Sin Franco y aún vivimos con leyes franquistas

Hoy, donde es permanente el fuego político propiciado por los   inconformistas, se mantiene a la sociedad civil bajo la historia permanente de los 40 años del franquismo y de todo cuanto dicha dictadura desarrolló en sus tiempos. Por ello, la izquierda sobre todo,  vemos permanentemente cómo sus únicas armas  para creer que  prospere un país como el nuestro es hablar  de la memoria histórica, del franquismo, del Valle de los Caídos, de los fusilamientos y de un desagradable largo etcétera como si fuera la única causa por la que España no prospera y está sumergida en una economía fracturada. Se habla solamente en los debates políticos de la extrema izquierda principalmente de toda esa historia ya pasada donde ni los jóvenes la han vivido  ni los de madura edad ya nacieron tras la muerte de Franco. Pero sin embargo, para sacar rédito político a lo perverso y a lo que  se utiliza en ese fuego de enemigos es permanentemente recordar  la dictadura como arma arrojadiza para  hundir al contrario, pero nunca se habla de una contienda entre hermanos como fue la Guerra Civil y que, por desgracia hubo vencedores y vencidos   y para mayor desgracia también en el  bando contrario del que éstos hablan hubo atrocidades, fusilamientos y para de contar porque todo ello es  mejor ya olvidarlo.

Es curioso que tanto como se critica a Franco y que conste que este autor no le debe nada, ni se ha beneficiado de Franco en nada, no cojan la  hemeroteca jurídica y comprueben que Franco sigue vivo en muchas  normas que hoy utilizamos y  la legislación franquista no ha sido derogada. A día de hoy siguen en vigor 280 normas preconstitucionales, tanto de la época de la dictadura como de antes del 78 en el que  se aprobó  nuestra Constitución que hoy tenemos en vigor. Existen 169 leyes y normas vigentes que fueron aprobadas precisamente  por el entonces Jefe del Estado y por los Ministros de su Gabinete, donde  66 de ellas no han sido nunca modificadas y 43 siguen vigentes y firmadas por el propio Franco. Es decir, tanto amenazar con lo ocurrido en la Dictadura y el franquismo sigue presente en  muchas normas, honores y leyes vigentes que a nadie se les ha ocurrido derogar y hacerlas nuevas, pues si eran tan perversas y malas por qué a los 46 años de haber fallecido el dictador siguen vigentes y su incumplimiento conlleva sanciones, aplicación del Código Penal y  normas administrativas que dan pie a su cumplimiento.

Es curioso saber  cómo  existen leyes que aunque modificadas en  puntuales artículos ahí están. Por ejemplo  el Estatuto de la Profesión Periodística del año 1967 o la Ley de Colegios Profesionales de 1974, o la Ley de Huelga, de 1977. Un largo etcétera que puede comprobarse en toda la legislación franquista, siendo muchas de ellas las que el propio gobierno actual tiene que manejar como ocurre para la contratación de obras del Estado, o en la instalación de la señal de televisión por cables, concesión de teleféricos, ley de límites de aeropuertos, normas que tienen que dictar el Gobernador del Banco de España, las cuales matizadas  y lavadas la cara un poco se han quedado aquí.  Todo esto que podía ser extenso y relatar  decreto por decreto, ley por ley  y órdenes ministeriales, así como resoluciones varias dejaría a más de uno pasmado cuando viese que está diciendo una cosa y haciendo otra, por lo que la demagogia que se utiliza en muchas cosas no sirve más que para engañar y para decir verdades a medias o mejor, mentiras, pero claro, la sociedad civil está cansada, aburrida y agotada, en especial, por la situación económica que hoy se plantea   y que si no fuera porque estamos en Europa, España ya hubiese entrado en una estrepitosa bancarrota.  

Los españoles  forjamos una Constitución y la tenemos que llevar como ejemplo mirando  a un horizonte próspero, pero no queriendo dividir a España con un claro separatismo de algunas regiones  donde sólo piensan en trocear los mejores presupuestos del país para llevarse a cambio de un voto un buen trozo de la tarta. A esos los llamo yo, “los judas para los votos”, donde se aprovechan de la debilidad de un gobierno frágil como el que tenemos para sacarle  todo lo que puedan y lo que les dé a ellos pábulo.  Creo que esto ha empezado a cambiar. El Gobierno central ha entrado en la UCI y las recientes elecciones andaluzas han puesto de manifiesto  que los andaluces y españoles quieren prosperidad, trabajo, vivir mejor, poder veranear con sus familias, fortificar a las clases medias y en definitiva, aumentar la capacidad de su trabajo para que tengamos una rentabilidad  y no se viva del subsidio  y de asustar a la población con Franco, las pensiones, y que viene la Derecha. Ya eso, no vale. Lo han dicho las urnas, así que  lo más correcto, Sr. Sánchez es que  despida a sus socios que son inservibles porque  el único fin que va a tener usted es que ellos hagan su entierro político.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.