España se está desmoronando

         La situación  en nuestro país está por día lamentablemente en decadencia. Parecía que por culpa de la pandemia todos los sinsabores  y el maleficio  de cuanto produjo duraría hasta el  año pasado 2022, como mucho, pero tras el verano pasado donde la economía procedente del turismo nos hizo levantar un poco el vuelo,  hemos entrado en un nuevo año con una situación caótica y donde las perspectivas no son buenas, ya que  la cuesta de enero nos ha dejado  totalmente en el limbo y donde lo que se avecina y se ve venir  no tiene luz de salida del túnel. Un país como el nuestro en el que el desempleo ha subido despiadadamente  y donde,  con trampas  por ocultar a los fijos discontinuos,  el paro ya nos sitúa prácticamente a la cabeza de Europa y un país sin empleo y sin  futuro para las nuevas generaciones es un país híbrido que no  busca el camino  de saber conducir a buen rumbo su economía y por tanto, con un gobierno inútil la situación es deprimente. No podemos tener a España con metas tan nefastas como por ejemplo proteger a los ocupas,  donde se indultan a golpistas, donde la inflación se ha disparado y no se sabe cuándo parará y por ende  se está multiplicando la pobreza. El actual Gobierno ataca a las empresas,  no mira por el altísimo abandono escolar que existe y acosando a los autónomos con una subida del SMI  que no se ha consensuado con los empresarios y que por tanto, hace subir la Seguridad Social y el coste social que las plantillas poseen,  crea directamente una precariedad de empleo que es inasumible y no se da cuenta de que los contratos se harán miles a tiempo parcial,  porque la pequeña y mediana empresa no puede abonar jornadas completas, lo que crea un triste mercado de trabajo con perjuicios notables para los propios trabajadores y empresarios y con una profunda economía sumergida, haciendo desaparecer a miles de autónomos en este mes de Enero.

         España no puede estar con un Gobierno que ataque a los Jueces y aprobando  una ley que ponga a delincuentes en la calle o que les rebaje sus condenas por un capricho de una inoperante Ministra de Igualdad, con las graves consecuencias que eso conlleva y que va a suponer en un futuro, pero no ha terminado aquí esta grave historia nefasta y negra, ahora nos viene las subidas de hipotecas donde ya las clases medias casi ni existen y donde  obtener una vivienda  y sostener a una familia es algo prohibitivo porque no existe ninguna cabeza pensante que busque soluciones para que la clase  trabajadora y que sustenta con sus impuestos a tanta clase política,  tenga una ventana abierta, al menos, para poder respirar. No podemos seguir por más tiempo aceptando las mentiras de los fijos discontinuos que están en el paro, porque posiblemente  y casi seguro ya el número de parados voletea alrededor de los cinco millones, por lo que mentir y disimular con una reforma laboral inútil que sólo ha servido para cambiar  de nombre los contratos de trabajo, pero no para crear empleo, pone de manifiesto que tenemos unas perspectivas poco conciliadoras y entramos ya en una crispación social  porque pronto  se acercan unas elecciones municipales y autonómicas y cada uno hará promesas que no se pueden cumplir con tal de hundir al adversario y engañar al pueblo, utilizando casi seguro a los sindicatos para con huelgas prefabricadas donde no gobiernan ellos, sacar su rédito político.

         Parecía que al estar en Europa la situación  podía ir mejorando, pero no. Europa se ha dado cuenta de que no tenemos gestores  con conocimientos y sólo se sientan en una mesa del Consejo de Ministros, por cierto el más numeroso de la historia, una pandilla de inútiles  que ni queriendo hacerlo peor le salen tan mal las cuentas. Sinceramente,  esto no es demagogia, es pura realidad,  porque  estoy describiendo  lo que vivimos todos los días y aquí ni la política exterior funciona, pues acabamos de ver cómo el propio Rey de Marruecos se ha reído de un Presidente y de un Gobierno como es España y con una llamada telefónica y un plantón  se lo ha  quitado de encima y para colmo, ya tenemos a Argelia como enemigo  por culpa del cambio de criterio sobre el Sahara. Es decir, ni tenemos seguridad jurídica interna, ni sabemos quiénes nos atacan con métodos poco limpios a las puertas de Ceuta y Melilla y, para colmo, la emigración de otros países hacia nosotros nos está desbaratando todos los esquemas de la población y la convivencia  en algunas ciudades,   con población  infiltrada en España ilegalmente que está destruyendo no sólo los valores, sino hasta las sanas costumbres que los españoles tenemos.

         Por tanto,  no se puede sacar adelante  un país creando empleo público, subiendo los precios de forma desorbitada y condenando al consumo a vivir de manera más débil, pero percibiendo  a oscuras los impuestos  de carburantes y electricidad  y dando pan y circo a muchos jóvenes para que  sobrevivan sus ratos de ocio y mientras las mujeres y la juventud aumentan el paro de tal manera que somos los campeones de Europa.

         Todo esto se hace duro  al relatarlo y se siente por las nuevas generaciones que se puedan incorporar al mercado de trabajo, porque seguro que para ellos no existirán pensiones  y con contentar a los actuales pensionistas con una subida del 8.5% cuando está la Seguridad Social en quiebra  y olvidan que ellos mismos las congelaron en su anterior Gobierno, no demuestra más que el engaño y este periodo electoral que se nos avecina pasa por el aquí todo vale. Por tanto,  España no es la que era y desgraciadamente hoy se está desmoronando, porque no tiene otro calificativo más suave.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.