Somos corresponsables en las necesidades del Tercer Mundo

José Blas Fernández

En estos momentos, los países desarrollados atraviesan grandes crisis que les hacen tambalear  su sistema económico  y todo lo que significa tener mayor calidad de vida, siendo los más poderosos los que ya empiezan a sufrir no sólo una crisis de valores de conjunto, sino  que la propia población está tocando en muchos casos grandes problemas que están rozando el umbral de la pobreza.

Europa empieza a resentirse  y a tener que buscar soluciones para poder combatir no sólo la guerra de Rusia y Ucrania, sino buscar métodos más convincentes y, por tanto más necesarios para que toda la población pueda hacer frente a la situación que en estos momentos padece y más aún cuando el euro está siendo una moneda que pierde fuerzas frente al dólar y la crisis energética del mundo también está creando tantas desigualdades que no se sabe cómo esto va a terminar. Sin embargo, mientras los países desarrollados  van buscando medidas  para paliar sus necesidades, nos olvidamos que existe un tercer mundo  que no sólo se muere de hambre, sino que como consecuencia de esta crisis mundial, a ellos los deja aún más deprimidos en todos los conceptos y principalmente en la economía y sus necesidades básicas. Nos miramos el ombligo  pensando que el mundo está solo alrededor nuestro y que la sociedad de consumo tiene que aumentar su calidad de vida a costa de lo que sea, lo que hace que las ayudas que podamos enviar a esos países pobres  ya casi ni les llegan y el índice de vida de los mismos se está cortando porque no tienen los elementos básicos para subsistir. 

Me viene todo esto a colación,  porque en esta semana y concretamente el domingo 23 de Octubre,  los católicos celebramos el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), algo que viene desde  el 14 de abril de 1926  y que  parecía y sigue pareciendo que son como unos   “muñequitos” de colores  en función del continente al que pertenecen  y  que en  unas históricas  huchas que nos repartían en los colegios y que con una limosna y unas colectas  ya quitábamos el hambre en esos países, pero no, esos países se sustentan no sólo de esa necesaria ayuda que podamos darle, sino de  hombres y  mujeres que han dejado sus orígenes en países desarrollados para convertirse en misioneros y entregar sus vidas por aquellos que lo necesitan. De hecho, la valentía de los misioneros enroscados en la fe y el amor a los demás, es lo que hace de alguna manera que millones de hermanos nuestros,  donde no importa la raza  ni el color puedan tener un poco de alegría, ayuda y comprensión de quienes habiendo dejado todo se abrazan a esas millones de cruces que andan por el mundo. Tanto como criticamos a la Iglesia y tanto como  la adulteramos de hechos para hacerle daño, gracias a ella y a tantas órdenes religiosas que se auto-exportan a esos países para trabajar por los demás, el mundo va teniendo un poquito de mejor color. 

Los misioneros enseñan, curan, ayudan y animan a los más desvalidos. Si lanzamos una mirada por el continente africano, americano o asiático, donde se encuentran las poblaciones más desfavorecidas, siempre veremos  a esos misioneros  que tienen raíces con escuelas  y colegios, hospitales, ambulatorios, lazaretos, protección de los menores, ayuda a las mujeres desfavorecidas  y niñas que pierden su virginidad por  unas cuantas monedas, nos daremos cuenta del papel que en esas misiones hacen  quienes se entregan por algo  a cambio de nada. De  hecho,  un total de 10.893 españoles entre mujeres y hombres ayudan a los más necesitados  y a la vez anuncian el Evangelio en 132 países de los cinco continentes, donde más de la mitad de ellos son mujeres y en su mayoría religiosas. Por tanto, si hacemos una estadística, podemos observar cómo el 55% de estos misioneros se encuentran en América, siendo Perú, Venezuela y Argentina los países que más españoles reciben. Luego, le sigue Europa, donde  hay un 13,83% y África con un 11,22%, sin olvidar Asia, con un 6,37% y Oceanía con un 0,35%. Así que no olvidemos este domingo,  porque  ellos sin nosotros no pueden continuar con su labor, por lo tanto, seamos generosos pese a nuestras dificultades en esos donativos que todos reciben a través de “obras misionales pontificias” para que  esas cantidades puedan seguir ayudando a ese fondo de solidaridad que nos llevará hasta esos hombres y mujeres que están viviendo en ese tercer mundo donde hay tanta insolidaridad, sufrimiento, injusticia y desgracia humana.

No dejemos pasar este domingo sin ayudar  y hacer un esfuerzo para tantos y tantos hermanos nuestros que aun cuando sean de distintas religiones,  están atendidos por quienes lo dejan todo y siguen el camino de Cristo para hacer mejor a tantos seres que la desgracia, el hambre  y la falta de ayuda los pulveriza  y por decenas mueren diariamente de  hambre y enfermedades.

