidos, porque incluir entre los vocales al clientelismo político es hacerle un flaco servicio a uno de los Poderes del Estado.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
El CGPJ, necesita una reforma, pero que quieran Sanchez y PABLO Iglesias que sea como ellos quieran, es un atentado a la inteligencia de la sociedad española.
Estamos en manos de unos ineptos que cada día que pasa lo hacen peor. Que pena de esta España!! Espero que tenga memoria cuando llegue el momento y los envíe a la calle directamente porque no sirven ni para la oposición. Que vergüenza de la imagen que damos al exterior!!! Un buen artículo.
El Poder Judicial no debe ser dependiente de los políticos, pues entonces pierde su independencia, pero entre Podemos y PSOE, quieren crear un estado bolivariano y eso no lo podemos consentir. Menos mal que les han visto las orejas al lobo con Europa y se han echado para atrás. Me gusta esta opinión bien construida.
Creo que la marcha atrás es de vergüenza y desde luego menos mal que estamos en Europa. Espero que los jueces se pongan las pilas y no se queden en el limbo como dice Blas Fernández.