En lo que llevamos de pandemia no podemos olvidar esos meses de confinamiento que hicieron a millones de personas conocer cuál era su futuro y lo que es peor, en qué derivaría la situación laboral y el mercado de trabajo, porque la inseguridad era tal que para muchos el futuro estaba en el paro y la sociedad en la que se venía viviendo parecía que se había roto para siempre. Costumbres nuevas, ajuste de consumo, inseguridad en el futuro y todo un desorden en la vida de las personas que entre las noticias macabras de la televisión y las muertes en solitario de los mayores, nos encontrábamos ante un gran despropósito de lo que es la vida normal que hasta entonces veníamos disfrutando. Es decir, empezaba una nueva vida.
Muchos comenzaron a pensar cuál sería su futuro, porque ante un horizonte tan negro y tan lleno de vicisitudes, era la propia familia la que se desquebrajaba sin saber qué camino tomar cuando todo esto llegase a su fin. Por eso, los jóvenes y menos jóvenes se planteaban la necesidad de qué ventajas tenía ser funcionario; ventajas que no son pocas, pero que con un esfuerzo y durante poco tiempo podían asegurarse una oposición y entonces su estabilidad laboral pasaba a un mejor nivel de valoración. Y es cierto, esto no es casualidad, pues de tener que hacerse autónomo y sufrir los grandes cambios del mercado y establecerse como empresario con necesidad de trabajadores, la solución que se veía más clara era la de tener siempre asegurado un puesto de trabajo, pues todos sabemos que al funcionario se le dota de tener un trabajo para toda la vida y esa tranquilidad no se la quita nadie. Es más, ni traslados, ni bajada de sueldos, todo lo más, quedarse como está y con las ventajas de tener un sueldo fijo, lo que para algunos ya es un lujo y, por supuesto, tener un buen salario, pues el trabajo a realizar si no lo termino hoy, posiblemente pueda hacerlo mañana y no hablemos de las citas previas que con la pandemia se ha puesto de moda.
Todo esto lo piensa quien clava los codos para opositar, porque sabe que el sacrificio es por poco tiempo, pues luego cuando adquiera su condición de funcionario no significa que te vayan a “explotar” en el trabajo, pues te garantizas dos pagas extras al año, vacaciones de Semana Santa, Navidad y verano y además puedes coger seis días de asuntos propios y, si por supuesto, eres profesor y te dedicas a la docencia, vas a tener más vacaciones que en ningún otro trabajo, lo cual te dará calidad de vida y más tiempo con los tuyos.
Si reflexionas un poco, te darás cuenta que los horarios de trabajo no tienen sorpresa, pues la mayoría se hacen en jornada intensiva y en muchos de ellos hasta con cierta flexibilidad, por lo que mejoras aún la conciliación de la vida laboral y familiar, ya que seguro que en una empresa privada o como autónomo eso no lo encuentras ni con lupa. En los desayunos, la hora de descanso es un lujo que no se tiene en todos los trabajos, pues tendrás veinte minutos para desayunar y descansar tranquilamente, por lo que en esos veinte minutos nadie te meterá prisa para volver al trabajo y si tienes un poco de suerte por alargar el desayuno, nadie se va a escandalizar. Los jefes que también son funcionarios, si te los “metes en el bolsillo” seguro que trabajaras con más libertad y, por supuesto, siempre te darán permiso para ir a todo aquello que consideres sea necesario para tu vida. En resumen, tendrás mejor calidad de vida familiar y tu jubilación está garantizada, cosa que si miras un poco para los millones de parados que en estos momentos hay, seguro que se nubla la vista y ya se encargaran los sindicatos de que te suban el sueldo y ten la garantía de que nunca te echaran del trabajo, salvo que cometas tal falta de suma gravedad que todo lo más será una sanción de suspensión de empleo y sueldo y en ese expediente disciplinario nunca entrará el despido de un funcionario público. Podrás pedir tener tu trabajo cerca de tu lugar de residencia si así está situada tu vivienda, pero el cumplir la Ley de la Función Pública, donde tienes que vivir en la ciudad donde está el centro de trabajo, eso ya ni se estila y si tienes la suerte de hacerte miembro del Comité de Empresa o delegado de personal, ya la libertad es absoluta porque estás defendiendo los derechos de tus compañeros y da igual que ni aparezcas por el trabajo.
Todo esto se ha valorado por quienes han decidido hacer oposiciones, porque la estabilidad, el sueldo y la garantía del puesto de trabajo no se lo quita nadie y no quiero con ello olvidar que existen excelentes funcionarios que como vulgarmente se dice “se comen el trabajo”, tanto el suyo como el de los demás, porque también en la función pública hay quien se lleva el grueso del trabajo y quien mira para otro lado y claro, eso también hay que valorarlo y, por supuesto, decirlo. Pero, aunque algunos entren a trabajar y fichen con retraso o fichen por otros como hay muchos casos, y estemos cansados de ver en muchas televisiones lo peyorativo que eso significa, no cabe duda que ser funcionario da ventajas, porque compararlo con un trabajo en la empresa privada o ejercer tu actividad como autónomo en todo orden, existe una gran diferencia, por lo que tras la pandemia y en este año que ha transcurrido la gran mayoría de jóvenes y de desempleados se han planteado claramente que lo mejor es ser funcionario.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Ser funcionario es una garantía que no tiene un trabajador de cualquier empresa, pues el despido improcedente está a la orden del día y eso no existe para un funcionario. Dias libres, media jornada, días propios para no hacer más que irse de puentes y vacaciones y luego ninguna. responsabilidad. En definitiva un chollo a costa de nuestros impuestos. Desde luego yo también quiero ser funcionario .
Pues hinca los codos! Así de facil…
Totalmente de acuerdo, ser funcionario es una garantía hoy en todo, además tienen unos horarios que ojalá los tuviésemos en cualquier empresa privada y tienen la tranquilidad de que nunca serán despedidos salvo que cometan un desfalco o maten a un político. Por supuesto que existen como dice este Sr gente honesta y trabajadora, pero la tranquilidad de vivir de lo público no se lo quita nadie y ojalá yo fuese funcionario. Eso se llama vivir de la olla grande y con esto de la pandemia y las citas previas, han hecho lo que han querido y si eres sindicalista en la Administración, entonces no das un golpe al agua en tu vida.
Muy buen análisis. Es claro que la administración publica está inflada sobre todo la administración local, provincial . Soy de la opinion que se debería privatizar la mayoría de los servicios que prestan estas administraciones así se ganaría en eficacia y nos podrían bajar impuestos al tener menos gasto publico
Desde luego en ese sentido yo también quisiera ser funcionario!!! Es un chollo. Si estuvieran en una empresa privada mo durarían ni el primer desayuno. Sueldo fijo hagan lo que hagan y sin controles. Se han ganado la fama a pulso!!
DESDE LUEGO LA VIDA DEL FUNCIONARIO ES DE ESTABILIDAD ABSOLUTA, NO TIENEN DESPIDOS COMO EN LA EMPRESAS PRIVADAS Y SON PROVILEGIADOS EN CUANTO A SALARUOS Y HORARIOS QUE NO SE TIENEN EN OTRAS EMPRESAS. COMPRENDO QUE LA GENTE QUIERA HACERSE FUNCIONARIO Y LE ALABO EL GUSTO, PERO LOS QUE TRABAJAMOS EN OTRO TIPO DE EMPRESAS, ESTAMOS MUY PREOCUPADOS POR TANTOS ERTES Y DESPIDOS QUE ELLOS NO TIENEN.