Pasión y muerte| Luis Rodriguez Guerrero

V. C. Cortes| WeltDeLibros

Desde que empezara a destinar un gran número de mis lecturas a autores/as locales, hay dos conclusiones a las que he llegado de forma inminente.

La primera, es que en la provincia de Cádiz hay mucho y muy buenos talentos literarios. No sabría decir si otras provincias son tan prolíficas en cuanto a creatividad literaria, pero sin duda Cádiz lo es, y buena muestra de ello son el innumerable número de autores/as que se están abriendo un hueco en el mercado editorial.

La segunda es que si hay un género que triunfa entre los literatos gaditanos es el Thriller, la novela Negra y policiaca, y ¿por qué no hablar de un Noir gaditano? A dicho género arriba Rodriguez Guerrero como un soplo de aire fresco en la atmósfera cargada que caracteriza a la novela negra, con una apuesta muy particular, una intrigante novela que se abrirá paso en el noir más sureño.

Además, Luis sabe jugar sus cartas y centra la trama de su novela en un espacio temporal muy concreto, huyendo de los tópicos, pues cabría pensar que el marco idóneo para una serie de asesinatos en una ciudad como Cádiz sería su archiconocido Carnaval, pero no, no es en el Carnaval como podríamos pensar donde suceden los hechos, sino en la Semana Santa gaditana.

En tan señaladas fechas una serie de asesinatos coincidirán con la llegada a la ciudad de la inspectora Blanca Espinar, que expatriada de su Madrid natal se unirá al equipo de Arturo Mariño para tratar de esclarecer los hechos que están poniendo a la tranquila ciudad en el punto de mira de todo un país. 

A partir de ahí, el desarrollo toma una corriente vertiginosa que mantendrá al lector sin aliento hasta el final de sus páginas, en un recorrido por la ciudad andaluza que se hace con un cariño y exquisitez propio de quien así vive la semana santa en el sur.

Mito y leyenda se cruzan también en las páginas de esta lectura de mano de los flagerallis, una orden misteriosa que surgida en la ciudad en el s. XVIII y que aparentemente erradicada, surge de sus cenizas cual ave fénix, encendiendo la mecha de los asesinatos en una ciudad donde los monstruos tienen nombre propio y son menos humanos y más estacionales.

Destaca además la prosa sencilla, ágil y elegante del autor, que se aleja de tópicos y que engrandece el carácter y cultura del gaditano. Una obra muy bien estructurada, en capítulos cortos que aceleran el impulso de seguir leyendo una página más. 

A pesar de que pueda parecer una obra de carácter localista, la realidad es que es una lectura indicada para cualquier lector, sea de donde sea. Es más, localizar una novela de esta trama policiaca en una ciudad pequeña y tranquila tiene su mérito y no hace más que incrementar la expectación de aquellos que conocen sus calles.

Por ultimo destacar también la buena idea de la editorial de adornar la portada interior con un mapa de la ciudad e indicaciones (lo cual se echa de menos en muchas lecturas), así como también el maravilloso prólogo de Jesús Relinque, autor de más fantástico, que hace suya la introducción convirtiéndola en una extensión de su historia de los Pringaos, en ésta ocasión más personal y con diferentes nombres, enlazando la amistad que une a ambos autores.

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