¿Cúando y cómo nos llegará el dinero de Europa?

Ya tenemos el anuncio por parte de la Unión Europea de que España va a recibir 19.000 millones de euros de los Fondos COVID en este 2021, pues al parecer se va a aprobar en fecha breve una primera transferencia para que las ayudas puedan abonarse antes del verano. Portugal, que ha sido la primera en hacer las tareas, ya ha dejado claro su participación y su gasto de previsiones, pero España que recibirá casi el 25% del dinero del Fondo Europeo, aun no tiene claro cuánto va a recibir de los 80.000 millones que en bonos a largo plazo van a financiar planes de inversiones y reformas de los 27 países de la Unión Europea.

El Gobierno de España ya ha anunciado que en este año va a poder contar con los referidos 19.000 millones, pero sin embargo, no está claro qué cuantía se va a destinar a los anticipos que cada país va a recibir y que suponemos que a España le tocaran 9.000 millones de euros. No cabe duda que hay diferencia de lo presupuestado para este año, pues si la Comisión lo autoriza podemos salir beneficiados con mayor cuantía de la prevista, pero claro, aquí como también existe la política, veremos qué decisión toma la Eurocámara sobre esas cuantías a repartir, ya que necesitamos el aval del Consejo de la Unión Europea para poder amarrar o recibir esos fondos. Si todo esto nos llega a tiempo, aun cuando con retraso, no podemos pensar que tenemos un cheque en blanco para gastar dinero, pue existirá un control de los técnicos de la Comisión que se crea al efecto, ya los programas que España presente tienen que ser auditados y revisados para que el dinero nos lo den, sin olvidar que tenemos que dejar claro qué reforma laboral quiere implantar el Gobierno Español y no hablemos de las pensiones, porque entonces la situación y el riesgo tienen que tener un camino claro y contundente. Es decir, que si recibimos dinero no todo es regalado, pues el riesgo de que se nos preste gran parte y exista un reparto equitativo entre las Comunidades Autónomas es la segunda parte de lo que se nos avecina. Estamos escuchando muchas cosas, se va a destinar dinero para impulsar el empleo juvenil, para crear empleo femenino y digitalizar un millón de pymes, etc., lo que de seguir así con lo que se avecina y viendo que la reforma fiscal es un agravante para los españoles, compaginar empleo y presión fiscal y una tímida reforma que no se sabe en qué consiste, pues sólo se habla de contratos indefinidos, el retraso en cobrar puede ser importante. Es cierto que Bruselas ha aprobado el plan de recuperación, pero también es cierto que si a España le corresponden 140.000 millones y sólo ha solicitado 69.500, qué se espera para completar una cifra tan alarmante la cual tiene dos respuestas, o que no tenemos un programa claro o que ni siquiera sabemos cómo lo vamos a gastar y más aún cuando entremos en la guerra de repartos de las Comunidades Autónomas, que ya están a la gresca queriendo cada una resolver sus problemas económicos tan pronto lleguen los desembolsos a nuestra tesorería, porque si no tenemos claro las grandes reformas o la bajada de impuestos para salir adelante en una crisis como esta, difícil lo tenemos, pues Europa no nos regala el dinero para gastarlo sin fundamento, nos lo deja y nos lo presta para paliar el covid-19 que ha sido la auténtica causa del boquete económico en los países como el nuestro, que no han sabido gestionar y solo gastar y hacer como la cigarra: “cantar y cantar mientras la hormiga guardaba en el granero para los momentos difíciles”. Ese es el verdadero fin que tiene el dinero de Europa, pero estamos convencidos de que son tantos los frentes que se han abandonado a su suerte que sin darnos cuenta nos puede llegar un caramelo envenenado donde las desavenencias y desigualdades lluevan sobre las CCAA, pues el mercado laboral no puede esperar ni un minuto y más la economía quebrada que hoy tenemos, pero se atisba que aquí lo que se quiere es poner la mano, coger dinero, repartirlo a ojo de buen cubero y que los amigos de los amigos sean los que se lleven la mejor tajada. Cuidado que de eso ya tenemos precedentes y una mala administración de una gran ayuda puede hundirnos más para que a la hora de levantarnos, como mínimo, tengamos una década de malos ratos.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.