La reforma laboral no es como nos la venden

José Blas Fernández Sánchez

El actual Gobierno desde que  llevó a cabo la moción de censura en el Parlamento, nos vino diciendo  tanto antes como después de tal episodio que iba a derogar la reforma laboral de Rajoy, para llevar a cabo  una más justa y verdadera que acoplase mejor al mercado laboral y que evitara  tantísima desprotección social como tenían los trabajadores  y, por tanto  la contratación laboral pasaría por mínimos contratos para que  el empleo subiese  paulatinamente y, por tanto, el paro  ya no sería una asignatura pendiente.

El famoso Real Decreto-ley 30/2021, de 28 de diciembre ve la luz en el Congreso  de una forma totalmente miope,  porque por el error de un diputado en la votación  casi no sale convalidado  y hoy estaríamos aún con la reforma del Gobierno de Rajoy. Se ha vendido a bombo y platillo como una gran reforma,  algo que es incierto. Se trata de una mini reforma con una capa de barniz que llena de tapujos y de verdades a medias  y no está siendo ni efectiva ni útil para el mercado laboral. En primer lugar,  porque los convenios sectoriales y de empresa todavía no tienen  carácter de nada, siguen como estaban y  el único fin que la gran mayoría poseen que es la revisión salarial, están atomizadas por un IPC desmedido que en otoño próximo y al vencimiento de los convenios veremos cómo se llevan a cabo  la doble condición  de aplicar  un convenio sectorial cuando el de empresa se encuentre por debajo de éste, lo que sin duda terminarán muchos de ellos en los tribunales y al final será la Jurisprudencia como siempre, la que lleve a cabo la verdadera reforma, pues no olvidemos que  la que se acaba de hacer  en gran parte  obedece a la jurisprudencia de la Sala IV del Tribunal Supremo que ha obligado a modificar los defectos y vicios  que tenía la anterior. Lo segundo y más importante es que nos venden todos los meses miles de contratos indefinidos que se están llevando a cabo   y cuántos están desapareciendo de los denominados de obra o servicio,  porque no tienen encaje como contratos temporales en el mercado laboral. Pues no,  el indefinido  que es el que más se está haciendo   y vendiendo como un contrato para siempre, deben darse cuenta que ello es incierto. En primer lugar,  porque  están de forma encubierta siendo temporales, ya que los distintos periodos de prueba que establecen los convenios colectivos para las distintas categorías profesionales se están utilizando para finiquitar la relación laboral de miles de trabajadores,  porque “no se encuentran aptos en dicho periodo”. Es decir, lo que se estableció por el legislador, sindicatos y patronal para  averiguar o conocer  la valía o conocimientos del trabajador contratado, se está utilizando  ese periodo de prueba  para finiquitarlo y extinguir su relación por su “ineptitud”, lo cual  es indemostrable  y además  no hay forma legal de combatir dicho escape para terminar una relación laboral y estamos convirtiendo  los contratos indefinidos en su conjunto  en auténticos  temporales, pues  están marcados por ese tiempo de  prueba que nunca llega a consumirse.

Por último,  el contrato fijo discontinuo es  otro contrato temporal encubierto, ya que  el trabajador no está los 365 días del año en una empresa, pues tienen un porcentaje de desempleo al año que lógicamente no entra en el cómputo de los temporales. Un claro ejemplo es lo que ocurre en la hostelería, donde la relación laboral es limitada en función de la época del año, en muchos casos.

