Ojos de Fuego | Stephen King

V. C. Cortes| WeltDeLibros

Ojos de Fuego era el título elegido por el club de lectura de King donde participo, para el mes de enero. Venía de una serie de lecturas que, si bien no me desagradaban, sí que no habían cumplido con las expectativas que del Maestro de Maine que yo esperaba.

Esto cambia de lleno con esta nueva lectura. En ella King trata una temática bastante frecuente en sus libros, de un lado los hechos/poderes extraordinarios que poseen algunas personas, y de otro la explotación de esos poderes por parte de los gobiernos (Gobierno de EUA) y en particular cuando se trata de poderes que se manifiestan en niños/as.

Es aquí donde reside la magia de King a la hora de desarrollar una trama en base a una niña con poderes extraordinarios, casi incapaces de controlar y que supone una amenaza, o bien una ventaja si hablamos de un gobierno, a menudo, interesado en la intervención en otros países o en su defensa propia, para lo cual, estos poderes podrían ser definitorios para el balance final de la política interna y externa del país.

A diferencia de otros personajes en otros libros, Charlie, la protagonista de Ojos de fuego, nace con una capacidad innata de prender fuego a las cosas o personas, sin embargo, esto, que podría ser común en el universo de King, es algo que Charlie hereda de sus padres, los cuales lo habían adquirido como consecuencia de un experimento médico al que se habían sometido. 

La novedad en este caso es que King da una explicación del origen de los poderes de los personajes, algo que en otros libros deja a la imaginación del lector.

Mientras tanto, Charlie crece con una vida mermada para el uso de sus poderes, pues sus padres tratan de reprimirlos en base a evitar males mayores. 

Pero “los malos” entran a la acción, ya que estos poderes que aparentemente tiene la niña podrían suponer una mejora de los experimentos ya realizados hasta el momento y que se podrían usar como defensa de los Estados Unidos frente a amenazas externas.

En este punto de la historia Charlie parece condenada, y tras el asesinato de su madre, inicia con su padre una huida por el país que no hace más que afianzar su unión sentimental padre-hija que luego veremos será el origen de un tanto “ígneo” desenlace, así como ver reducida su libertad como ciudadana.

A pesar de su extensión, este libro consigue despertar en el lector cierta adicción, por su buena prosa, por el buen desarrollo de los personajes, sus caracteres y sus relaciones que posicionan en todo momento al lector del lado de quienes son los buenos y quienes los malos.

Ironías de la vida el arma más destructiva esté del lado de los llamados “buenos”.

La lectura no se hace lenta, ni siquiera con las elaboradas descripciones que Stephen King nos tiene acostumbrados. La fluidez de la historia se hace patente aun cuando carece de muchos “sobresaltos” en la trama, sin embargo, hay que concretar que King NO escatima en detalles en “esos momentos”, creando sin duda una atmósfera de tensión e intriga que solo te impulsa a leer una página más.

Es la magia de un autor que sabe crear historias y escenas apoteósicas que resuenan en la mente del lector de forma perpetua.  

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