Tras la época estival no queda más remedio que afrontar con seriedad y dureza la elección de un Consejo General del Poder Judicial de acorde a la situación en la que España está inmersa y llena de contradicciones, pues si queremos tener una independencia de los casi 5.600 jueces y magistrados que existen hoy, no cabe más que renovar ese órgano de los jueces que no puede estar por más tiempo así. Estamos asistiendo a una seria llamada que nos ha hecho la Comisión Europea, la cual le pide al Gobierno que evite la politización del CGPJ, lo que pone de manifiesto que los jueces deben ser elegidos entre ellos y de igual manera, incluir en ese órgano superior a otros operadores jurídicos que viven a diario el mundo judicial, como así lo establece la Constitución y no que muchos de los vocales sean afines a un partido político que les haga suyos y que sus decisiones estén impregnadas de determinado “color” y, por tanto, no vaya en armonía con esa independencia.
Ya es hora que desde el nombramiento de los magistrados del Tribunal Supremo hasta el régimen disciplinario de ellos no se encuentre amarrado a decisiones políticas y partidistas. Por tanto, para no figurar España en los últimos puestos en percepción de la independencia, urge la renovación como si se tratara de una vacuna que abortaría el contagio existente y el intentar desprestigiar continuamente a los jueces españoles por ser proclives a colores determinados. Esta renovación urgente sería solución de muchos de los grandes problemas que posee la justicia, pues luego vendrían soluciones desde las CCAA para organizar tantos desmanes y defectos como existen, pues desde la reforma de unas sedes judiciales con dignidad, hasta establecer una buena organización de los Juzgados y Tribunales junto a los funcionarios que estos poseen, seguro que se establecería la armonía y la buena ordenación sería lo más acertado y suficiente para que esos 5.600 jueces y magistrados funcionen mejor, con medios propios de su responsabilidad y con “mandos” únicos en los juzgados que ayudados por esos Letrados de la Administración de Justicia, los cuales tienen un papel esencial, hagan de los órganos jurisdiccionales un modelo a seguir.
Para finalizar, creo que dentro de ese CGPJ hay que incluir la figura del Graduado Social, al igual que están otros operadores jurídicos, pues sin ellos los conocimientos de la jurisdicción social no estarían completos. En definitiva, esperemos que tras el verano, salga un nuevo CGPJ con nuevos aires, el cual ponga en marcha toda una maquinaría renovadora y deseada por todos, pues sin un estado garantista del mundo de la Justicia, los españoles no estaremos tampoco satisfechos y los que vivimos y sufrimos a diario una justicia mal organizada, por el desempeño de nuestra profesión jurídica, cada día somos fedatarios públicos de un malestar en alza.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Esta reivindicación de que los Graduados Sociales estén en el CGPJ, es legítima y de peso, espero se consiga y Ud Sr Blas Fdez, es un magnifico conseguidor de los Graduados, así que seguro se lleva a cabo. Comparto la elección de los vocales por ellos y no como se hace ahora.
Muy acertado y muy de acuerdo con las propuestas de D. José Blas.
Un artículo reivindicador para los Graduados Sociales. Blas Fernández siempre «barriendo para dentro»Ojalá otros colectivos le tuviéramos como Presidente. TIENEN MUCHA SUERTE LOS GRADUADOS SOCIALES DE QUE SEA SU PRESIDENTE ANDALUZ Y DE CÁDIZ Y CEUTA. Enhorabuena y espero que consiga todo lo que se proponga porque los Graduados Sociales se lo merecen por muchas razones.
Enhorabuena por tan acertada reflexión acerca de la situación de la justicia en nuestro país y de la necesidad de renovación y modernización de la misma.
Y sí, una verdadera suerte y orgullo, contar con D. José Blas como Presidente de nuestro colectivo.