Todo esto lo estamos viendo desde la perspectiva de la estadística. Se nos está vendiendo  que se quintuplican los contratos  en el mercado de trabajo  y en especial los indefinidos, cuando en la realidad no es así y son temporales encubiertos, porque sí,  es cierto que cuando se llevaban a cabo los contratos de obra o servicio determinado o los temporales, se inventaban las causas o motivos de esos servicios y eran en su gran mayoría fraudulentos. Ahora entre el periodo de prueba  y los despidos objetivos, nos encontramos que la temporalidad continúa y lo que es peor la contratación no aumenta y el  desempleo  lleva un camino desmesurado, ya que  la temporada estival o los presentes meses de verano  que se contratan a personas por  una mayor actividad por las empresas de servicios  y hostelería, no nos olvidemos que en el mes de septiembre y octubre caerán vertiginosamente y veremos cómo esa reforma no ha sido más que una pantomima, donde se han cambiado los nombres y donde  con una estadística  de mentira, la contratación no es más que la que es, es decir, la insegura, la que no tiene visos de prosperidad, pues mientras que no veamos que la lista del paro desaparece y, en especial los jóvenes y mujeres, aquí no existe ningún tipo de reforma y esperemos que el Tribunal Constitucional en ese voto perdido del Congreso no dé una opinión  adversa a lo votado  y  nos encontremos  prácticamente vacíos y llenos de   inseguridad.

Lo que sí estamos seguros es que la litigiosidad va a aumentar con esta mini reforma, ya que esos contratos indefinidos y muchos de los fijos discontinuos producirán numerosas demandas  ante los Juzgados de lo Social,  porque  se querrá tener sentencias de despidos nulos  para que se obtengan readmisiones a los puestos de trabajo y pagos de salarios de trámite, lo que sin duda, esa litigiosidad donde ya hoy hay juicios señalados en muchos juzgados  para el 2026,  terminarán aumentando el papel en los mismos y cuando la Justicia es lenta no es Justicia.

Todo lo expuesto, se resume en la economía que hoy padece nuestro  país y  al no existir inversiones ni consumo ni proyectos de empresas, lógicamente haciendo el contrato de trabajo que se quiera hacer, no habrá empleo y si  las hipotecas van a subir como acaba de decirnos el Banco Central Europeo, empleadores, autónomos, trabajadores y pensionistas, están condenados a pasar por una situación tan vulnerable en la economía que vender  la mini reforma laboral como se ha vendido no ha sido  más que  una explosión de demagogia y crear empleo público a costa de los impuestos es la “pescadilla que se muerde la cola”.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

3 Respuestas a “La reforma laboral no es como nos la venden”

  1. Esta reforma ha sido engañosa y solo tiene un efecto contrario ya que el paro sigue siendo el mismo pese a que estamos en época alta. Lo que se dice de los periodos de prueba es una realidad, se colocan a los trabajadores por tiempo indefinido y se le echa en el periodo de prueba y eso es por la imposición de esta ministra inútil de trabajo que no tiene ni idea de lo que negocia. Es vergonzoso tener a un gobierno que está enterando a las pequeñas empresas, ahora cuando acabe el verano veremos los concursos y quiebras y los sindicatos mirando para otro lado porque ya han recibido su parte económica igual que las patronales y ATA.

  2. La realidad es esa. Los contratos se pueden llamar como se quiera pero el tejido empresarial es el que es y nadie quiere un trabajador fijo. Las bajas por no superar el periodo de prueba han aumentado exponencialmente. Lo peor vendrá a partir de octubre con la crisis que se avecina y la inflación por las nubes pero Sánchez se irá de vacaciones sin remordimientos!!! Enhorabuena D. José porque de nuevo dice una verdad irrefutable.

  3. Cómo siempre muy acertado en sus análisis, enhorabuena Don José.
    Se nos presenta un futuro incierto en lo laboral social y económico, pues la reforma laboral como bien sabemos es una burla más de Pedro Sánchez, cuando acabe el verano y ya no tengamos demanda de trabajadores de hostelería haber que nombre le ponemos al niño seguirán fijos, pero mirando la pared, porque mucho me temo que este gobierno no tiene alternativa. Los productos básicos tienen precios casi prohibitivos solo tienes que ir al super y te dan ganas de llorar, y así todo. Los pensionistas asustados y los demandantes de empleo desesperados desilusiónados y amargados.

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