Para el ministro Garzón, ni carne, ni caldo de carne

José Blas Fernández Sánchez

Tras las desafortunadas declaraciones del Ministro de Consumo, Alberto Garzón, en la entrevista realizada al THE GUARDIAN, a finales de diciembre pasado, las críticas no se han hecho esperar y por día aumentan de forma desproporcionada. No cabe duda que el impacto de lo que criticaba ha resultado tan negativo que se han puesto en pie de guerra un gran grupo de profesionales de la materia y, en especial, de la industria cárnica que se hace imparable. Hasta hoy, lo que de forma atrevida y sin pensarse que representaba a millones de españoles, un Ministro del Gobierno tan ignorante como es el Sr. Garzón, ha venido a hundir a unos sectores que el efecto multiplicador de sus declaraciones sobre la ganadería sostenible y la negatividad que sobre el sector ha dado al exterior, deja en entredicho los estándares y control de primera calidad que posee la carne española.

El Ministro desconoce el modelo de ganadería que se practica en muchas regiones de España y se ha limitado a dar una opinión sesgada sin saber las consecuencias de tales declaraciones y cómo la polémica se ha esparcido con grandes secuelas, pues diferenciaba en sus declaraciones entre el modelo intensivo de ganadería y el extensivo, manifestando que sobre el primero se trata de una ganadería de mucho peso en muchas regiones como Asturias, parte de Castilla y León e incluso en Extremadura y Andalucía y argumentando en su segunda manifestación de gran calado que hay grandes empresas que se aprovechan de pueblos de la España despoblada para explotar 4000 cabezas de ganado y contaminar los suelos y el agua, no olvidándose para mayor inri, que la carne es de mala calidad y que es fruto del maltrato animal.

Entiendo que Garzón defienda la ganadería extensiva frente a las macro-granjas que es lo que debió hacer, pero atacar como lo ha hecho para el desprestigio exterior de nuestras carnes y de nuestro prestigio alimentario es una agresión directa a una parte importante de la economía española. Luego, ha querido justificarse que el periodista, por motivos de espacio, excluyó algunas de sus manifestaciones, es decir, ha querido matar al mensajero y de nuevo se ha envuelto torticeramente en una nueva polémica con este sector, pues no es la primera vez que ha emitido sapos y culebras sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que provenían de la ganadería y maltrató a las macro-granjas como protagonistas de este problema.

Garzón es consciente de que aunque esté de prestado en el Gobierno, es inamovible por el pacto social-comunista que existe, pero ha sido tan brutalmente dañada la imagen de España en el exterior que ya los ganaderos están empezando a preocuparse por el futuro de sus ganaderías y de la mano de obra que posee este sector. Desde luego, Ministros que hagan daño y que no vean el interés general de España como algo suyo, no merecen más que el desprecio de quienes le siguen, pues pese a tener un Ministerio insolvente, el cual ni debiera existir, porque posee competencias ridículas, debió de estar calladito, seguir a costa de nuestros impuestos gastando dinero en propaganda de juguetes y montado en un coche oficial con escolta, que seguro le hubiese ido mejor, al menos, vive del cuento, no
le da un palo al agua y si quiere hablar de algo que lo haga de su vida profesional, de sus conocimientos huecos y estériles y de un Ministerio que no sirve para nada y que nos cuesta decenas de millones de euros, pero meterse con España y con uno de los sectores más importantes que alimenta nuestro país, tanto interior como exteriormente, es tener mala fe. Por eso la reprobación que puede hacerse contra dicho Ministro y la dimisión de éste está más que justificada, pues los ineptos sólo merecen esa recompensa.

Un Consejo de Ministros ya enfrentado y dividido, no tiene valor alguno. Son muchos, pues el número de ministerios es alarmante, dentro de una crisis económica tan profunda, pero tener a un Ministro que quiera tenernos en vigilia como en aquellos tiempos donde por la Cuaresma no se podía comer carne ni caldo de carne por muy alta calidad que tuviesen y ni tan siquiera la desaparecida bula podía quitarte de ese precepto, pone hoy en relieve que tener una persona de esta catadura haciéndole daño a nuestra país y justificando sus manifestaciones como si fuesen de otros, considero que pese al coste que sea y pese a los pactos ocultos que no conocemos, el Presidente del Gobierno tendría que cesarlo automáticamente y de forma urgente.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

4 Respuestas a “Para el ministro Garzón, ni carne, ni caldo de carne”

  1. Totalmente cierto pero el problema lamentablemente no es
    Del ministro por desgracia es de Pedro Sánchez y así será
    Hasta las próximas elecciones si votamos como como se merece ese impresentable

  2. Estoy de acuerdo con este muy buen artículo, y con usted señor Sánchez también, el problema del Ministro Garzón es que no tiene actividad por lo tanto es ignorante de la realidad. Cuando un cuerpo humano está poco ejercitado pierde musculación, lo mismo ocurre con el cerebro si no lo tienes ocupado las neuronas se duermen y eso precisamente es lo que le ocurre al Señor Garzon que es titular de una cartera que no sirve para nada.

  3. Menudo inepto es este Garzón, nunca pensó en ser ministro de nada y cuando le toca la lotería y lo ponen en un ministerio hueco, hace el ridículo y mete la pata. Hay que echarlo a gorrazos de España a este inútil comunista y vividor de nuestros impuestos. Sanchez no mires para otro lado y vete.

  4. Al leer el artículo sólo puedo tener pena por España y rabia porque los españoles no han sabido elegir a sus dirigentes. Esperemos que en las próximas elecciones tengamos memoria y votemos como se merece España. Que Ministro más inepto y que Presidente del Gobierno más irresponsable. Buen artículo por denunciar siempre las injusticias y sin pelos en la lengua.

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