Mi felicitación a tantos y tantas misioneras que se entregan a diario por tantos pueblos llenos de necesidades y socorren  sin limitaciones a muchos de nuestros hermanos que sufren permanentemente, pues su consuelo y su presencia nunca será olvidada y desde aquí mi abrazo y reconocimiento por tanto como saben hacer y están haciendo mientras los que tenemos de todo,  creemos  que el mundo de ellos no existe para nadie.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

7 Respuestas a “Somos corresponsables en las necesidades del Tercer Mundo”

  1. Desde luego que no somos corresponsables con el tercer mundo. Estamos encerrados en el nuestro y no nos damos cuenta que hay personas mucho más necesitadas en todos los aspectos!!! Los misioneros son gente de otro mundo….ni del tercer ni del primero.. No son de este mundo y por eso dejan su vida para entregarla a los demás. Ojalá todos seamos un poquito nosotros y así el mundo sería mejor. Enhorabuena D. Blas por hacernos recordar la gran misión que hacen los misioneros y que usted sabe bien porque tiene a una hija en Camerún y sabe bien la labor que ella hace allí. Es una gran persona!!

  2. Desde luego como nos olvidamos de tantos hermanos que lo están pasando mal y no tienen más ayuda que la de estos misioneros que entregan sus vidas por ellos y por sus necesidades . Mi felicitación también a estos religiosos porque aquí en España tiramos hasta la comida y mientras ellos se mueren de hambre. Bonito artículo y ojalá seamos generosos con ellos mañana día del Domund.

  3. Admirable el trabajo y la labor de tantos y tantas misioneras para ayudar a tantas personas que simplemente por nacer en el lugar equivocado tienen una vida dura y difícil.

    1. Magnifica descripción del trabajo misionero, de las necesidades y de la presencia de estas vocaciones en el mundo.
      Realmente hay que recordar que la primera obra de Misericordia para un cristiano es “ dar limosna al necesitado ,al pobre” y aquí no vale pensar : es que a lo mejor no llega a destino y quedarse tan pancho.
      No podemos ni debemos, mirar para otro lado.
      Hay millones de personas que “viven “en ese umbral donde ; comer, sanar, trabajar, estudiar, es un interrogante diario .
      Son gente, realmente necesitada .
      Esos misioneras y misioneras , entregados íntegramente a dar TODO , son una especie distinta . Son otros Cristos .
      Animemos a todos los que nos rodean y a nosotros mismos a AYUDAR con mayúscula a esos pobres en tantos sentidos.
      Lo que hicisteis con uno de ellos, conmigo lo hicisteis!!
      Enhorabuena por su carta y por esa maravillosa hija !!!

  4. Magnífico artículo que cuenta la cruda realidad .
    Desgraciadamente en este mundo materialista de estómagos llenos no queremos saber que muchas millones de personas pasan hambre enfermedades y todo tipo de calamidades.
    Afortunadamente existen seres maravillosos, que renunciando a una vida llena de comodidades dedican su vida para ayudar a los desheredados de la tierra .
    Estás personas misioner@s no solo les consuela el hambre y la enfermedad también el espíritu con la palabra de Dios. Por eso debemos reflexionar sobre nuestro compromiso cristiano ayudando en la medida de lo posible.
    Todos queremos que nos toque la lotería, a los padres de Isabel les tocó un Ángel.

  5. Cuanta pobreza nos envuelve y cuanto dolor nunca es reparado por estos paises ricos que solo piensan en ellos, por muchas pateras que queramos recoger, solo es una muestra de hacer lo que no sentimos ya que nos gustaría que esos negritos no entrasen pues es verdad que las mafias los utilizan, pero esta labor de los misioneros es algo grandioso y lleno de solidaridad. Por eso en este día del DOMUND no solo com echar unas cuantas monedas en los cepillos de las iglesias y de los colegios se arregla todo, es dar las gracias a esos religiosos que se dejan la piel en los cinco continentes en favor de los hermanos y ayudar de verdad con envíos masivos de alimentos, medicinas y medios para que puedan los misioneros y misioneras abortar una parte de esa pobreza. Ojalá no quedara todo en este día y que fuésemos mas solidarios mandando medios de todo tipo para erradicar lo que en esos paises hacen que la gente sufra y se mueran de toda clase de enfermedades. En España hemos visto como con el Covid-19 la gente se ha asustado y se han vacunado rápidamente, en esos paises no tenían ni vacunas ni medios, ¿no nos da pena?

  6. Cuanta pobreza y cuanta depresión existe en ese tercer mundo mientras nosotros mos llenamos los bolsillos y tiramos la comida. El mundo nunca llegará a ser o tener la felicidad completa, pero es injusto que todo el peso caiga sobre estos misioneros que se tragan ese marrón de la falta de ayuda de los pudientes a los que no lo son. Felicito al autor pues me gusta la profundidad de este artículo.

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