El año de la libre | Arto Paasilinna

El año de la liebre de Arto Paasilinna tiene como motor disruptivo un hecho fruto del azar. El personaje principal se encuentra con una liebre herida. Toda su vida queda aparcada. Deja atrás su relación matrimonial, su trabajo y todo lo que un individuo de su estatus socioeconómico tendría como prioridades vitales. A través de una serie de relatos, la mayoría inconexos, el lector tiene la oportunidad de conocer la nueva vida del personaje principal. Una vida mucho más en armonía con la naturaleza. Atrás quedan los tiempos del hombre urbano. Es innegable por lo tanto establecer puentes temáticos y de pretensión con una clásico de la literatura de la vida en naturaleza: Walden de Thoreau.

El tono de El año de la liebre tiende hacia el humor. He de reconocer que entre el humor finés y quien escribe no se ha producido el mejor de los encajes. Los pasajes que parecían haber sido dispuestos con esta pretensión no me producían su finalidad. A las pocas páginas resultaban una serie de situaciones de marcado tono absurdo y animalista que me dejaban un tanto indiferente. La última de las historias, que rompe con la autoconclusividad de la mayoría de las historias, en la que el personaje principal inicia la caza de un oso, mejora considerablemente el sentido general del texto. No obstante, el resultado no puedo afirmar que me haya sentido enamorado. Leemos buscando amor. Un hecho que no se ha producido.

Como lecturas con trasfondo humorístico solemos tener algunas de referencia. Me gustaría citar las habituales: el mal de Portnoy de Philip Roth, Todo está iluminado de Jonathan Safran Foer y Mamá para comer de Shalom Auslander.

Pese al regusto no del todo satisfactorio con el que cierro la obra, volveré a brindarle una oportunidad más adelante al autor con Delicioso suicidio en grupo.

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