
No cabe duda que los accidentes de trabajo son una gran preocupación tanto para las empresas como para los propios trabajadores, pues estos independientemente del dolor físico que supone puede en muchos casos acarrear muertes, invalideces, enfermedades profesionales y hacen de los trabajadores personas vulnerables que en muchos casos no pueden volver a desempeñar sus puestos de trabajo. Las medidas de seguridad son hoy la mayor herramienta que hacen prevenir los accidentes, pero pese a tanta normativa y las altas sanciones que conllevan existe un apartado llamado recargo de prestaciones que aún encarece más el accidente y que no lo cubre ningún tipo de seguro. Es decir, este recargo altamente costoso y con porcentajes casi ilimitados hunden totalmente a muchas empresas porque no pueden afrontar su coste y lo que es peor arrastran las plantillas del resto de trabajadores por insolvencias de las patronales, algo que ya es curioso cómo se está asegurando esta situación en países de Europa, pero en España no sucede.
En estos accidentes de trabajadores por cuenta ajena, las mutuas de accidentes desempeñan un papel muy importante, pues tienen en su haber no solamente el control de los siniestros, sino la rehabilitación, asesoramiento y seguimiento a los trabajadores accidentados, pudiendo emitir bajas y altas, con lo cual el control y la picaresca pierde vuelos, cosa que no ocurre en las bajas por enfermedad común, ya que ni pueden dar la baja ni producir el alta, lo cual vemos en comparación de unos con otros procesos lo abismal que resultan los distintos tipos de baja, incluidas las enfermedades profesionales, pero sin embargo las Mutuas sí están haciendo frente al pago de todas las prestaciones, algo injusto y que las están condenando al abismo.
Todo esto tiene una lectura larga y compleja, pero como no se vive de la estadística, sino de la realidad, el número de accidentes en España en el 2024 con baja laboral ha ascendido a cerca de 650.000 siniestros, cifra que crece y que supone un 0,5% más que la registrada en el 2023, sin embargo el trabajador autónomo, el que tiene que comprarse sus medios de protección y el que tiene que cumplir la normativa sin que nadie lo vigile y que sufre carencias económicas para poder subsistir en su trabajo o profesión, también posee bajas por estos accidentes, pero curiosamente descienden casi un 6% en comparación con el año 2023, pues a las cifras me remito, ya que estos autónomos se han accidentado en el trayecto denominado in itinere, es decir, al ir o volver del lugar de trabajo y sólo han tenido 61 accidentes mortales en el año 2024.
Los números registran también porcentajes curiosos entre estos autónomos, pues de 25.500 accidentes con baja, 5.193 lo han sido en mujeres, es decir que han tenido mejor suerte que los hombres, pero no olvidemos que el trabajo masculino se da más en la construcción, ganadería y pesca entre otros y las mujeres están más en los servicios.
No cabe duda que la principal causa de no darse de baja un trabajador autónomo es por una razón poderosa. En primer lugar porque pierde sus ingresos brutos de su trabajo por cuenta propia y tiene encima que poner un sustituto al cual tendrá que abonarle su salario y darlo de alta en seguridad social, porque su prestación suele ser baja y a renglón seguido pese a estar accidentado y con dolencias se mantiene de alta, trabaja y no falta a su labor diaria y, encima, tiene que mantener a la plantilla que posea, pues entre los autónomos también están miles de profesionales liberales, donde no pueden darse de baja por accidente, porque no encuentran sustitutos para su profesión y mucho menos darse de baja por enfermedad común. Es decir, que el trabajador autónomo, todas las mañanas se encomienda al levantarse y lo que pide es salud y no ponerse enfermo, porque de lo contrario la ruina es de cerrar la baraja y si puede, cobrar la prestación mínima que le corresponda y seguir pagando los salarios de sus trabajadores. En resumidas cuentas los trabajadores autónomos que más accidentes han tenido en el 2024 destaca Andalucía, seguida de Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid, lo que demuestra que el número de autónomos está en aumento en esas comunidades.
En resumen, la cifra de siniestralidad por accidente conlleva que para los autónomos no hay políticas preventivas adecuadas; solo se corrige cuando existe un accidente grave o una muerte, pero en su gran mayoría, los trabajadores autónomos no tienen más recursos que su trabajo personal, sus herramientas y su sentido de la responsabilidad, pero el desamparo preventivamente campa por sus respetos, porque falta mucho por hacer en el mundo del trabajo, donde se piensa más en la recaudación que en facilitarle medios a estos autónomos para los que la salud es la mejor compañía que pueden tener en su desarrollo, pues no olvidemos la cantidad de falsos autónomos que tienen que acudir a esa figura porque es la única manera de tener un trabajo.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
El autonomo es el más desprotegido en todo, más que una empleada de hogar. Pero sin embargo es el que mantiene a tantos flojos como hay en España.
El autónomo es una especie en extinción que sobrevive a duras penas. Todo se vuelve pagar y pagar. Es una desprotección en todo y constante.
Los autónomos son los que han levantado a España, hoy están acribillados de impuestos y se dejan la salud en favor de sus proyectos, pero tambien tengo que decir que como autónomos no me siento representado por ATA, el presidente que heredó el puesto de su padre que era joyero de Córdoba, es otro que vive del cuento de ATA y encima de la CEOE, por eso los autónomos debemos unirnos para combatir a quienes nos están amargando con impuestos, como es el gobierno y la impresentable de la MInistra de Trabajo.